Juan Antonio González permanecerá ante el Ayuntamiento hasta que éste le pague 138.000 euros que le debe desde hace cuatro años

“En 2004 Urbanismo me dio una cédula urbanística falsa para construir en una zona que el día antes, con el cambio del PGOU, quedaba anulado”

Desde el pasado 25 de febrero, cada mañana se concentra ante la puerta de nuestro Ayuntamiento Juan Antonio González Gallardo. Lo hace acompañado de una cabra, Blanquita, que aguanta estoicamente junto a su amo que el Ayuntamiento de Chiclana le pague algo más de 138.000 euros (23 millones de pesetas) por unos trabajos realizados en 2007 en el colegio Isabel La Católica, donde fue contratado para hacer un muro de contención que se había caído. Tres veces ha presentado las facturas, pero no se las pagan aduciendo que se han perdido. Hasta que no cobre no se irá de allí. También denuncia que le dieron en 2004 una cédula urbanística falsa para construir cuatro viviendas.

A partir de las 11 de la mañana y hasta las 2 de la tarde aproximadamente, Juan Antonio González piensa estar cada día de lunes a viernes a las puertas del nuevo consistorio. El motivo es que no le pagan el trabajo efectuado hace cuatro años en el colegio Isabel la Católica.

En el verano de 2007 una avenida de agua derribó un muro que había entre el centro y la barriada del Arenal, por lo que el Ayuntamiento, entonces gobernado por el cuatripartito, contrató a su empresa, Construgoga, para que hiciera uno en condiciones.

El de antes no tenía cimientos, pero al lado había otro en la misma situación, por lo que en previsión de peligro dijo al Ayuntamiento que para continuar los trabajos era necesario derribar el otro y hacerlo bien: “No quería –manifiesta González- que se nos cayera encima mientras trabajábamos y ocurriera alguna desgracia, por lo que me negué a seguir con la obra”.

Esto se lo dijo al ingeniero municipal, Francisco Vélez, que no le hizo ni caso y al mes de estar parada la obra le rescindieron el contrato. “Por demandar seguridad para prevenir posibles riesgos laborales al propio Ayuntamiento –señala el constructor- se me expulsa de la obra por parte de Vélez”.

DENUNCIA AL AYUNTAMIENTO EN EL JUZGADO

Llegó una nueva empresa “y lo primero que hizo fue derribar el muro que yo había dicho”, afirma el constructor. El constructor presentó la correspondiente factura en la Casa Consistorial por el trabajo hecho y no se le pagó, que ascendía a 138.286 euros.

Hubo cambio de gobierno y volvió a solicitar el pago, pero en el ayuntamiento le dijeron que se había perdido la factura, por lo que tuvo que llevarla de nuevo. Siguen pasando los meses y el dinero no llega, por lo que en julio de 2010 presentó la factura por tercera vez. Han pasado ocho meses y todo sigue igual.

Juan Antonio González ha denunciado en el juzgado al Ayuntamiento de Chiclana, presentando una reclamación patrimonial. En estos momentos el contencioso se encuentra en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, en Sevilla, por lo que el litigio irá para largo.

“Lo que yo quiero es que esto se arregle y que me paguen lo que me deben, y de una vez, porque es mucho el dinero que tengo que recibir y la situación está muy mal, pues con esta deuda y lo que me tuve que gastar en un terrero que compré para hacer cuatro viviendas para minusválidos, que en principio Urbanismo me dijo que se podían hacer y luego resultó que no, estoy en la ruina”.

Los problemas de González comenzaron tres años antes de lo del muro. Según explicó en el pleno de febrero para que partidos y ciudadanos se enteraran de lo ocurrido, el problema comenzó en 2004. En esa fecha los terrenos en Chiclana eran escasos y caros –lo de la burbuja inmobiliaria-. “Con ilusión y ganas de trabajar y dar trabajo pido información en la gerencia de Urbanismo sobre un terreno de 4.400 metros cuadrados en la carretera que va a VIPREN”, dijo el afectado.

CÉDULA URBANÍSTICA FALSA

En todas las reuniones que tuvo le atendió el arquitecto de la gerencia Germán Sicre, que le informó “que podía hacer cuatro viviendas unifamiliares aisladas en parcelas de 1000 metros cada una. Incluso me obligó a hacer un solo proyecto para las cuatro”. Según González, “Sicre me confirmó que el PGOU y lo referente a este terreno iba a estar operativo en tres meses contando desde diciembre de 2004, confirmando el anteproyecto y animándome a seguir adelante con las cuatro viviendas”.

El 17 de diciembre de 2004, “Sicre me hace entrega, previo pago de 100 euros, de la certificación urbanística de dicho terreno, estando avalada por las firmas de Joaquín Muriano (vicepresidente de la gerencia de Urbanismo y concejal de éste) y Francisco Javier López Fernández (licenciado en Derecho y secretario general del Ayuntamiento)”. Con esa certificación pudo realizar la compra del terreno y la hipoteca para la promoción.

Hizo el proyecto de las cuatro viviendas accesibles a minusválidos y en abril de 2005lo presentó en la gerencia de Urbanismo: “En ese momento me dicen que no lo admiten porque el PGOU ha cambiado”. Ante esta respuesta pone el asunto en manos de abogados “con el enorme gasto que eso me supone”.

EN LA RUINA

Cinco años más tarde, en diciembre de 2010, “me entero por el asesor jurídico que la cédula que me entregó el señor Sicre el 17 de diciembre de 2004 no correspondía con la realidad, ya que el PSOE había cambiado el PGOU el 16 de diciembre de ese año, o sea, un día antes, pasando de poder construir a servir para plantar lechugas”.

Juan Antonio González es muy claro al respecto: “Entiendo que se me entregó una cédula con mala fe y falsa, la cual me ha provocado que me encuentre en la ruina total”.

En el escrito que leyó en el pleno de febrero habla “de la falsedad, de la ruina, de la mentira que existe y ha existido con el PGOU, recurrido en los tribunales y que será rechazado nuevamente, por lo que Chiclana no tiene plan urbanístico definitivo”.

A lo largo de este tiempo transcurrido “tan amargo para mí y mi familia, he tratado de arreglar esto por las buenas, he propuesto hacerlo trabajando con mis propias manos en obras que me diera el Ayuntamiento”. Y obras le dieron, pero cuatro años después no le han pagado el trabajo realizado.

Juan Antonio González va estar frente al Ayuntamiento hasta que éste le pague: “Román en el pleno me dijo que era cosa de los técnicos este asunto, pero no me quiere pagar. Tampoco me solucionan lo de la cédula urbanística, por eso vengo con la cabra, para que la toree a ella, a mí ya me ha toreado bastante”.

Lo grave de esta historia es que por un lado no le pagan un trabajo realizado y por el otro le engañan entregándole una cédula que no sirve porque el día anterior habían aprobado cambios importantes en el PGOU, por lo que deberían habérselo dicho y no actuar de esta forma, ni cobrarle los cien euros por un papel que no es válido.

Tampoco le han devuelto el dinero. Y luego se quejan de que les llevan a los tribunales por cuestiones urbanísticas. Esperemos que el TSJA vuelva a poner al PSOE en su sitio, aunque cuando éste falle será otro gobierno el que tenga que solucionar el problema creado por los socialistas.