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Grethel Delgado, ganadora del “II Premio Mehdi Hajji” de poesía: “Melancolía South Beach es un canto a la memoria de mi vida en Cuba”

Mañana viernes, a las 19,00 horas, recibirá en el Centro del Vino y la Sal el galardón que otorgan la Fundación VIPREN y Poetas de Ahora.-

Mañana viernes tendrá lugar en el Centro del Vino y la Sal, la entrega del II Premio Internacional de Poesía Mehdi Hajji, que convoca la Fundación VIPREN y la Asociación Poetas de Ahora, que ha recaído en la poeta cubana, residente en Miami, Grethel Delgado Álvarez, con el poemario Melancolía South Beach. También se presentará la obra ganadora. Será a las 19,00 horas, con entrada libre.

Grethel atendió amablemente a PUENTE CHICO, teniendo la oportunidad de conocer su trayectoria profesional, además de su poemario, cuándo lo hizo y el tiempo que lleva dedicándose a la poesía. Melancolía South Beach es un canto a la memoria, pues mirando las olas que rompen en South Beach, en Miami, solía viajar a los años 90 en Cuba, cuando iba a la playa y de alguna manera el mar fue el testigo de mi niñez. El título recoge esa sensación parecida a la melancolía y que tampoco es nostalgia, pues aún no he encontrado una palabra que la defina. Es hurgar en la memoria, duplicar las realidades, estar aquí, en una playa de Miami y verme los pies pequeñitos escarbando en la arena, porque tengo nueve años y estoy cansada de nadar”.

Lo hizo entre el año 2021 y 2022, como parte de la beca Escribe aquí, en The Writer’s Room, que ofrece el Betsy Hotel, ubicado justamente en South Beach (Miami Beach), “donde me alojé por una semana para pensar solamente en escribir, lejos de las responsabilidades del día a día y del trabajo. Así nació este libro, donde la memoria opera bifurcando la realidad, y acaso el tiempo, y cuyos poemas me ayudaron a decir lo que de otro modo me callaría”.

LA POESÍA ES MI ESPACIO MÁS LIBRE, SALVAJE Y NATURAL

Afirma Grethel Delgado que la poesía “siempre ha sido mi espacio más libre dentro de la literatura, más salvaje, más natural. Escribo poesía desde adolescente. En 2009 Simancas Ediciones publicó un plaquette de poesía (publicación de pequeño formato que se utiliza para difundir obras literarias breves, como poemas o cuentos) titulado Necesidad de los cultos, así que allí comenzó mi camino publicando poesía”.

Indagamos sobre cómo se enteró del certamen y por qué decidió participar: “Cuando tuve listo el libro, buscaba certámenes literarios y encontré el nombre de Mehdi Hajji. Uno suele buscar el nombre que lleva un premio, aunque en algunos casos es muy conocido, pero entra una curiosidad por conocer su biografía. Su historia de vida, tan breve e intensa, fue una señal. Es raro describirlo, pero sentí que era una señal”.

Grethel nació en La Habana, Cuba, el 31 de julio de 1987, y es una más de las muchas personas de ese bello país, que en cuanto tuvo una oportunidad voló en busca de la libertad: “Crecí entre las zonas habaneras del Vedado y Nuevo Vedado. En 2015 pude salir de Cuba hacia Estados Unidos, y pedí asilo decidida a vivir en libertad. Aunque muchas veces el discurso que emiten desde Cuba es el de un país perfecto, no hay libertad de expresión, hay represión política, y un poco de eso lo experimenté en varias ocasiones. Llevo 10 años residiendo en Miami, trabajo como periodista en el Diario Las Américas y escribo siempre que puedo”.

PROLOGUISTA DE ALTURA

Además de sus poemas, Melancolía South Beach cuenta también con el prólogo de una renombrada poeta, novelista, ensayista y guionista de cine cubana, ganadora del Premio Fernando Lara de novela y el Premio Azorín entre otros, y finalista en tres ocasiones del Premio Planeta: Zoé Valdés: “Después de Antonio Gala, es quien más me ha inspirado, por su obra, y por lo que nos une como cubanas. Ella entiende del mar, de la isla, del exilio, y de la poesía. Escribió para este libro un prólogo hermoso que siempre le agradeceré”.

¿Cómo consiguió que prologara su libro?: “A Zoé la conocí primero leyendo su obra, pues en 2013 entré a la Fundación Antonio Gala y en la biblioteca del antiguo convento había varias novelas suyas, que no habría encontrado en bibliotecas de Cuba porque está prohibida. Luego, en Miami, tuve la oportunidad de entrevistarla ya en mi papel de periodista, y así nació esta amistad. Admiro su literatura, su capacidad de asombro como escritora, como poeta sobre todo. Y aprecio enormemente su generosidad al escribir el prólogo para mi libro de poesía”.

El teatro también forma parte importante en su vida. Señala Grethel que comenzó a escribir teatro alrededor de 2005, “cuando inicié la carrera de Dramaturgia en la Universidad de las Artes (antes Instituto Superior de Arte). Durante esos cinco años escribí y actué en una compañía teatral. He dirigido pequeños ejercicios teatrales, pero donde mejor me siento es frente al papel creando personajes”.

