Mercedes Estrada, la abuela coraje de Chiclana, tendrá por fin a su nieta mañana, 26 de agosto

 

Es el plazo dado por el Tribunal Supremo para que la Junta se la devuelva, tras seis años de lucha en los tribunales y de viajes semanales a Granada para verla dos horas.-

 

Por fin parece que Mercedes Estrada, la abuela coraje de Chiclana, podrá tener con ella para siempre a su nieta Thalía, dada por la Junta de Andalucía en preadopción a una familia granadina a los pocos días de nacer, en vez de entregársela a la biológica como habría sido lo lógico. Han sido seis años de lucha en los tribunales, de viajes semanales a Granada para verla dos horas, de problemas de todo tipo, pero mañana, 26 de agosto, se habrá terminado este calvario (esperemos), ya que según la resolución del Tribunal Supremo, es el día en que el ente autonómico tiene que traerla a su casa.

 

Lo de Mercedes Estrada es para hacer una película. Lo que ha tenido que luchar y sufrir para que su nieta Thalía estuviera con su verdadera familia, en vez de con la de preadopción que decidió la Delegación de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta, basándose en unos criterios que nadie entiende, solo quienes se la quitaron sin motivo alguno, como así han dictado un juzgado de Cádiz, la Audiencia Provincial y el Tribunal Supremo.

 

Como ya les hemos contado la historia, no la vamos a repetir, aunque daremos algunos datos nuevos sobre la batalla judicial que ha llevado a cabo esta abuela para recuperar a su nieta y recordaremos algunas de sus vicisitudes. Los criterios técnicos para darla en adopción no se sostienen, pues basarse en que la madre de la niña era drogadicta estaba fuera de lugar, ya que Mercedes acudió al servicio de Tratamiento Ambulatorio, les contó lo que le pasaba, que su hija estaba embarazada y continuaba consumiendo cocaína: “Pensé que la iban a ayudar, pero avisaron a Servicios Sociales y durante la gestación no nos dijeron nada”.

 NADIE DE LA FAMILIA VALÍA PARA ADOPTARLA

 

Lo que pretendía era que se la dieran en adopción, por eso avisó de la situación de su hija, pero lo que hicieron fue declararla como persona no idónea para encargase de la pequeña, que nació el 2 de marzo de 2015 en Puerto real. El ente autonómico había declarado la situación de desamparo de la pequeña y la entregaron a una familia de acogida, al entender que no se daban las circunstancias idóneas para que procediera el acogimiento familiar.

 

Mercedes recurrió esta decisión de declararla como no idónea, asegurando que tenía inestabilidad familiar por su proceso de divorcio, o su presunta falta de firmeza como madre con su hija, no impidiéndole el consumo de drogas. Ante esto, sus hermanas y sobrinas pidieron que se la dieran en adopción a ellas para siempre, pero la Consejería dijo que no: “Parece que yo era el monstruo más grande que había”, ironiza la abuela. Para los servicios sociales de la Junta “nadie de mi familia era válido”.

 

QUISIERON ABURRIRLA, PERO NO LO LOGRARON

 

No le quedó más remedio que acudir cada quince días a la Plaza de Mina en Cádiz a ver a su nieta: “Yo pensé que estaban valorando mi dedicación a mi nieta, pero no era así. A los diez meses y medio tenía que volver a verla y no me dieron cita, por lo que llamé para preguntar cuándo podía ir y me contestaron que ya había sido dada en preadopción a una familia de Granada”.

 

Esto no la amilanó y consiguió que le dieran dos horas a la semana para verla, pero con la intención de aburrirla –sino no se entiende- la Junta le puso una hora el martes y otra el jueves, no las dos juntas, sabiendo que tenía que ir y venir dos veces en dos días, recorriendo cada vez 600 kilómetros. Logró finalmente que la dejaran ver las dos horas en un mismo día y así ha estado cinco años yendo y viniendo cada semana, con tal de que su nieta sepa que tiene una familia de verdad, hablándole de ella y de Chiclana.

