Juan Carlos Rodríguez pronunció un divertido y original pregón de Navidad con poemas que hablan de estas fechas entrañables
La Joven Orquesta de Flautas “Ciudad de Chiclana” amenizó el acto con la interpretación de diversos villancicos
La Iglesia de San Telmo reunió el pasado miércoles a muchos chiclaneros que no quisieron perder el primer pregón navideño, una idea que este año ha querido poner en práctica el Ayuntamiento y pensó en el periodista chiclanero y coordinador del Museo del Vino y la Sal Juan Carlos Rodríguez. Éste lo tituló “Poemas para un pregón de Navidad” y tuvo como referentes a los numerosos escritores y poetas que han hablado de la Navidad, cada uno desde su punto de vista. La música la puso la Joven Orquesta de Flautas “Ciudad de Chiclana”.
Juan Carlos Rodríguez fue presentado el concejal de Cultura, José Lechuga, quien glosó el trabajo como periodista de este chiclanero. El primer pregonero navideño se quiso arropar de una joven orquesta de flautas para darle más ambiente navideño al evento. Desde el púlpito y con el eco de su voz desperdigándose por todos los rincones del templo, Rodríguez agradeció a la Corporación el haberle elegido y también a los músicos. Éstos comenzaron con el villancico “Ya viene la vieja”, bellísima, una manera diferente de oír un tema tan escuchado y de tantas formas distintas.
“En Navidad, amigos, el Señor vendrá con su alforja rebosando paz... y volverá a renacer como hombre para recordarnos nuestra propia Humanidad. Porque la Navidad está dentro de nosotros” comenzó su alocución el pregonero.
Calificó a Gerardo Diego como el gran poeta de la Navidad: “Todos los temas de la poesía simplemente humana –escribió Gerardo Diego– se reúnen y abrazan en el motivo de la Navidad. Maternidad, niñez, naturaleza y paisaje real e irreal, tierra y cielo, nieves, flores y estrellas… y allá, en el fondo, la Muerte y Resurrección”.
Después citaría a San Juan de la Cruz, al sacerdote y poeta, Pedro Casaldáliga, Luis Rosales, Gabriela Mistral, la gran poetisa chilena; José María Forteza y con éste dio paso a la orquesta para que interpretara “Arre borriquito”.
RECUERDO DE SUS NAVIDADES
Recordó con pinceladas de sus poemas a Pablo García Baena, Robert Louis Stevenson y su conocido Sermón de Navidad en la isla de Samoa, Nietzsche o el teólogo Olegario González de Cardenal: “La Navidad debe ser olvidada como una pesadilla o celebrada con aquella lucidez del corazón que se abre a la anchura de todo lo posible y llega hasta donde se extiende la esperanza infinita del hombre”.
Jorge Guillén también estuvo presente en San Telmo, como el obispo Ciriaco Benavente Mateos, que dijo: “Canta y camina, reza y comparte y en tu corazón siempre será Navidad”.
“Una pandereta suena”, “Rin, rin”, “Adeste Fideles” y “Campanilleros” sirvieron de relax en este bello y poético pregón con el que Juan Carlos Rodríguez nos quiso acercar la Navidad a través de nombres insignes de la literatura.
Hizo Juan Carlos Rodríguez un repaso por todas las Navidades que ha vivido, “porque la Navidad es entrañable de por sí. Llevamos en el corazón las navidades de siempre. Rodeado de la familia, amplia y generosa; sin duda, un tiempo feliz de tías y primos. En un recuerdo constante de aquella Navidad familiar que nunca se ha de perder”.
“Los que hemos estado fuera muchas navidades -agregó-, como ahora lo está mi hermana Inés (a quién deseo que las disfrute este año tanto como siempre le han gustado), las echamos de menos. Lo hermoso es el reencuentro; aunque no haya tanto que comer o mucho que cantar y bailar”.
