Los muertos de Bolsonaro

Fernando Perea [colaboraciones].-

Las elecciones presidenciales del domingo pasado en Brasil desalojan a Jair Bolsonaro de la sede presidencial del Palacio de La Alvorada en Brasilia. Será el 1 de enero próximo cuando Luiz Inacio Da Silva Lula releve a ese Trump de marca Hacendado. La esperanza de vuelta a un gobierno con un presidente decente se abre paso para 215 millones de brasileiros si bien, para deshonor de ese pueblo, se realizó por un margen más que exiguo (menos del dos por ciento de votos).

El paso de JB será, posiblemente, la mayor vergüenza de la historia del país. El libro de  Walter Barreto titulado Bolsonaro-1560 frases -editado este mismo año- es un compendio de las frases de un descerebrado. Por citar solo tres: sobre la dictadura militar: “Su error fue torturar y no matar”; sobre sus rivales: “Si fuera por el Partido de los Trabajadores, la pedofilia pronto dejará de ser delito” o sobre un dirigente político indígena: “Que se vaya a comer hierba para mantener sus orígenes”. No sé si sus iniciales igual dan pista de alguna habitual adicción que justifique su diarrea verbal.

Hay dos crímenes en su mandato que sobresalen sobre los demás: la deforestación del Amazonas y la deliberada inexistencia de medidas antipandémicas. Y eso que asuntos como la triplicación del número de armas de fuego o los asesinatos políticos, no son cosa menor. 
Pero el medioambiental y el sanitario son capitales.

Lo amazónico se explica en datos. En los primeros nueve meses de 2022 se ha deforestado un 12,9% más que en todo 2021: 9.227 km cuadrados, según cifra el Instituto de Pesquisas Especiales (INPE). El anterior lamentable record son los 9.178 de 2019. Ese oxígeno que Bolsonaro ha robado al planeta afecta a toda la humanidad, inclusive la parte de los seres vivos que respiran en Chiclana.

Lo pandémico también son números: 660.000 muertos por covid19. Ha hecho de Brasil el líder mundial en fallecidos-covid por millón de habitantes (3.093). Empezó por la negación de la pandemia... hasta que él mismo se contagió. Más tarde, empezó la desinformación sobre vacunas. En diciembre de 2020 sobre la primera vacuna -la de Pfizer- este aneuronado dijo que no recomendaba la vacunación: “...si alguien quiere convertirse en lagarto, ese es su problema”.

REMEDIOS DE BUHONEROS CONTRA EL COVID

La sanidad brasileña estuvo aplicando un kit de fármacos en sus hospitales tan inútiles como desaconsejables. Bolsonaro curaba el covid con la hidroxicloroquina que Trump puso de moda, unido a un antibiótico (azitromicina), un antiparasitario (nitazoxamida), un medicamento contra las lombrices intestinales (ivermectina) y una vitamina -la D- que sin presencia de sol no se activa. Le Monde Diplomatique encontró especialistas que afirmaron que estos medicamentos triplicaron la mortalidad.

Su salida de la presidencia facilita que sea procesado. Los más de cien procedimientos iniciados contra él ha sido sistemáticamente frenados por el Fiscal General, Augusto Aras, nombrado por el propio Bolsonaro en 2019, y único capacitado constitucionalmente para cuestionar judicialmente a un presidente.

Causas sobre covid, abuso de poder, medio ambiente, ofensas y corrupción. En este último terreno destacan cuestiones tan irregulares como que de las 107 propiedades que compró la familia Bolsonaro, la mitad se pagó con dinero en efectivo y sin ninguna trazabilidad bancaria.

El domingo se demostró que la mayoría de los brasileños -al menos, el 50,8 % que votó por Lula- quiere que la Justicia de su país pronto se acuerde de los afectados por el extremista de derechas que les presidió de 2019 a 2022, es decir, se acuerden de los muertos de Bolsonaro.