Dragones que caen del cielo
José Antonio Sanduvete [colaborador]
La provincia china de Yunnan vive momentos de gran conmoción desde que la semana pasada comenzaran a caer del cielo cientos de cadáveres de animales que, a todas luces, se corresponden con la figura mitológica del dragón.
"No hay duda al respecto", comenta Li Yun, biĂłlogo que colabora con el equipo de investigaciĂłn. "Los ejemplares caĂdos pertenecen a una especie animal que no habĂa sido catalogada anteriormente, y su aspecto concuerda a la perfecciĂłn con la figura del dragĂłn".
La poblaciĂłn no sabe quĂ© pensar. "Esto es muy extraño", nos cuenta un joven, "la semana pasada casi me cae uno en la cabeza. Esto es de locos". El porquĂ© de esta "lluvia de dragones" es, a dĂa de hoy, un misterio. Ciertas fuentes hablan, no obstante, de que las investigaciones promovidas por el gobierno chino comienzan a dar sus frutos, de tal modo que parece confirmarse que los dragones no se lanzan contra el suelo, sino que caen ya muertos del cielo, lo que lleva a preguntarnos: "¿por quĂ© están muriendo los dragones?".
En la mitologĂa china el dragĂłn es un animal sagrado, fuente de paz e inspiraciĂłn. Habitan en el paraĂso, con los dioses, desde tiempos inmemoriales. "Muy mal lo tienen que ver los dragones para haber iniciado este suicidio colectivo", sostiene Yu Huo, Catedrático de AntropologĂa de la Universidad de Yuxi. "Esto ya estaba previsto, existen profecĂas al respecto. La muerte de los dragones presagia el fin de los tiempos".
En el pueblo llano, pese a todo, las teorĂas al respecto abundan: cambio climático, rayos gamma, tormentas solares. Hay quien habla de una raza de dragones creada hace ya tanto tiempo que, y estos hechos son la prueba, sus miembros se mueren, sencillamente, de viejos.
Existe la sensaciĂłn generalizada, en cualquier caso, de que estos habitantes de los cielos ya carecen de las fuerzas necesarias para permanecer ocultos. "Creo que murieron de hambre", nos dice un anciano profesor. "Han preferido morir de hambre antes que venir a comernos a nosotros. AllĂ en el cielo ya no debe de quedar nada. Es la prueba definitiva de que los dioses se han ido, de que nos abandonaron hace ya bastante tiempo".
La provincia china de Yunnan vive momentos de gran conmoción desde que la semana pasada comenzaran a caer del cielo cientos de cadáveres de animales que, a todas luces, se corresponden con la figura mitológica del dragón.
"No hay duda al respecto", comenta Li Yun, biĂłlogo que colabora con el equipo de investigaciĂłn. "Los ejemplares caĂdos pertenecen a una especie animal que no habĂa sido catalogada anteriormente, y su aspecto concuerda a la perfecciĂłn con la figura del dragĂłn".
La poblaciĂłn no sabe quĂ© pensar. "Esto es muy extraño", nos cuenta un joven, "la semana pasada casi me cae uno en la cabeza. Esto es de locos". El porquĂ© de esta "lluvia de dragones" es, a dĂa de hoy, un misterio. Ciertas fuentes hablan, no obstante, de que las investigaciones promovidas por el gobierno chino comienzan a dar sus frutos, de tal modo que parece confirmarse que los dragones no se lanzan contra el suelo, sino que caen ya muertos del cielo, lo que lleva a preguntarnos: "¿por quĂ© están muriendo los dragones?".
En la mitologĂa china el dragĂłn es un animal sagrado, fuente de paz e inspiraciĂłn. Habitan en el paraĂso, con los dioses, desde tiempos inmemoriales. "Muy mal lo tienen que ver los dragones para haber iniciado este suicidio colectivo", sostiene Yu Huo, Catedrático de AntropologĂa de la Universidad de Yuxi. "Esto ya estaba previsto, existen profecĂas al respecto. La muerte de los dragones presagia el fin de los tiempos".
En el pueblo llano, pese a todo, las teorĂas al respecto abundan: cambio climático, rayos gamma, tormentas solares. Hay quien habla de una raza de dragones creada hace ya tanto tiempo que, y estos hechos son la prueba, sus miembros se mueren, sencillamente, de viejos.
Existe la sensaciĂłn generalizada, en cualquier caso, de que estos habitantes de los cielos ya carecen de las fuerzas necesarias para permanecer ocultos. "Creo que murieron de hambre", nos dice un anciano profesor. "Han preferido morir de hambre antes que venir a comernos a nosotros. AllĂ en el cielo ya no debe de quedar nada. Es la prueba definitiva de que los dioses se han ido, de que nos abandonaron hace ya bastante tiempo".
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