DIOS PASÓ POR LA CALLE LA PLAZA

Fumanchú, el CHINAclero disconforme [colaborador]

Voy caminando por la calle La Plaza a la altura de lo de la primitiva. Pero, ¿qué ven mis ojos? A ese tío yo lo conozco, va en dirección al Ayuntamiento o a Urbanismo ¿quién sabe? Vaya pataje que lleva y vaya pintá. Pelo largo hasta er culo y to canoso con barbas blanca, un babi blanco que le llega a los tobillos y unas playeras, las dos manos atrás y pa colmo, en la coronilla, un triangulo destellante que parece de esos de avería pero color amarillo fosforito. Vaya, vaya, si lo conozco. ¿Y nadie se da cuenta?
-¡Ehh, eh, Dios, Diossss, Dioooooos, Javé, Jehovaaaa!
El tío vuelve la cara y me dice:
-¿Qué pasa?, tantas voces, ¡joe!

Yo le digo:
-Verá usted, es que quería preguntarle algo, tengo curiosidad y me gustaría saber si esto de la crisis es pa mucho.
Y él me contesta:
-Lo primero, a mí no me hables de usted y sobre la crisis te aconsejo que vendas tus propiedades ¿A ver, tú tienes muchas tierras?
Yo le digo que unas cuantas macetas.
-¿Y algún Mercedes?
–No, le respondo.
-¿Argún 4x4?
–No.
-¿Argún chalet de tercera residencia?
–No.
-¿De segunda?
–Menos.
-¿Ni siquiera de primera?
–Qué va.
-¿Tendrás trabajo?
–Esa es otra, ni eso. Vivo casi arquilao.
-Pues te digo que de nada te tienes que preocupar porque eres de los aventajaos y ar que no tienen nada material, na le pueden quitar, pero cuando tienes tantas cosas materiales y las puedes perder eso sienta muy mal al espíritu. Mira, yo voy por tos laos sin un duro y to es mío, y en el Registro de la Propiedad a ver quién tiene cohone de sacar una nota simple a mi nombre.
-Perdone –le digo-, pero eso consuela poco. Yo he nacido para llegar, para tener, para lograr y, por supuesto, para crear. He creado una familia y he trabajado para construir un hogar y necesito camino, necesito que me abran camino porque me he dado cuenta a mi edad que todo es un desengaño, que no se puede ir detrás de nadie ni detrás de nada y usted es un tío con influencias y poderoso.
-Sí, pero no se te ocurra venir detrás de mí, no me gusta que me sigan, no me gustan los enchufes. Y tampoco que me den las quejas.
-¡Bueno, vale! ¿Y dónde va, al Ayuntamiento o a Urbanismo?
–Vengo aquí a Chiclana a hacer una reformita, o mejor, una buena reforma, que ya va siendo hora.
-¿Que vas a sacar permiso? ¡La llevas clara!, ¿Y quién le va a hacer la obra?, ¿lo conozco?, ¿tiene pa mucho?, ¿dos meses?, ¿tres?, ¿cuantos meses? Puede buscarme un huequecito aunque sea de peón.
-Sí, vamos. Hice yo er mundo, con montañas, cielo, pájaros, ríos, mares, todo nuevo, a estrenar, sin proyecto, sin licencia de obras, sin ayuda de banco, sin tasador y tardé 6 días y va a querer tú que eche más de un mes en una reforma. ¡Te qui pui!. Un cuarto de hora y mucho es, sin contratista y sin na. ¡Vamo, lo que fartaba! Con lo que cuesta aquí un tío asegurao.
¿Bueno y que reforma vas a hacer? ¿Qué vas a cambiar? ¿Cuándo empieza? ¿Ya tienes presupuesto?
-Yo siempre doy vueltecitas por este mundo porque a ustedes no se os pueden dejar solos. Sois unos insatisfechos, desvergonzados, sois un desengaño. Adán se vengó de mí después de que lo creé y todo. Le di el paraíso, tenía mi permiso hasta pa hacerse un chalet y va y le da a Eva la manzana. Me dijo que se la dio por despecho, porque decía que yo lo había hecho con la picha mu chica, ¿Tú te cree?, Pues habérmelo dicho antes ¡cabrón! Así sois todos, unos desagradecidos. ¿Y de Eva, y Eva? Mejor ni hablar. ¡Que arrepentio estoy! Voy a ayudar ahora a este pueblo porque, de verdad, necesita de mi mano. Creo que me he descuidado un poco con él. Por lo que estoy viendo voy a tardar mas de un cuarto de hora.
-¡Pues nada Señor!, encantado de saludarle. Vaya usted con Dios. ¿Le apetece una cervecita y una tapa?
-No, gracias, que después no como. Y te acabo de decir que no me hables de usted, me hace más viejo.