S'acabó

In memoriam.-

Nadie puede escoger el lugar donde ha de nacer. Pocas personas pueden elegir el sitio donde morir. Pero los seres humanos, libres y emancipados, sí pueden decidir el espacio donde vivir.

 

María Jiménez, decidió vivir en Chiclana. Y cuando sus vecinos colgaban en la puerta de su vivienda un cartel que decía Cuidado con el perro, ella puso uno similar: Cuidado con la dueña. Genio y figura.

 

Aquí encontró la paz y el sosiego que la vida le había negado. Aquí era una más paseando por la calle La Vega o comprando en la Plaza. Cuando era reconocida mientras compraba pescado o carne en algún puesto del antiguo mercado de abastos y le preguntaba sorprendida si era ella, no la dejaba terminar y le respondía sonriendo: “¡Sí, soy María Jiménez!”.

 

Aquí tenía soledad cuando la necesitaba y compañía cuando la quería. Aquí encontró amor, cariño, comprensión y afecto. Aquí podía cocinar para el compañero y escuchar los halagos a sus virtudes culinarias. Aquí recibía a Pepe, evocaba tiempos pretéritos y lo despedía cuando se torcía la convivencia. Aquí era todo lo feliz que le permitía la memoria. Aquí nada era afectado, todo devenía natural y ella lo agradecía.

 

Hoy ha sido despedida en su ciudad natal, Sevilla, como ella quería que lo hicieran, en coche de caballos por las calles de su Triana, entre los aplausos de sus vecinos, que siempre la quisieron y nunca la olvidaron. Una despedida acorde a su figura.

 

Hemos perdido a una excelente artista y cantante, ariete de la lucha contra el maltrato a las mujeres, en unos tiempos en los que esto no estaba bien visto y menos si el denunciado era un hombre famoso, y el suyo lo era, y mucho. Pero no se arredró y continuó en su lucha, enfrentándose a los molinos televisivos y de la prensa amarilla y machista de la época. Y ganó en los tribunales, pero no le sirvió de nada porque el delito había prescrito.

 

Tuvimos la suerte de que fuera vecina nuestra durante tres décadas. El pueblo la adoptó como tal, las autoridades le entregaron la medalla de oro de Chiclana y devolvió tanto afecto con su afabilidad y espontaneidad. La echaremos de menos.

¿S'acabó? Ya lo dijo María en una entrevista televisiva: “Esto no acaba aquí”.