PESTIÑOS, MOSCATEL Y NACIMIENTOS
Dijo el pregonero que “la Navidad ablanda el corazón y endulza el alma. Es cierto. La Navidad es también, y no cabe duda alguna, los pestiños de mi madre, Inés. Las tardes en que la fiesta más dichosa eran esas horas ablandando la masa, friéndola, miel en las manos y anís en el corazón. La navidad será también turrón y las “bichas” de mazapán que mi abuela Paca compraba en “La Predilecta”, pero aquí y en esta memoria son esos pestiños que mi madre sigue haciendo para asombro de los ángeles”.
Vuelve un año más la Navidad “con su dulce sabor a ternura de Dios. Y a moscatel. Qué sería de la Navidad sin ese otro néctar sagrado que es el moscatel de Chiclana, bendición divina que mi padre, Fernando, siempre tiene a mano, y que nace en la uva que esas mismas manos cultivan, ay, viñas de Chiclana y Bodega Cooperativa”.
Recordó así mismo a los belenistas y nos ilustró con un poema muy bello de Luis López Anglada, en el que nos da la receta para construir un Nacimiento: “Tomad papel de plata, haced un río y colocad, encima de él, un puente; fabricad un portal, ponedle enfrente, de papel y cartón, un caserío. Simulad la blancura del rocío con un poco de harina y, lentamente, hacedla que descienda suavemente, como la nieve cae, blanca de frío. Colocad las figuras una a una, la Virgen y José junto a la cuna y en ella el Niño, en el pesebre echado. Y si después que todo lo habéis hecho sentís que hay una estrella en vuestro pecho es que está el nacimiento terminado”.
“Aquí –nos contó Juan Carlos-, recuerdo yo a mi hermana Rosa con su Niño Jesús bendecido, a resguardo hasta Nochebuena, atenta a ponerlo en su cuna una vez celebrada la Misa del Gallo. Es el Belén, el eco de la niñez que nace cada año en nosotros y narración de una tradición que habla de Jesús a los que un día serán adultos”.
Habló también de los Reyes Magos y se despidió con unos versos de Rubén Darío, deseando una feliz Navidad y paz “a todos los hombres de buena voluntad”.
La Iglesia de San Telmo reunió el pasado miércoles a muchos chiclaneros que no quisieron perder el primer pregón navideño, una idea que este año ha querido poner en práctica el Ayuntamiento y pensó en el periodista chiclanero y coordinador del Museo del Vino y la Sal Juan Carlos Rodríguez. Éste lo tituló “Poemas para un pregón de Navidad” y tuvo como referentes a los numerosos escritores y poetas que han hablado de la Navidad, cada uno desde su punto de vista. La música la puso la Joven Orquesta de Flautas “Ciudad de Chiclana”.
Juan Carlos Rodríguez fue presentado el concejal de Cultura, José Lechuga, quien glosó el trabajo como periodista de este chiclanero. El primer pregonero navideño se quiso arropar de una joven orquesta de flautas para darle más ambiente navideño al evento. Desde el púlpito y con el eco de su voz desperdigándose por todos los rincones del templo, Rodríguez agradeció a la Corporación el haberle elegido y también a los músicos. Éstos comenzaron con el villancico “Ya viene la vieja”, bellísima, una manera diferente de oír un tema tan escuchado y de tantas formas distintas.
“En Navidad, amigos, el Señor vendrá con su alforja rebosando paz... y volverá a renacer como hombre para recordarnos nuestra propia Humanidad. Porque la Navidad está dentro de nosotros” comenzó su alocución el pregonero.
Calificó a Gerardo Diego como el gran poeta de la Navidad: “Todos los temas de la poesía simplemente humana –escribió Gerardo Diego– se reúnen y abrazan en el motivo de la Navidad. Maternidad, niñez, naturaleza y paisaje real e irreal, tierra y cielo, nieves, flores y estrellas… y allá, en el fondo, la Muerte y Resurrección”.
Después citaría a San Juan de la Cruz, al sacerdote y poeta, Pedro Casaldáliga, Luis Rosales, Gabriela Mistral, la gran poetisa chilena; José María Forteza y con éste dio paso a la orquesta para que interpretara “Arre borriquito”.
