Residentes de un camping denuncian la tardanza de la ambulancia en acudir a tres urgencias

No había vehículos para llevarlos al centro de salud ni médicos que los atendieran, estando una de ellas a punto de entrar en coma, llegando casi una hora después de avisar al 112.-

Residentes del camping La Rana Verde han mostrado su indignación por la tardanza de la ambulancia en llegar a este lugar, para atender a varias personas que sufrieron desmayos en días distintos, debido a un golpe calor por las altas temperaturas que estamos teniendo. Hace dos semanas tardó alrededor de una hora y estuvo a punto de provocar que la persona afectada, una mujer de 46 años, perdiera la vida. Desde el 112 se les informó que no había ambulancias disponibles. (FOTOS: Calles del camping donde sucedieron los desmayos, familiares de los afectados y el joven que les ayudó). 

Hace dos días pudo ocurrir otra tragedia en el mismo lugar, ya que hacia las 15,00 horas, con un intervalo de unos minutos, a dos jóvenes de 20 y 16 años les ocurrió algo parecido. El calor que está haciendo hace que las calles del recinto se calienten mucho más, lo que ayuda a que estos golpes de calor sean muy fuertes y frecuentes, lo que ocasiona estos desmayos.

El mayor de ellos estuvo esperando la ambulancia unos 45 minutos y el más joven, en la calle paralela, fue llevado por su familia en el coche al centro de salud de Los Gallos, viendo lo que estaba pasando, siendo trasladado posteriormente al hospital de Puerto Real, donde también llevaron al otro muchacho. Allí les hicieron diversas pruebas, no encontrando nada y siendo dados de alta alrededor de la media noche.

Se da la circunstancia de que las tres personas afectadas son familia, sevillanos y pasan las vacaciones desde hace años en este camping chiclanero. La situación más grave fue la primera, ya que fue empeorando a medida que pasaban los minutos, estando a punto de entrar en coma.

UN SOLO MÉDICO PARA CHICLANA

En este camping hay otro joven, también sevillano, de Umbrete, llamado Víctor Gil, que pasa sus vacaciones allí y es amigo de esta familia. Nos contó que cuando la mujer se cayó al suelo, le pusieron las piernas en alto y lo normal es que a los pocos minutos reaccionara, “pero no fue así. Estaba inconsciente y llegaron los socorristas de la piscina, que entienden más que cualquiera de nosotros. Estaba en mitad de la calle, el asfalto ardiendo y no había forma de recuperarla”.

Con una manguera de su parcela empezaron a mojar el suelo para que no se quemara. Llamaron al 112, tardando varios minutos en cogerles el teléfono, “lo que agravó la situación de esta mujer y cuando responden nos dicen que la traslademos nosotros al centro de salud de Los Gallos (está cerca de allí), respondiéndole que no podíamos trasladarla porque estaba inconsciente en el suelo y vomitando, por lo que tuvimos que ponerla en situación lateral para que no ahogara”.

En el 112 les contestaron que “teníamos que llevarla nosotros porque no había ambulancias disponibles, a lo que nos negamos”. Otros residentes del camping también llamaron a este servicio de la Junta de Andalucía, recibiendo la misma respuesta. Llevaba media hora en el suelo cuando Víctor llamó al 061, viendo que empezaba a convulsionar y que el empeoramiento iba a mayores.

En el 061 tampoco le dieron alternativa alguna: “Me dijeron que solo había un médico para la zona de Chiclana y que estaba ocupado, por lo que le pregunté qué hacíamos entonces, que por nuestra parte no podíamos intervenir más. Poco después llegó una ambulancia, pero solo con el conductor, que tampoco podía hacer nada, llamando a la central y diciéndole que no podía trasladar solo a esta persona en el estado en que se encontraba, convulsionando, con la conciencia perdida desde hacía tres cuartos de hora”.

A PUNTO DE ENTRAR EN COMA

Diez minutos más tarde llegó una ambulancia del 061 con soporte vital: “El médico que venía en ella vio la gravedad de la mujer y nos dijo que si llegan a tardar unos minutos más habría entrado en coma. Le dimos incluso azúcar para que reaccionara mientras esperábamos, pero no había manera”. Señala Víctor que “le dije al médico que era una vergüenza lo que había pasado, que no podía tardar tanto una ambulancia en llegar, contestando que había pocas y pocos médicos en la zona y que ellos venían de Barbate”.

Le comentó también que venían “de rebote, porque el 112 les dio el aviso y minutos después se lo quitó al decirle el telefonista que la llevaríamos nosotros. Al médico le sonó raro que activaran un aviso con un estado tan grave y que al momento se lo anularan, decidieron acercarse porque estaban cerca y se dirigieron al camping para ver cómo estaba la situación”.

Los residentes de La Rana Verde estaban alterados ante esta situación y algunos de ellos se enfrentaron al conductor de la primera ambulancia que llegó, porque la dejó al lado de la mujer y le daba mucho más calor, siendo empujada por varias personas hasta quitarla de allí, lo que provocó enfrentamientos del conductor con estos residentes, aunque la situación no pasó a mayores. Los nervios hicieron mella en estos veraneantes.

HACEN FALTA MÁS AMBULANCIAS Y MÉDICOS

Resaltar que la familia afectada valoró positivamente la actuación de Víctor Gil, afirmando que le salvó la vida a la mujer con lo que hizo. Estos sucesos dejan claro el lamentable servicio que se presta, aunque esto no es nuevo, pues llevamos más de treinta años así, con escasez de ambulancias y en verano los problemas se multiplican con el aumento de población, triplicándose ésta, lo mismo que el resto de localidades del entorno.

La falta de ambulancias y de médicos provoca este tipo de situaciones, que en tiempos de gobiernos socialistas no se solucionaron y ahora, gobernando los populares, no se ven mejoras en este apartado. Por otra parte, también podrían dejar Los Gallos para urgencias y atender a los que viven en esa zona y en la playa y no solo La Longuera. Lo que es inadmisible es que cada vez que se llama a una ambulancia ésta tarde tanto y que falten médicos en unos meses en los que Chiclana cuenta casi con 300.000 habitantes.

Hacen falta más ambulancias para prestar servicio en la costa, con las que hay no se puede atender a tanta gente. Y si con una empresa no es suficiente pues que contraten otra, pero no se puede dejar la vida de las personas en manos de la suerte como ha ocurrido esta vez. Estos tres casos son similares a otros que han tenido lugar en nuestra localidad y en otras cercanas. Y todavía queda mucho verano y mucho calor por pasar.