Las cofradías del Santo Cristo y de la Soledad brillaron con luz propia en la noche chiclanera
La Soledad salió de la Iglesia Mayor y regresó después de más de un año a su templo
El Viernes Santo es el único día en que dos cofradías procesionan en Chiclana: el Santo Cristo de la Veracruz y la Soledad y el Santo Entierro. Al ser fin de semana y con muchos veraneantes en nuestra ciudad el número de personas en las calles es mayor que en días anteriores. A las 7 de la tarde salió de la capilla del Santo Cristo su titular y dos horas más tarde lo hizo de San Juan Bautista la Soledad. (FOTOS: Santo Cristo, nazareno de la Soledad con la corona de espinas y Santo Entierro).
El Santo Cristo es uno de los pasos más impactantes de los que desfilan por nuestras calles. Tener tantas imágenes y, sobre todo, la espectacularidad del Cristo, en la que la sangre que hay sobre su cuerpo, sobrecoge, hace que esta procesión, de un solo paso, sea diferente. A la hora prevista la Plaza del Santo Cristo se encontraba llena de gente. Su salida del templo es muy bonita y difícil, ya que debe bajar por una empinada rampa.
Una vez en la plaza, el paso empezó a girar hacia la calle Bailén, despacio, balanceándose al compás de la música que interpretaba la Agrupación Musical “La Caridad”, de Sanlúcar de Barrameda. Desde un balcón de la plaza, Antonio Ramos, Ramito, le cantó una hermosa saeta, que fue muy aplaudida por el público.
Tras enfilar por Bailén se desvió Hormaza abajo, Jesús Nazareno, Constitución, Joaquín Santos, La Plaza (carrera oficial), Alameda del Río y por el puente de Nuestra Señora de los Remedios pasó hacia La Banda. Ancha, San Cayetano, Olozaga, Santa Ángela de la Cruz, Plaza Andalucía y de nuevo a cruzar el Puente Grande hacia El Lugar.
Desde la Plaza España se dirigió Fierro arriba, pasando por Padre Añeto, Plaza Mayor, calle Santo Cristo y pasada la 1 de la madrugada del sábado se recogía en su templo.
LA SOLEDAD REGRESÓ POR FIN A SU CASA
El derrumbe hace meses de parte del campanario de la capilla de la Soledad motivó que este templo tuviera que ser cerrado a los cultos y las imágenes de la Virgen y del Santo Entierro se trasladaron a la Iglesia Mayor, donde han estado hasta el pasado viernes por la noche. La Plaza Mayor registró un lleno increíble. Desde una hora antes ya había cientos de personas esperando su salida.
A esa hora el Santo Cristo ya se encontraba en la carrera oficial, por lo que las dos cofradías no se encontraron. Tras la Cruz de Guía y los nazarenos que le seguían hizo su aparición el paso del Cristo yacente, impresionante dentro de su urna. El público lo acogió con fuertes aplausos. La pregonera de Semana Santa, María del Carmen Salado, iba en la procesión con hermanos mayores de distintas cofradías.
También procesionaba el alcalde, José María Román, con el mando de la Guardia Civil, así como el director espiritual de la cofradía y la mayoría de los concejales de la Corporación.
La Soledad volvía de nuevo a su casa tras algún tiempo cobijada en la iglesia de San Juan Bautista. Los miembros de la hermandad ya tenían ganas de que las imágenes regresaran a la ermita. Por primera vez –ésta es la novedad más importante- salía de la Iglesia Mayor. Antes de que se ubicara en La Soledad lo hacía de la capilla del Santo Cristo. Esta circunstancia hizo que miles de personas vieran este año su salida, ya que en la Plaza Mayor no se cabía.
El entorno también ayudó mucho en su realce. Desfiló por las calles del centro y Las Albinas, recogiéndose en su morada después de un año pasadas las 3 de la madrugada del sábado. A partir de ahora, sus devotos podrán de nuevo rezarle y pedirle ayuda en la capilla de la Soledad.