 

EL JUZGADO DA LA RAZÓN A LA ABUELA

 

Entre tanto, la causa judicial seguía su curso y en noviembre de 2018 el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Cádiz le dio la razón y revocó la resolución de la Junta, estimando que fuese ella la que denunciara a su propia hija priorizando a su nieta, y valorando, entre otros, su estabilidad, que tuviera otros dos hijos perfectamente normales, el fuerte vínculo sentimental existente entre abuela y nieta, y el cumplimiento del precepto supremo de que en la medida de lo posible, los menores deben estar con su familia biológica, desechando así los argumentos planteados para no considerarla idónea.

 

Esto no le sentó bien a la Consejería, presentando ésta un recurso a la sentencia “siempre teniendo en cuenta el bienestar del menor”, que fue desestimado y que es el que recurrieron al Supremo la Consejería y los padres que tienen a la niña en preadopción. Afortunadamente, el Alta Tribunal rechazó estos recursos y falló a favor de la abuela.

 

CINCO AÑOS YENDO A GRANADA A VER A SU NIETA

 

Cinco años lleva acudiendo Mercedes a Granada, muchos para poder subsistir por sí misma. Acudir todas las semanas ha sido muy duro y muy caro. Ha tenido épocas de desempleo, por lo que de no ser por la familia, no habría podido hacerlo sola. Tuvo que comprar otro coche porque el que tenía lo dejó para el arrastre. Llueva, ventee o haga calor, recorre la distancia que une ambas ciudades con la ilusión de ver de nuevo a su nieta.

 

Su familia ha estado siempre a su lado, ayudándola en todo lo que necesitaba, abogado incluido. Manifiesta que “estaba dispuesta a hacer todo por mi nieta, lo que fuera, incluso a encadenarme en Sevilla frente al palacio de San Telmo, sede de la presidencia de la Junta de Andalucía”. Por suerte no le hizo falta.

 

ACTUACIÓN INCOMPRENSIBLE DE LA JUNTA

 

En esta historia hay cuestiones incomprensibles, aunque la más notoria es el comportamiento de la Junta, primero gobernada por el PSOE (Susana Díaz) y ahora por el PP (Juanma Moreno). Su actitud desde el principio choca, porque si hay alguien que se preocupó por la niña fue su abuela, estando en el vientre de su madre todavía, por lo que considerarla no idónea para su custodia chirría. Cuando Mercedes acude a los tribunales y gana lo lógico es que hubiera acatado la sentencia en vez de recurrirla.

 

Suena a chulería esta forma de actuar. ¡Cómo una simple mortal puede enfrentarse a la todopoderosa Junta de Andalucía! De hecho, cuando la abuela anunció que iría al juzgado la funcionaria le respondió que desistiera, que no iba a ganar, pero eso fue un acicate para ir a la Justicia y demostrarles que estaban equivocados.

Cuando ya se conocía lo que pensaba el Supremo, la Junta envió un comunicado contando la historia. Habla de las sentencias y los recursos presentados.

 

LA CONSEJERÍA SE EXPLICA

 

Comenta que es la responsable de la protección de los menores que por distintas circunstancias se encuentran en situación de desprotección y toma las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los mismos. Esta labor “a veces conlleva la necesidad de separar al menor de sus padres y de su familia: normalmente de manera transitoria mientras se aclaran las circunstancias o se corrigen los problemas y las situaciones familiares que han llevado a la necesidad de adoptar una medida protectora”.

 

En cualquiera de los casos, se ponen en marcha una serie de medios técnicos y equipos profesionales especializados para conseguir, si es posible y en el menor tiempo, la vuelta del menor con su familia una vez normalizada su situación: “Éste es el procedimiento que se utiliza aunque nunca, por la obligación de reserva de datos de carácter personal y por respeto al menor y a toda su familia, se va a hacer pública la información y los datos que han servido de base para tomar las decisiones y las medidas adoptadas”.

 

INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR

 

Dice la Junta que las familias son informadas a lo largo de todo el proceso de las decisiones que se van tomando y de los medios que tienen a su disposición para oponerse a ellas, por lo que en ningún momento se encuentran indefensas o desinformadas: “Siempre pueden acudir al ámbito judicial si consideran vulnerados sus derechos o no comparten la decisión adoptada con sus hijos o nietos”. Mercedes se ha tenido que ir enterando por su cabezonería y en los juzgados de lo que pasaba y por qué le ponían tantas trabas para ver a su nieta.

