Anoche tuve un sueño “pa jartarse de reír”
Fumanchú, el CHINAclero disconforme [colaborador]
Resulta que soñé con el arcarde Marín. Hombre…, soñé con Marín porque está gobernando Marín, si hubiese estado gobernando Román quizás hubiese soñao con él, aunque dudaría si a eso podría llamarle sueño. Soñé que en un pleno de esos de peleítas se vorvió loco el arcarde y perdió los papeles, perdió hasta las cabras. Dijo que no quería más na, que no quería dinero, y los concejales, los suyos y los otros le contestaban: “¿Entonce qué quiere? ¡caraho!”.
Y él dijo: “¿Que qué quiero? Ahora se vais a enterar. Ya no voy a cobrar ni un duro más, sólo cobraré mil euros todos los meses y lo entregaré íntegro a Caritas”, y dijo muy clarito que ya se acabó to er mamoneo, Aquí hay que moverse y rápido, pero se formó una revolución. Los concejales dijeron que aquello cómo iba a cer, todos votaron en su contra, incluso hasta los suyos. Por primera vez en la historia todas las fuerzas políticas se pusieron de acuerdo, pero contra él.
Y él gritaba cada vez más fuerte, era el que callaba a todos diciendo: “Yo seré el primero que le tome medidas a esta puta crisis y no tomaré ochenta y tantas ni polla, tomaré sólo una. Así que no cobraré un duro más”.
La gente que estaba en la calle no daba crédito a lo que oía y se fueron agrupando. Venían de todos lados, de Fuenteamarga, Sonajitas, Pago del Humo…, venían gente de la Cañá der Taraje y hasta del centro del pueblo, y gritaban, y aplaudían, y se abrazaban entre ellos de júbilo. No podían creer lo que oían. Los comerciantes de los bares decían a grito pelao: “Los desayunos se los pago yo”.
Los pescaeros de la plaza decían: “Yo le regalo medio kilo de lisas de estero”, y otro decía: “Y yo un cuarto kilo de camarones vivos”; los carniceros: “Yo los chicharrones”; los de los restaurantes le pagaban una comida diaria, los de las tiendas de ropa lo vestían, las zapaterías lo calzaban, los peluqueros gratis el pelao y el afeitao, la papelería le regalaba toas las mañana el Diario de Cái y todos los meses le regalaría un ejemplar de la revista PUENTE CHICO. Había uno allí que renunció a una rifa que estaba haciendo y le quería dar hasta una maceta de espárragos. Y él se sintió arropado por su pueblo.
Y decía: “Mañana me levantaré temprano y andaré por mi pueblo, saludaré a los barrenderos, a los jardineros y después de desayunar me iré ar paro y besaré en la frente a cada mujer que vea allí, estrecharé la mano de todo parao que esté en la cola, porque sin ganar un duro me siento como ellos y me seguiré paseando hasta la hora de comer, y me iré a Caritas a ver lo que me dan y después seguiré paseando, montaré en bicicleta, pasearé por los polígonos y me pararé en cada taller y en cada nave”.
Eso sí, “tendré cuidado con los carriles bici, no sea que con tanto entusiasmo me vea dentro de un boquete. Y seguiré corrigendo lo que no me guste, saludaré a todos los que me miren a la cara. Y aquel que me mire mal le diré: “Qué pasa contigo, ehhh”.
Todo era un clamor. La gente lo vitoreaba y le decían “torero, torero”. Y él pensaba para sí mismo: “¿Por qué no lo había pensado nunca?, ni se me había ocurrido que sin un duro se es más libre y se expresa uno mejor. Se puede enfrentar uno a lo más grande, no se puede hacer nada en este cochino mundo sin tener hambre. ¿Para qué quiero yo dinero? SI TENGO EL PODER ME SOBRA TODO. Ahora sí que se iban a enterar bien en Sevilla dónde está Chiclana”.
Y toda la calle La Vega dando saltos de alegría. Decían todos a la vez: “Riiiing, riiiing, riiiing”. Y yo en medio de ellos diciendo: “¿Pero qué caraho hace tanta gente diciendo riiiing?”.
¡Joder!, y no era la gente, era el puto despertador. ¡Ea! las ocho de la mañana otra vez, maldita sea to lo que se menea. Otro día de paro. Y valiente sueño más imbécil.
Resulta que soñé con el arcarde Marín. Hombre…, soñé con Marín porque está gobernando Marín, si hubiese estado gobernando Román quizás hubiese soñao con él, aunque dudaría si a eso podría llamarle sueño. Soñé que en un pleno de esos de peleítas se vorvió loco el arcarde y perdió los papeles, perdió hasta las cabras. Dijo que no quería más na, que no quería dinero, y los concejales, los suyos y los otros le contestaban: “¿Entonce qué quiere? ¡caraho!”.
Y él dijo: “¿Que qué quiero? Ahora se vais a enterar. Ya no voy a cobrar ni un duro más, sólo cobraré mil euros todos los meses y lo entregaré íntegro a Caritas”, y dijo muy clarito que ya se acabó to er mamoneo, Aquí hay que moverse y rápido, pero se formó una revolución. Los concejales dijeron que aquello cómo iba a cer, todos votaron en su contra, incluso hasta los suyos. Por primera vez en la historia todas las fuerzas políticas se pusieron de acuerdo, pero contra él.
