El peligroso camino hacia ninguna parte
FĂ©lix de
la Fuente [colaboraciones].-
Ni
pesimismo ni optimismo. Realismo. No sé si a lo largo de la historia ha habido
cambios sociales y tecnolĂłgicos tan radicales que se hayan producido en tan
corto espacio de tiempo como los que estamos viviendo actualmente. Estábamos
acostumbrados a que la sociedad, al menos desde el final de la segunda guerra
mundial, fuera avanzando positivamente tanto en lo social como en lo econĂłmico.
Actualmente,
sin embargo, los avances sociales y econĂłmicos se han paralizado y la
tecnologĂa se ha puesto al servicio de unos pocos. ¿Sabemos adaptarnos a estos
nuevos cambios?
A nivel
mundial tenemos, entre otros, dos graves problemas: la globalizaciĂłn y el
cambio climático. Y digo problemas, porque en un principio la globalización era
un hecho positivo -el acercamiento y la solidaridad entre los pueblos-, pero se
ha convertido en problema.
La
globalización ha pasado a ser controlada por las mafias y en parte también por
el gran capital, ha proporcionado cierto bienestar a las poblaciones más pobres
de China y de ciertos paĂses asiáticos, pero ha supuesto un descenso del nivel
de vida de millones de personas en el resto del mundo. La globalizaciĂłn es
sinĂłnimo de competencia desleal, de desprecio absoluto a los problemas del
medio ambiente y a las condiciones laborales y de desplazamiento y migraciones
de millones de personas a nivel mundial.
EL LETARGO
DE LA UE
En un
momento tan crucial en el que necesitarĂamos dirigentes de talla, pues los
problemas globales precisan solucione globales, tenemos unos polĂticos
preocupados Ăşnicamente por salir en la tele. Cuando más necesitarĂamos de una
colaboraciĂłn global, son los populismos y la xenofobia lo que triunfa.
En un
momento en que La UE deberĂa asumir la responsabilidad y el cargo que la
historia y los ciudadanos le hemos puesto en sus manos, la UE siguen en un
letargo tan profundo que ni el Brexit la va a despertar.
La UE, que
habĂa supuesto, con la supresiĂłn de fronteras y la libre circulaciĂłn de
personas, el primer paso de una globalización positiva e integradora, está
permitiendo barreras de todo tipo entre los diversos paĂses de la UE, e incluso
entre las diferentes regiones de un mismo paĂs.
Dentro de
la UE, es el Parlamento europeo el que deberĂa tomar más en serio los problemas
de los ciudadanos, pues es la instituciĂłn que al menos relativamente representa
a los ciudadanos, y digo “relativamente” pues los europarlamentarios, lo mismo
que los polĂticos nacionales, representan ante todo a sus respectivos partidos.
POLĂŤTICOS
DE SOBRA
Las listas
transnacionales a las elecciones al Parlamento Europeo fueron descartadas en
las Ăşltimas elecciones, porque “no habĂa habido
tiempo suficiente” para organizarlas. Al parecer, para nuestros
polĂticos cincuenta años que llevamos esperando las listas transeuropeas, no
son suficientes en el siglo XXI para tomar una decisiĂłn.
Las listas
transnacionales que podrĂan contribuir enormemente a crear el sentimiento de
ciudadanĂa europea, volverán a quedar descartadas dentro de 4 años, Llegaran
las próximas elecciones europeas y nos volverán a presentar la misma excusa.
La UniĂłn
Europea y España caminan hacia ninguna parte. El Brexit no ha tocado a la UE.
La UE ya estaba tocada y por eso ha surgido el Brexit. En la era de los
vehĂculos sin conductor quizás tengamos que preguntarnos si realmente
necesitamos conductores polĂticos, sobre todo, si se trata de unos conductores,
que en su mayorĂa tienen un carnĂ© de conducir regalado.
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