 

Reseña también que cuando la entidad pública declara la situación de desamparo de un niño, suspende la tutela a sus progenitores y adopta una medida de protección, “siempre se fundamenta en el interés superior del menor, que prima sobre cualquier interés también legítimo con el que pueda concurrir y únicamente con una finalidad: proteger al menor y garantizarle una atención y un desarrollo integral (esto es un buen desarrollo físico, emocional, intelectual y social)”. Todo lo contrario de lo que han hecho en este caso.

 

EL FALLO DEL SUPREMO SIENTA JURISPRUDENCIA

 

Afirma la Junta que las decisiones son adoptadas en un procedimiento administrativo, donde distintos informes (Servicios Sociales, Salud y Educación y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad) describen los indicadores de riesgo o desprotección que han llevado a la intervención en la vida del menor, “indicadores que se valoran y se ponderan para determinar el nivel de gravedad”. Aquí estos informes se columpiaron y una niña ha estado con una familia extraña seis años en vez de hacerlo con la verdadera.

 

Lo sucedido en el Tribunal Supremo también es para enmarcar. Según su abogado, Juan Isidro Fernández, “es la primera vez que se gana en el Supremo un caso como este. Hemos sentado jurisprudencia”. El Supremo lo tuvo muy claro desde el principio, primero la Fiscalía apoyando la tesis de Mercedes Estrada y días después el propio Tribunal. Tanto que resolvió el caso en ¡solo 24 horas!, contando con el apoyo de dicha Fiscalía.

 

DEPURAR RESPONSABILIDADES

 

Los derechos de su nieta los hizo valer ya antes de que naciera. Entre otros argumentos, alegaron que estaba separada o que era responsable de la drogadicción de su hija. Desde 2017, según los tribunales, Mercedes es apta para cuidar de su nieta, pero cuatro años después, por la cerrazón de la Junta, la niña todavía no ha pisado la que a partir del 26 de agosto, si la administración andaluza no se inventa algo nuevo, será su casa.

 

Los informes presentados por ésta para evitar dar cumplimiento a la sentencia, alargaron este proceso. El último fue emitido 14 de junio de 2021 la delegación territorial de Cádiz de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, que fue enviado al Tribunal Supremo.

 

Un psicólogo de Menores de la Junta reconoce que “por razones que no vienen al caso, el procedimiento judicial de oposición se ha prolongado por un periodo de más de 5 años y medio”. Asevera que el tiempo transcurrido debido a los recursos de apelación, “habría podido condicionar la situación de apego de la niña”. Más claro agua. ¿Pagará alguien el daño ocasionado a Thalía y a su familia biológica durante los cinco años de litigio absurdo por parte de la Consejería andaluza? Nos tememos que no.

 

LUCHA ABSURDA DE LA JUNTA

 

El abogado de Mercedes, Juan Isidro Fernández, lamenta la “lucha absurda que emprendió la administración andaluza. Han sido muchos años en los que se debería haber trabajado por la reinserción con su familia biológica, que es lo que dictaminan los Derechos del Niño”.

 

El plazo para entregarle a su nieta tras el fallo del Supremo es de veinte días, que finalizan el 26 de agosto. El juzgado de Cádiz ya está al tanto de ello y estará atento a lo que pase, aunque esperan que la Junta de Andalucía, por una vez, sea consecuente y entregue a la menor a su abuela ese día o antes. Retrasarlo no tiene explicación alguna. Si hay que llevar a Thalía con su verdadera familia, ¿para qué agotar el plazo hasta el último momento? Para seguir haciendo daño a ambas partes?

 

ESPERANDO SU LLEGADA

 

Mercedes Estrada tiene claro que deben entregársela “por las buenas o por las malas, pero no creo que la Junta se mete en otro lío. No tiene sentido”. Esperemos que todo discurra por los cauces normales y que abuela, familia y nieta puedan reencontrarse en Chiclana y quedarse aquí para siempre. Ya tiene desde hace años una habitación esperándola y una familia loca por verla, cuidarla y abrazarla.

 

Lo peor va a ser el impacto al principio después de seis años viviendo con unos padres adoptivos. Tendrán que ser muy sutiles para que el cambio no sea muy brusco y se adapte lo más pronto posible. En su favor juega el amor de su abuela y los pocos años que tiene. Lo importante ahora es que regrese a donde debió estar desde que nació. Lo demás vendrá a su debido tiempo.

 

PACO LÓPEZ