El boomerang de la dictadura y la Europa que se ignora
FĂ©lix de la Fuente [colaboraciones].-
“Si me lo imponen, me niego incluso a dar un beso a mi madre”. Los idiomas suelen ser el mejor puente de entendimiento y de acercamiento de los ciudadanos de diferentes paĂses. Aprender el francĂ©s, por ejemplo, no significa solamente poderte entender con los franceses cuando vas a Francia o poder trabajar en una empresa francesa. Esto se puede suplir fácilmente con el mĂłvil o con la inteligencia artificial.
Conocer un idioma extranjero es tener un espĂritu abierto, es mirar como iguales a los ciudadanos de otro paĂs, es mirar con otros ojos a los inmigrantes y refugiados que llegan a nuestras costas, es sentirse en cierto sentido ciudadano del mundo.
Lamentablemente, en los Ăşltimos tiempos los idiomas están sirviendo con demasiada frecuencia de barreras que nos separan, de sĂmbolos de dominio e incluso de sĂmbolos de dictadura. Venid a Barcelona. DifĂcilmente encontrarĂ©is el nombre de una calle o de un letrero en castellano. SĂ lo encontráis en alemán: la plaza de Karl Marx.
Entrad en las tiendas de la ciudad condal. La mayorĂa solo tienen letreros en catalán. ¿CreĂ©is que IKEA y otras muchas grandes empresas rotulan sĂłlo en catalán por convencimiento? ¿No se puede llamar a esto dictadura? El brazo de la dictadura es muy alargado. Hay establecimientos que tienen los letreros en catalán y en inglĂ©s, pero no en castellano.
Los empleados sĂ os hablarán en el idioma que queráis. Acercaos si podĂ©is a un organismo oficial. Los funcionarios, en general, os responderán en castellano. Si les habláis en castellano. Felizmente los funcionarios se saltan las directrices de los polĂticos. Pero la informaciĂłn escrita y la documentaciĂłn que os darán está Ăşnica y exclusivamente en catalán.
LOS CASTELLANOPARLANTES NO EXISTIMOS EN
BARCELONA
Los castellanoparlantes, aunque seamos mayorĂa, no existimos en Barcelona y mucho menos en el resto de Cataluña. Hace mucho tiempo que dejamos de existir. TambiĂ©n el PP nos volviĂł la espalda. Pero os digo una cosa: en Barcelona se habla cada vez más castellano. La mejor forma de desterrar o de ignorar el catalán es imponiĂ©ndolo.
Y otra cosa. Actualmente, tanto el Ayuntamiento de Barcelona, como la Generalitat están gobernados por partidos de izquierdas. Y otra Ăşltima cosa, la dictadura lingĂĽĂstica en Cataluña es un negocio de la burguesĂa, apoyado y sostenido por partidos que se llaman de izquierdas. Dictadura que a los que más perjudica es a la clase trabajadora, porque la clase media y alta pueden enviar a sus hijos a las escuelas privadas.
Pero no sólo a nivel nacional. También a nivel de la UE estamos desaprovechando este instrumento extraordinario de acercamiento entre los pueblos, que son los idiomas. En la UE se estudia mucho inglés, pero muy poco francés, alemán o italiano, por citar sólo tres idiomas, La dependencia que la UE tiene de los Estados Unidos en todos los campos, va siendo preocupante.
Y más preocupante la aĂşn ignorancia que los europeos tenemos unos de otros. No es sĂłlo que las instituciones europeas no hagan nada por la integraciĂłn de los ciudadanos de Europa. Es que los paĂses miembros de la UE, con todos sus nacionalismos regionales, están fomentando la desintegraciĂłn. El gran boomerang de Europa se llama nacionalismo.
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