Las obras de la calle Cabezo, un ejemplo de cómo derrochar dinero público en unos trabajos chapuceros

En vez de solucionar el problema de humedad que tienen los vecinos desde hace décadas, lo han acrecentado con los trabajos que han hecho.-

Recientemente finalizaron las obras en la calle Cabezo, en las que se ha procediendo a la sustitución en la zona sur de la calle de las jardineras existentes por otras nuevas y en la zona norte sustituir las base de ladrillo por jardineras. La intención era, según la concejala de Vías y Obras, María Ángeles Martínez, “mejorar, hacer más bonito, agradable y amable el centro urbano”. Lo que han hecho en realidad es una chapuza carísima, 73.858,57 euros con el IVA incluido, que ha llevado más humedad a las casas de los que viven allí.

Ya desde el principio no pintó bien. Los residentes se dieron cuenta de que cambiar unos arriates y unas barandillas podría tener consecuencias, viendo cómo iban los trabajos. Como dijo la edila, lo que allí se haría era embellecer la calle, pero no arreglar los problemas que tienen los vecinos, el más importante la filtración del agua, que provoca humedad en sus casas. La cuestión es que la pavimentación se hizo sin enlechar bien y sin capa higiénica, lo que provoca que las viviendas absorban el agua que cae a la vía.

Una vecina, que entiende de estas cosas, vio que  dos albañiles estaban poniendo ladrillos toscos para hacer los arriates sin mojarlos antes, lo que le sorprendió. Hablo por teléfono con el encargado y éste le respondió que los ladrillos no hay que mojarlos y que qué sabía ella, que él era el oficial y que su interlocutora no tenía ni idea.

Según esta revista ha consultado con profesionales de la albañilería, como afirmaba este mujer, los ladrillos hay que mojarlos para evitar que absorban el agua del cemento, que siendo, además, época de verano y con un calor asfixiante como el que hemos padecido este año, así como el levante, que sí estuvo presente en esta ocasión, éste seca muy rápido. En la foto se ve claramente los ladrillos que están sueltos, que llevaban seis o siete días colocados nada más.

JARDINERAS

Otra chapuza puede verse en el acabado de algunos arriates, desplomados y con el cemento que tapa los ladrillos, que tienen que ir vistos. Días después de colocarlos y ante las quejas vecinales, desmontaron algunos arriates y volvieron a colocarlos. Sin embargo,  la calidad del trabajo final deja mucho que desear. Las nuevas  jardineras se han realizado (según la versión oficial) con una base de ladrillo macizo rústico, sobre los que se han colocado jardineras en acero.

Sobre esto también surgen dudas. Si el acero es normal, aunque se diga que es inoxidable, termina oxidándose, que es lo que ya está pasando y los trabajos acaban de finalizar. Pare evitarlo se suele poner acero cortén, cuyo óxido le protege y evita la oxidación. El cortén es el utilizado en las dos entradas nuevas del Ayuntamiento, que años después de colocarlo, se encuentra en perfecto estado.

EL GOTEO, OTRA CHAPUZA

Como actuación complementaria se ha llevado a cabo una instalación enterrada de riego por goteo para dar este suministro a las nuevas jardineras. Lo que no dice el Ayuntamiento es que el trabajo tampoco ha estado bien. Tuvieron que romper lo recién hecho porque el goteo perdía agua, lo que provocó que  todos los arriates estuviesen mojados por abajo, provocando más humedad en las casas.

El coste, según fuentes municipales, ha sido de 57.000 euros, pero según el anuncio de adjudicación de la Consejería de Turismo, que es la que concede la subvención como Municipio Turístico de 2021, el costo era de 61.040,14 euros, a los que había que sumar el 21% de IVA, lo que hace un total de 73.858,57 euros.

Hay 4.000 euros más de lo dicho por el Consistorio. El alcalde, José María Román, dijo en marzo que las obras de la calle Cabezo saldrían por unos 70.000 (con IVA incluido, suponemos), que repitió al hablar de las que se están haciendo en la calle Fierro.

La calidad del trabajo realizado en esta calle deja mucho que desear. Hay losas rotas, el suelo está sucio, zonas que tienen varias tonalidades del color rojo, etc. Otra chapuza está en la parte que da a la calle Fierro. En las paredes de unas casas, en estado de abandono,  había un sinfín de pintadas, la mayoría obscenas. Pues bien, no se les ha ocurrido nada mejor que arreglar y pintar solo el trozo de los grafitis, dejando la parte de arriba como estaba, lo que contrasta más que antes.

HAN AGRAVADO EL PROBLEMA DE LA HUMEDAD

Siendo una zona de jóvenes, no han puesto ni una sola papelera, por lo que arrojarán latas, vasos y bolsas al suelo. Si ya lo hacen habiéndolas, así se lo ponen más fácil. Otra cuestión que no se entiende es que haya rampa para minusválidos en la mitad de la vía, mientras que el resto sigue con escaleras a ambos lados de los arriates. Recientemente, un ciudadano que no era de Chiclana y que iba en silla de ruedas, para acortar camino subió por la rampa que hay desde la plazuela de San Carlos, teniendo que dar la vuelta al llegar arriba.

Dicen los vecinos que para lo que han hecho, habría sido mucho mejor dejarlo como estaba, porque han agravado el problema de humedad que llevan décadas padeciendo. Desde luego, esta chapuza no hace más atractiva ni amable esta zona, al contrario. Y el alcalde presumiendo de lo realizado allí. De vergüenza.