Reseñar que ha recibido numerosos premios en certámenes teatrales, uno de ellos muy conocido y querido en nuestra tierra, del que hablaremos más adelante. Las artes escénicas han sido muy importantes en su vida.

DOBLE CONEXIÓN CON CHICLANA

Cuenta que “cuando vine a Miami en 2015 fue gracias al teatro, pues me invitaron a presentar un monólogo que escribí y me dirigió Michaelis Cue, un reconocido actor cubano. El teatro me ha dado la libertad, en todos los sentidos. Escribir teatro es muy pasional, al menos lo siento así, y como actriz hay algo que me lleva a empaparme un poco de las emociones de los personajes, así que soy de los que se ven molestos o sonriendo como tontos cuando están frente a la pantalla o el papel”.

En 2010 fue premiada en el XIII Certamen de Teatro Mínimo Rafael Guerrero, que convoca TAETRO. Catorce años más tarde vuelven a premiarla en Chiclana, esta vez por un libro de poemas. Es una bonita sorpresa: “Sí. Mi madre me ha dicho que ir a Chiclana es una deuda que tengo, porque me han premiado en teatro y poesía. Le debo a Chiclana esta visita, sin duda”.

Agregó que “otra señal, que he conocido hace poco, gracias a un episodio radial del programa Cine desde el paraíso (Radio Chiclana), es que Antonio Gala comienza su carrera literaria con un relato premiado en Chiclana, en las bodegas Las Albinas, según dijo el escritor Jesús Romero en una entrevista de ese programa”.

La poeta cubana participó en el certamen de poesía de la Fundación VIPREN. ¿Se acordó  que había sido también premiada en nuestra ciudad una de sus obras de teatro?: Confieso que no recordaba que ese premio de teatro era justamente en Chiclana, aunque sí recordaba el premio, y guardo el libro con las obras de teatro premiadas”.

ANTONIO GALA ERA UN AMEZCLA DE CASTAÑUELAS Y VINO TINTO

Decía anteriormente que había sido becada en 2013 por la Fundación Antonio Gala, donde pudo leer los trabajos literarios de Zoé Valdés, prohibida en Cuba. Estar con él en su Fundación debió ser una experiencia inolvidable: “Antonio era una mezcla de castañuelas y vino tinto, un padre literario que nos enseñó que lo más sagrado es ser uno mismo, en la literatura y en el hacer. El hecho de que la fundación estuviera en el antiguo convento del Corpus Christi, marcaba más la idea de que la creación es una especie de sacerdocio a la que uno se entrega de por vida”.

Añade Grethel que “su desparpajo y honestidad eran enormes, y una delicia verlo despotricar contra todo y todos. Recuerdo una ocasión en la que se presentaba un concierto en el salón de actos. Era un evento abierto al público, y entraron muy respetables señores. Justo en la fila que quedaba delante de Antonio, había tres distinguidas damas que al parecer habían salido ese mismo día de la peluquería, donde habían elegido un tono de cabello rojo fulgurante, o rojo pasión, diría Antonio”.

Él llevaba un buen rato mirando aquellos cabellos, “y de tanto en tanto miraba a la orquesta. Hasta que no pudo aguantarse más y dijo, en un susurro con intención de ser escuchado, algo que no puedo repetir aquí. Tuvimos que luchar para contener las carcajadas”.

Incide en que “así era él, no tenía filtros, nos decía cosas terribles que sonaban hermosas en su entonación tan peculiar, y si tenía que celebrar lo que escribíamos, lo hacía también. Creo que se identificaba con nosotros porque nunca dejó de ser un joven rebelde y defendía la verdad sobre las reglas sociales”.

FALTA DE LIBERTAD Y CARTILLA DE RACIONAMIENTO

Así mismo, nos interesamos por su vida diaria en esta preciosa isla caribeña: “En Cuba vivía como la mayoría, con las precariedades de un sistema fallido, una libreta de racionamiento para comprar cada día un pan por persona en la casa, y sabiendo que lo que uno pensaba se decía de puertas para adentro, y cuidado, porque en muchos casos miembros de una misma familia delatan al contrarrevolucionario, solo por expresar su opinión”.

Sigue diciendo Grethel que “de niña fui feliz, mis padres lucharon mucho para que la escasez no se notara tanto. Mi madre me cosía ropa, buscaba comida en el mercado negro para que no faltara, y mi padre recogía esas memorias con una cámara Pentax que aún conservamos. Recuerdo que cuando mi tío abuelo, que vivía en California, me enviaba de regalo 10 dólares, yo iba feliz con aquella fortuna a una librería”.

Antes de salir de Cuba en 2015 “trabajaba como actriz en una compañía de teatro, y publicaba algunas obras de teatro. Salí gracias a una invitación para participar en un festival de monólogos en Miami, y recuerdo que nadie más que mis padres sabía que esa salida era definitiva. Metí en la maleta cuantos libros pude y una figura de yeso de la Virgen de la Caridad que aún tengo conmigo, y que usé en el monólogo. A Cuba no pienso regresar hasta que todo cambie”. 

PACO LÓPEZ

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