Cristianismo de procesiones y cristianismo de playa
FĂ©lix de la Fuente [colaboraciones].-
El hecho de que en muchas zonas de España coincidan las grandes procesiones con el turismo masivo de playa, nos está indicando que las dos cosas son compatibles. Los cristianos han sabido adaptarse a la situación del siglo XXI. Por eso, creo que estamos ante una buena ocasión para que pensemos en cristiano.
Recientemente los obispos españoles han cursado una invitaciĂłn a las personas que no marcan la X en la declaraciĂłn de la renta, para que participen en el sorteo de un viaje de cinco dĂas, dando por supuesto que, si no marcan la X a favor de la Iglesia en la declaraciĂłn de la renta, es porque desconocen todo lo que se logra con esa X.
No sĂ© si es esa la razĂłn por la que muchos no marcan la X a favor de la Iglesia, pero lo que sĂ sĂ© es que, consciente o inconscientemente, los obispos han acertado en resaltar dĂłnde está la idea fundamental del cristianismo: la solidaridad. “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme”. “En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos mĂos más pequeños, a mĂ me lo hicisteis”. (Evangelio de San Mateo).
¿Se puede ser tan cristiano descansando en la playa como asistiendo a las procesiones? Pues sĂ, porque tanto una cosa como la otra son algo accidental en el cristianismo. Creo que la mayorĂa de los españoles -seamos cristianos o no- somos conscientes y sabemos apreciar la labor social y humanitaria que está haciendo Cáritas, y somos conscientes tambiĂ©n de la enorme labor social que podrĂa hacer la Iglesia catĂłlica si vendiera y supiera administrar socialmente todos los inmuebles que actualmente le sobran.
Hubo una Ă©poca en la que quizás era preciso construir iglesias, pero ahora estamos en la Ă©poca en la que sobran iglesias (no me refiero a las de tantos pueblos semivacĂos en los que la iglesia es lo más caracterĂstico). “El gran problema que tenemos ahora es la venta de iglesias”, decĂa hace poco tiempo el jerarca de una gran ciudad.
Quizás algunos de los que no marcan la X a favor de la iglesia se pregunten ¿cuánta obra social se podrĂa hacer con la venta de dos iglesias del centro de Madrid o Barcelona? (Son muchas más las que sobran en estas ciudades). Es este el ejemplo que estamos esperando todos de la jerarquĂa catĂłlica.
Se puede ser un buen cristiano, aun sin estar bautizado. Se puede ser cristiano, aun creyĂ©ndose ateo. No son las procesiones ni la asistencia a misa lo que por sĂ solo caracteriza a un cristiano, sino el espĂritu de solidaridad.
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