Chachas, no, señor alcalde, empleadas y mal pagadas

Félix Arbolí [colaboraciones].-
              
Un político socialista, que podría haber sido de cualquier otro partido, pues en estas cuestiones y en las de corrupción no se pueden hacer distingos, criticaba a la Cospedal por tener “chacha” y no saber pasar la aspiradora en su casa. Algo que presumiblemente este señor desconocía, pues no creo que desde su sillón de la alcaldía toledana tuviera ocasión de conocer las interioridades hogareñas de su oponente política.(FOTO: Emiliano García-Page, político socialista y machista toledano).

A menos que la tuviera sometida a espionaje doméstico. Me da la impresión que en estas cuestiones pocas de nuestras políticas pasarían el examen, aunque el de la aspiradora, sí lo harían al ser expertas muchas de ellas en “barrer” comisiones y sobresueldos donde algunas obtendrían el sobresaliente “cum laude”.

Lo de las “chachas”, es también factible, ya que con los sueldos que ganan, las dietas que cobran, los privilegios que gozan y los “sobres” que reciben, es muy raro que no encuentren una licenciada, enfermera, administrativa o ejecutiva en quiebra que hartas  de esperar esos brotes verdes que siguen sin aparecer, y debido a los recortes del “sastre de la Moncloa” y su ayudante “Montorito”, tengan que verse obligadas a tener que dedicarse al honroso trabajo de servir a los demás para aplacar el hambre de los suyos.

Que hasta las interinas de bancos y veletas desorientadas gracias a la política se han visto convertidas de la noche a la mañana en excelentísimas ministras y ostentar altos cargos, aunque ignoren el arte de gobernar y la elegancia de saber mandar sin ofender.

Lo que no me gusta es la palabra “chacha” utilizada por este munícipe, que ya debería estar al corriente de que se llaman “empleadas de hogar”, aunque no sean tratadas como empleadas, sino como mano de obra barata, sobrecargada de obligaciones y exentas de  derechos.

¿De dónde sale este señor con lo de “chacha” en pleno siglo XXI?”.

POLÍTICO MACHISTA

Lo extraño del caso es que no se han organizado protestas ciudadanas y del gremio afectado ante su casa o despacho exigiéndole rectificaciones, ante su despectiva manera de llamar a estas trabajadoras, algunas, no lo dudo, más preparadas y con más categoría cultural que los que hoy viven de la sopa boba a costa de nuestros impuestos.

Posiblemente, su mayor fallo haya sido el suponer que una política no sabe pasar la aspiradoras, pues debe constarle que muchas de ellas y colegas masculinos son expertos en el uso de limpiar cajones, cuentas corrientes y subvenciones, aunque en lugar de utilizar contenedores donde vaciar sus millonarias “basuras”, usen maletines, testaferros y familiares para ponerlas a buen recaudo.

Y no señalo a nadie en particular, que conste, porque la relación se haría exhaustiva. Luego ha intentado rectificar o excusarse, no lo tengo muy claro, pero ello no ha impedido que su afán demagógico y criticón lo haya catalogado ante la opinión pública en general, como machista y retrógrado. No entro en ese terreno. 

CONCEPTO DE LA PERSONA

A mi modesto entender, y ya llevo dos generaciones precedentes, debe merecer la misma consideración una empleada de hogar que una licenciada en Derecho, pongamos por caso, siempre que ambas sepan hacerse respetar y mantenerse dignamente en su sitio. He visto excelentes y pésimos ejemplos en ambas.

El concepto en que se tenga a una persona, no debe depender  de su condición social o del puesto que por sus méritos u otras circunstancias ocupe, sino en la forma de reaccionar ante los problemas que le salen al paso, su capacidad de contener con firmeza y sobrellevar los posibles atropellos que le surjan y la cualidad de hacer grata y cómoda su compañía y conversación.

El nivel cultural es muy importante para la convivencia de dos personas que han de soportarse mutuamente, pero si hay amor, si el menos culturizado tiene afanes y estímulos, nada impedirá que esa pareja vive en una continua luna de miel.

Yo he tenido la suerte de casarme con una maestra, pero hubiera sido igualmente feliz y sentirme enamorado si ella no tuviera carrera alguna, porque yo bajaría a su nivel o ella subiría al mío para mantener encendida la llama de nuestro mutuo cariño. Me enamoré de ella antes de oírla y saber quién era.