Las libertades y “los protoculos” de Ayuso
Ni estoy acostumbrado a hacer ni me termina de gustar, pero me veo en la tesitura de sacar dos columnas de opinión seguidas con el mismo asunto de fondo. El Covid-19 impregna nuestras vidas desde hace dos años. Y esto las noticias lo reflejan a diario.
Nos hemos desayunado con las informaciones que apuntan que la Consejería de Salud de Madrid ha mezclado pacientes, con y sin Covid, en habitaciones del Hospital de La Paz (hasta el momento no se sabe si hay más centros madrileños en la misma situación, pero no se descarta). Por increíble que parezca, todo apunta a que ni Antonio Zapatero Gaviria (viceconsejero), ni Enrique Ruiz Escudero (consejero), ni la gran adalid de la libertad, Isabel Díaz Ayuso, hayan aprendido algo sobre Covid en este largo tiempo.
CASI TODOS LOS MEDIOS LO REFLEJAN A DIARIO
Hace solo una semana -el pasado día 10 de este mes- doña IDA volvía a presumir de gestión sanitaria: “¿Qué comunidad ha hecho más que Madrid contra la pandemia?”. Sin embargo, cualquier televisión menos la suya (Telemadrid), la de su colega Juanma Moreno (Canal Sur) y la confesional Trece -propiedad de los mismos que le dan a ambos las hostias (solo en los templos, claro)-, la desmienten a diario con las imágenes de los ambulatorios de Atención Primaria atestados de personas. Gente que allí recibe cualquier cosa menos atención sanitaria a tiempo y sin prisas.
Retrasos espectaculares en las listas de espera de Especialidades -y de Cirugía- en los hospitales, son las dolorosas consecuencias de la causa principal: el desplazamiento masivo de la atención de los casos de Covid hacia las Urgencias de esos hospitales como La Paz.
Y para luego... saltarse cualquier mínimo protocolo de seguridad y hacer compartir la habitación a un paciente sano de Covid con otro enfermo de esta infección (además con alta probabilidad de que este sea un lerdo negacionista antivacunas).
Copiar el sistema de Trump tiene ese patrón: Haz lo contrario de lo que dices combatir... y muéstrate luego orgulloso de ello, mintiendo en las declaraciones a la prensa a sabiendas. La presidenta se toma toda su libertad para replicarlo.
La comparación entre las libertades (a la madrileña, a la vasca, a la murciana... o a la andaluza) existe porque, solo en un país como el nuestro, impera la locura de diecisiete libertades distintas -con diecisiete protocolos sanitarios distintos- para lidiar con una sola y única pandemia. Bueno... quizás visto lo visto en Madrid y atendiendo -sobre todo- a su empleo y resultado, igual va siendo hora de renombrarlo como protoculo.
Y todo esto pasa porque al frente del país hay un táctico electoral en lugar de un estadista. Entre el primer y el segundo de los estados de alarma inconstitucionales se quitó de enmedio la patata caliente: “Desde ahora esto de la pandemia, para las autonomías.. y que les chillen a Aragonés, Urkullu, Moreno, Feijóo, Puig, Mañueco, Armengol, Revilla, Vara... y sobre todo que le chillen mucho más a Ayuso” por cada uno de los protoculos regionales, debió pensar desde la comodidad monclovita.
El trilero de la mini-reformilla laboral, Pedro Sánchez, no ha debido considerar -ante el problema más grave que la humanidad tiene en decenas de años- que él igualmente tiene la libertad de la que habla doña IDA. La que hace falta para aplicar uno, dos, tres... o diecisiete Artículos 155 sanitarios a cada reino de taifas que haga protoculos en lugar de protocolos.
Pero, entre los votos de sus socios de ahora -también los del electorado después- y el interés general, siempre elegirá lo primero. No tiene la mínima visión de Estado -ni la testiculina necesaria- para ello.
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