RECUERDO DE SUS NAVIDADES
Recordó con pinceladas de sus poemas a Pablo García Baena, Robert Louis Stevenson y su conocido Sermón de Navidad en la isla de Samoa, Nietzsche o el teólogo Olegario González de Cardenal: “La Navidad debe ser olvidada como una pesadilla o celebrada con aquella lucidez del corazón que se abre a la anchura de todo lo posible y llega hasta donde se extiende la esperanza infinita del hombre”.
Jorge Guillén también estuvo presente en San Telmo, como el obispo Ciriaco Benavente Mateos, que dijo: “Canta y camina, reza y comparte y en tu corazón siempre será Navidad”.
“Una pandereta suena”, “Rin, rin”, “Adeste Fideles” y “Campanilleros” sirvieron de relax en este bello y poético pregón con el que Juan Carlos Rodríguez nos quiso acercar la Navidad a través de nombres insignes de la literatura.
Hizo Juan Carlos Rodríguez un repaso por todas las Navidades que ha vivido, “porque la Navidad es entrañable de por sí. Llevamos en el corazón las navidades de siempre. Rodeado de la familia, amplia y generosa; sin duda, un tiempo feliz de tías y primos. En un recuerdo constante de aquella Navidad familiar que nunca se ha de perder”.
“Los que hemos estado fuera muchas navidades -agregó-, como ahora lo está mi hermana Inés (a quién deseo que las disfrute este año tanto como siempre le han gustado), las echamos de menos. Lo hermoso es el reencuentro; aunque no haya tanto que comer o mucho que cantar y bailar”.
PESTIÑOS, MOSCATEL Y NACIMIENTOS
Dijo el pregonero que “la Navidad ablanda el corazón y endulza el alma. Es cierto. La Navidad es también, y no cabe duda alguna, los pestiños de mi madre, Inés. Las tardes en que la fiesta más dichosa eran esas horas ablandando la masa, friéndola, miel en las manos y anís en el corazón. La navidad será también turrón y las “bichas” de mazapán que mi abuela Paca compraba en “La Predilecta”, pero aquí y en esta memoria son esos pestiños que mi madre sigue haciendo para asombro de los ángeles”.
Vuelve un año más la Navidad “con su dulce sabor a ternura de Dios. Y a moscatel. Qué sería de la Navidad sin ese otro néctar sagrado que es el moscatel de Chiclana, bendición divina que mi padre, Fernando, siempre tiene a mano, y que nace en la uva que esas mismas manos cultivan, ay, viñas de Chiclana y Bodega Cooperativa”.
Recordó así mismo a los belenistas y nos ilustró con un poema muy bello de Luis López Anglada, en el que nos da la receta para construir un Nacimiento: “Tomad papel de plata, haced un río y colocad, encima de él, un puente; fabricad un portal, ponedle enfrente, de papel y cartón, un caserío. Simulad la blancura del rocío con un poco de harina y, lentamente, hacedla que descienda suavemente, como la nieve cae, blanca de frío. Colocad las figuras una a una, la Virgen y José junto a la cuna y en ella el Niño, en el pesebre echado. Y si después que todo lo habéis hecho sentís que hay una estrella en vuestro pecho es que está el nacimiento terminado”.
“Aquí –nos contó Juan Carlos-, recuerdo yo a mi hermana Rosa con su Niño Jesús bendecido, a resguardo hasta Nochebuena, atenta a ponerlo en su cuna una vez celebrada la Misa del Gallo. Es el Belén, el eco de la niñez que nace cada año en nosotros y narración de una tradición que habla de Jesús a los que un día serán adultos”.
Habló también de los Reyes Magos y se despidió con unos versos de Rubén Darío, deseando una feliz Navidad y paz “a todos los hombres de buena voluntad”.
Muy bonito pregón, demostrando que se puede hablae de navidad y religión sin caer en los tópicos y que no hace falta que se te hinchen las venas cuando hablas para decir las cosas bien y con poesía. Y los flautistas, a pesar de su juventud, buenísimos. Nunca había oído estos villancicos solo con flautas y me encantó.Enhorabuena Juan Carlos.
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