El Viernes Santo es el único día en que dos cofradías procesionan en Chiclana: el Santo Cristo de la Veracruz y la Soledad y el Santo Entierro. Al ser fin de semana y con muchos veraneantes en nuestra ciudad el número de personas en las calles es mayor que en días anteriores. A las 7 de la tarde salió de la capilla del Santo Cristo su titular y dos horas más tarde lo hizo de San Juan Bautista la Soledad. (FOTOS: Santo Cristo, nazareno de la Soledad con la corona de espinas y Santo Entierro).
El Santo Cristo es uno de los pasos más impactantes de los que desfilan por nuestras calles. Tener tantas imágenes y, sobre todo, la espectacularidad del Cristo, en la que la sangre que hay sobre su cuerpo, sobrecoge, hace que esta procesión, de un solo paso, sea diferente. A la hora prevista la Plaza del Santo Cristo se encontraba llena de gente. Su salida del templo es muy bonita y difícil, ya que debe bajar por una empinada rampa.
Una vez en la plaza, el paso empezó a girar hacia la calle Bailén, despacio, balanceándose al compás de la música que interpretaba la Agrupación Musical “La Caridad”, de Sanlúcar de Barrameda. Desde un balcón de la plaza, Antonio Ramos, Ramito, le cantó una hermosa saeta, que fue muy aplaudida por el público.
Tras enfilar por Bailén se desvió Hormaza abajo, Jesús Nazareno, Constitución, Joaquín Santos, La Plaza (carrera oficial), Alameda del Río y por el puente de Nuestra Señora de los Remedios pasó hacia La Banda. Ancha, San Cayetano, Olozaga, Santa Ángela de la Cruz, Plaza Andalucía y de nuevo a cruzar el Puente Grande hacia El Lugar.
Desde la Plaza España se dirigió Fierro arriba, pasando por Padre Añeto, Plaza Mayor, calle Santo Cristo y pasada la 1 de la madrugada del sábado se recogía en su templo.
LA SOLEDAD REGRESÓ POR FIN A SU CASA
El derrumbe hace meses de parte del campanario de la capilla de la Soledad motivó que este templo tuviera que ser cerrado a los cultos y las imágenes de la Virgen y del Santo Entierro se trasladaron a la Iglesia Mayor, donde han estado hasta el pasado viernes por la noche. La Plaza Mayor registró un lleno increíble. Desde una hora antes ya había cientos de personas esperando su salida.
A esa hora el Santo Cristo ya se encontraba en la carrera oficial, por lo que las dos cofradías no se encontraron. Tras la Cruz de Guía y los nazarenos que le seguían hizo su aparición el paso del Cristo yacente, impresionante dentro de su urna. El público lo acogió con fuertes aplausos. La pregonera de Semana Santa, María del Carmen Salado, iba en la procesión con hermanos mayores de distintas cofradías.
También procesionaba el alcalde, José María Román, con el mando de la Guardia Civil, así como el director espiritual de la cofradía y la mayoría de los concejales de la Corporación.
La Soledad volvía de nuevo a su casa tras algún tiempo cobijada en la iglesia de San Juan Bautista. Los miembros de la hermandad ya tenían ganas de que las imágenes regresaran a la ermita. Por primera vez –ésta es la novedad más importante- salía de la Iglesia Mayor. Antes de que se ubicara en La Soledad lo hacía de la capilla del Santo Cristo. Esta circunstancia hizo que miles de personas vieran este año su salida, ya que en la Plaza Mayor no se cabía.
El entorno también ayudó mucho en su realce. Desfiló por las calles del centro y Las Albinas, recogiéndose en su morada después de un año pasadas las 3 de la madrugada del sábado. A partir de ahora, sus devotos podrán de nuevo rezarle y pedirle ayuda en la capilla de la Soledad.
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