Uno de nuestros establecimientos emblemáticos, Autoservicio Los Rosales, echó el cierre por la jubilación de su dueño, Emilio Fernández
Llevaba sesenta años frente al Ayuntamiento y comenzó con su padre.-
El pasado 31 de enero cerraba sus puertas el Autoservicio Los Rosales, después de sesenta años frente al Ayuntamiento atendiendo a los chiclaneros y foráneos. El motivo es la jubilación de su propietario, Emilio Fernández Moreno. Sorpresa y tristeza de sus clientes porque ya no podrán ir más a comprar sus excelentes productos.
Su
padre, Emilio Fernández Gutiérrez,
adquirió en 1962 una parte de la tienda de ultramarinos que había en la calle
La Vega, 34. Quince años más tarde, en 1977, adquirió la otra parte y puso al
frente a un encargado, porque él siguió trabajando como responsable en un estanco
que había en el número 9. Temiendo que se vendiera la casa, la compró también.
Allí empezó Emilio Fernández Moreno
a trabajar y allí se jubiló.
Han sido muchos años levantándose temprano y acostándose tarde, luchando por sacar a la familia adelante. En este tiempo Chiclana ha cambiado mucho, y lo que eran tiendas de comestibles como la suya, se fueron convirtiendo en autoservicios, muchos de ellos formando parte de una cadena importante, como es el caso de Los Rosales.
Pero también les salió competencia: los supermercados e hipermercados, especialmente estos últimos, que ofrecían muchos más artículos y de todo tipo, y a unos precios mucho más bajos, ya que podían comprar en mayor cantidad. Muchas tiendas de barrio cerraron por esta causa, pero Los Rosales, en cambio, no se vio demasiado afectada.
BUENOS PRODUCTOS Y MEJOR ATENCIÓN
La clave estaba en sus buenos productos y en su clientela, que no le importaba comprar allí aunque fuera algo más caro. Tenía lo mejor y eso era apreciado por sus clientes. Además, si a eso le sumamos el trato que les dispensaba, quedaba claro que por muchos supermercados que pusieran, sus clientes no le iban a abandonar. Y así ha sido hasta el último momento.
Las nuevas generaciones tienen otras ideas y son muchos los comercios que cierran cuando se jubila el dueño, porque los hijos han preferido coger otros caminos en vez de llevar la vida sacrificada de sus padres. Éste ha sido el caso. Se nos hará raro encontrarlo cerrado, no ver la cara de Emilio con su eterna sonrisa y amabilidad, ni la de sus escuderos, Manuel Rivera Mota y Pepe Celi García.
Nos consta que Emilio no lo está pasando bien. Son muchos años de trabajo en ese lugar y no es fácil acabar de golpe con esa rutina de décadas. Pero ahora podrá descansar y dedicarse a la familia y a recuperarse, porque los últimos años han sido difíciles. Lo tiene bien merecido.
El centro va perdiendo establecimientos clásicos: Canito, Los Rosales, Capricho, África Modas, Joyería Manolo Gómez, Tropos, Roberto Benítez, Telas Isi..., y otros que le seguirán pronto. Seguimos perdiendo parte de nuestra identidad.
Es una auténtica pena, ?pero poco se puede esperar de un pueblo que solo tiene el atractivo del mercado, cuando el mercado cierra parece que el pueblo tambien, para las autoridades municipales en Chiclana solo existe La Barrosa y Sancti Petri, lo demás no les interesa para nada y no tienen en cuenta para las próximas votaciones municipales, (ojo Sr, Román) los que votan son los censados en Chiclana no los turistas
ResponderEliminarEn el pais de los CIEGOS el TUERTO es el rey.
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