Andalucía somos todos
FÉLIX DE LA FUENTE [colaboraciones].-
Es difícil saber cuáles son los factores que más han influido en las elecciones andaluzas. Unos se atribuirán los triunfos y otros declinarán los fracasos, atribuyéndoselos a un tercero.
Pensar que
las relaciones de gobierno de Madrid con los independentistas catalanes, o que
el chalet de la sierra de un dirigente así llamado de izquierdas o los
múltiples viajes en un lujoso avión militar del Presidente de la Nación, viajes
de placer o por el extranjero, mientras se estaban tomando decisiones sobre
Gibraltar, no han tenido influencia alguna sobre el voto de los andaluces, es
tratar de ignorantes a los ciudadanos de la región más poblada de España o, y
esto es quizás más grave aún, es la muestra más clara de una ignorancia supina
por parte de nuestros gobernantes.
Hace ya
casi dos años escribí un artículo, Cataluña
somos todos, en el que defendía que el problema catalán lo habían
creado, sobre todo, los sucesivos gobiernos de España y todos los partidos
políticos y del que indirectamente todos, con nuestro voto, éramos
responsables.
Entretanto,
son muchos los que defienden esta teoría, y los ciudadanos de toda España se
han ido dando cuenta de que el problema catalán no era un simple problema
regional, pues les estaba afectando a ellos.
CATALUÑA Y
ANDALUCÍA SOMOS TODOS
Hoy
Cataluña somos todos, pero Andalucía somos también todos. No porque queramos
echar al PSOE o que gobierne el PP o que triunfe VOX. Andalucía somos todos,
porque todos queremos un cambio radical. Andalucía no ha votado por Vox o
contra Podemos. Andalucía ha votado contra todos.
Ni España,
ni Europa se han percatado aún de la revolución que se está produciendo. El
ciudadano se siente arrinconado por los políticos. Y un animal arrinconado es
peligroso. La única vía de escape que se le permite son las 12 horas en las que
puede ir a votar. Los cuatro años siguientes se siente olvidado, menospreciado
y traicionado.
La
revolución ciudadana ha comenzado ya. No se fragua en dos días, como también
fue lento el proceso de las anteriores revoluciones: la de los esclavos, la de
los campesinos o siervos de la gleba,… o la revolución obrera. Pero la marcha
de la historia no hay quien la pare.
Además,
estamos en el siglo XXI, y ahora las cosas van mucho más rápido. Esta
revolución ciudadana reviste unas características especiales. No se trata de la
lucha de una clase social contra otra. Los malos no son ahora los burgueses y
ni siquiera los bancos. Ahora los malos son los políticos, que deberían ser los
representantes de los ciudadanos. Y si esta olla a presión les explota en su
cara, podemos caer en manos de un Trump o
de un Putin o una Marine Le Pen.
AVISO
ANDALUZ
Los
andaluces ya han avisado. Que nadie cante victoria. El próximo mes de mayo, con
la confluencia de tres posibles citas electorales, se puede producir una
hecatombe de todos los partidos políticos. Éstos no van a reaccionar, como
tampoco han reaccionado ante los resultados electorales de Andalucía.
Somos los
ciudadanos de a pie los que unidos debemos enfrentarnos a los partidos
políticos, porque ellos tratarán de etiquetarnos y enfrentarnos. Sus luchas por
el poder no deben ser nuestras luchas. Si callamos nosotros, hablarán los
populismos.
Andalucía
ha expresado la voluntad de cambio radical de todos los españoles y de todos
los europeos. Hoy Andalucía somos todos.
¿Donde hay que votar para que nos caiga un Putin?.
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