Y él gritaba cada vez más fuerte, era el que callaba a todos diciendo: “Yo seré el primero que le tome medidas a esta puta crisis y no tomaré ochenta y tantas ni polla, tomaré sólo una. Así que no cobraré un duro más”.
La gente que estaba en la calle no daba crédito a lo que oía y se fueron agrupando. Venían de todos lados, de Fuenteamarga, Sonajitas, Pago del Humo…, venían gente de la Cañá der Taraje y hasta del centro del pueblo, y gritaban, y aplaudían, y se abrazaban entre ellos de júbilo. No podían creer lo que oían. Los comerciantes de los bares decían a grito pelao: “Los desayunos se los pago yo”.
Los pescaeros de la plaza decían: “Yo le regalo medio kilo de lisas de estero”, y otro decía: “Y yo un cuarto kilo de camarones vivos”; los carniceros: “Yo los chicharrones”; los de los restaurantes le pagaban una comida diaria, los de las tiendas de ropa lo vestían, las zapaterías lo calzaban, los peluqueros gratis el pelao y el afeitao, la papelería le regalaba toas las mañana el Diario de Cái y todos los meses le regalaría un ejemplar de la revista PUENTE CHICO. Había uno allí que renunció a una rifa que estaba haciendo y le quería dar hasta una maceta de espárragos. Y él se sintió arropado por su pueblo.
Y decía: “Mañana me levantaré temprano y andaré por mi pueblo, saludaré a los barrenderos, a los jardineros y después de desayunar me iré ar paro y besaré en la frente a cada mujer que vea allí, estrecharé la mano de todo parao que esté en la cola, porque sin ganar un duro me siento como ellos y me seguiré paseando hasta la hora de comer, y me iré a Caritas a ver lo que me dan y después seguiré paseando, montaré en bicicleta, pasearé por los polígonos y me pararé en cada taller y en cada nave”.
Eso sí, “tendré cuidado con los carriles bici, no sea que con tanto entusiasmo me vea dentro de un boquete. Y seguiré corrigendo lo que no me guste, saludaré a todos los que me miren a la cara. Y aquel que me mire mal le diré: “Qué pasa contigo, ehhh”.
Todo era un clamor. La gente lo vitoreaba y le decían “torero, torero”. Y él pensaba para sí mismo: “¿Por qué no lo había pensado nunca?, ni se me había ocurrido que sin un duro se es más libre y se expresa uno mejor. Se puede enfrentar uno a lo más grande, no se puede hacer nada en este cochino mundo sin tener hambre. ¿Para qué quiero yo dinero? SI TENGO EL PODER ME SOBRA TODO. Ahora sí que se iban a enterar bien en Sevilla dónde está Chiclana”.
Y toda la calle La Vega dando saltos de alegría. Decían todos a la vez: “Riiiing, riiiing, riiiing”. Y yo en medio de ellos diciendo: “¿Pero qué caraho hace tanta gente diciendo riiiing?”.
¡Joder!, y no era la gente, era el puto despertador. ¡Ea! las ocho de la mañana otra vez, maldita sea to lo que se menea. Otro día de paro. Y valiente sueño más imbécil.
Bonita metáfora, chino. Claro que el sueño no quisiera tenerlo yo.
ResponderEliminarFumanchú, debería usted de realizar cenas más ligeras. Que luego vienen malas digestiones que hacen a sus neuronas bailar por la noche. Bonito cuento.
ResponderEliminarPues pa las proximas elecciones si hay uno que proponga eso, yo lo voto. a tomar por culo tanto chupòptero.
ResponderEliminarpues es bueno soñar poque a veces se hacen realidad,por ejemplo algunos soñaban son hacerse con muchosmillones de euros y los consiguieron, algunos soñaban con llegar muy lejos y acabaron incluso de concejala y hasta de consejera y ministro...yo incluso conozco a una que llegó hasta comprarse un chalet en los nómadas que cuesta varios millones de dólares engañando s los obreros o a otro que decía que trabajaba por la sanidad y la enseñanza pública y en catlánpero lleva a sus hijos alcolegio alemán, luego está por nuestro pueblo manolo y josefa que tb tienen sus sueñosy algunos ya lo han hecho realidad
ResponderEliminarel sueño de algunos es que la gente no se entere de NADA mientras elloas "ACUMULAN"http://www.dailymotion.com/video/xj92lq_aguilar-expresa-su-satisfaccion_news
ResponderEliminarEste bonito sueño debería hacerse realidad!!!
ResponderEliminarsi, muchos parados y paradas, yo tengo un montón de amigos y amigas paradas que se pasan las tardes viendo la tele, la puesta de sol... a la manifestación hoy de "gobierna tu vida", en Cádiz unos 600, mira Sevilla, Málaga,Granada.Qué pena de Cádiz, resignados ¿?
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