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Yo di el primer homenaje a Arturo Fernández

 
Félix Arbolí [colaboraciones].- 

Días pasados vi un nuevo programa de Bertín Osborne, “En tu casa o en  la mía”, que me entretiene y agrada pues es una charla amigable e informal del cantante presentador con un  personaje.  Éste era con Arturo Fernández, el galán del cine y teatro español por antonomasia. A sus cerca de 87 años, según confesó él mismo, mantiene todas las cualidades  para seguir causando sensación entre las mujeres y admiración entre los hombres.

Se mueve con una lozanía y una elegancia que ya la quisieran muchos galanes del nuevo cine y teatro que hoy tanto suenan y se exhiben. Es un caso asombroso de conservarse en perfectas formas físicas y profesionales. Los años no han podido vencerlo. 

Yo lo he admirado siempre como actor y aunque no me gusten los hombres, porque adoro a las mujeres, soy consciente de que las hijas de Eva pierdan su  rumbo por este “chatín” asturiano que ama a su españolísima tierra, con un sentimiento que no puede ocultar y de eso entiendo bastante y tengo amplia experiencia.

Me gustan las personas que no reniegan de sus orígenes familiares y la tierra que les vio nacer. Y él se emocionaba sin disimularlo ante la cámara al hablar de sus padres. Un nuevo valor añadido. Contó que su madre lavaba botellas ganando cuatro pesetas diarias mientras su padre, un obrero comunista que maldecía a su “mono” en la cocina cuando llegaba de trabajar, tuvo que exiliarse por la política a Francia cuando él solo tenía nueve años.

EMOTIVOS RECUERDOS

Los mismos que estuvo sin verlo hasta poder formar parte de una peregrinación a Lourdes,  única forma que le brindaba la oportunidad de poder salir de nuestras fronteras. Se emocionada y le asomaban las lágrimas recordando el encuentro padre e hijo durante 48 horas y también al hablar de su madre, que aspiraba a que su hijo fuera oficinista para poder llevar corbata y no tener que vestir el “dichoso” mono como su padre.  Fue una parte muy bonita y emotiva, contada con sinceridad, detalles y sencillez, sin importarle que esas intimidades se conocieran.

Invitó a comer a Bertín y a su mujer, una belleza venezolana, que le tiene loco de amor y con razones muy justificadas. Como buen asturiano (soy un enamorado de esa tierra, donde he pasado vacaciones inolvidables y han nacido tres o cuatro de mis sobrinas), el plato servido fue la famosa fabada, que a mí me gusta mucho y es una especialidad de la compañera del actor con la que lleva más de treinta años y aunque él dijo que le había pedido varias veces la boda, ella no quería.

Se  veían muy enamorados y compenetrados y dentro de ese magnífico y espléndido hogar ajardinado, se respiraba amor hasta en las fotos y detalles que adornaban sus habitaciones, salones y demás estancias de la casa.

Conocí a Arturo Fernández en los años cincuenta, cuando era considerado un nuevo y joven actor y yo un periodista que realizaba sus primeras experiencias profesionales. Fue con motivo de un cóctel que organicé en su homenaje en “Mayte”. Me llevaba muy bien con la dueña del local y pasaba con frecuencia a charlotear con ella.

Una de las noches estábamos en una mesa los dos y me dijo: “Mira quién está cenando en la mesa de enfrente”. Me quedé sorprendido al ver que era Carrero Blanco con unos señores.

CAMBIO DE PLANES

El cóctel iba a ser en homenaje a uno de mis actores más queridos, José Suárez, (“Calle Mayor”), con el que tenía una extraordinaria y muy estrecha amistad, con motivo de haberle concedido Solís, el inamovible ministro franquista, la Medalla del Mérito en el Trabajo.

Se  rumoreaba que este ministro tenía la norma de enviarle diariamente un enorme ramo de flores a la señora de Franco, aunque en esos momentos no ocupara ministerio y así se aseguraba que no lo olvidaran en futuros gobiernos. Lo llamaban la “sonrisa del régimen”, pues era rara la vez que no salía en las fotos mostrando su blanca y perfecta dentadura.

Al final, Pepe Suárez tuvo que irse a Italia a hacer una película y ya que tenía organizado todo, un gran compañero, Manuel Sellés de la Agencia EFE, me dijo que se lo diera al nuevo actor y asturiano también Arturo Fernández, del que ya se hablaba mucho.

Lo expuse a los representantes publicitarios de González Byass, con los que yo trabajaba en todo lo relacionado con la publicidad de su firma en el mundo del cine, y aceptaron el cambio de personaje. Ellos lo
 financiaban, con la condición de que sólo se bebieran y expusieran las bebidas alcohólicas de su firma. Como así se hizo.

NUESTRO PRIMER CÓCTEL 

Fue nuestro primer cóctel, el de Arturo como homenajeado y el mío como organizador. Yo lo utilicé asimismo como fórmula para darme a conocer en el mundo de la prensa y el cine, ya que estaba casi en mis comienzos. Posiblemente el actor ni se acuerde de este periodista, ya de retirada, que fue el primero que le homenajeó, cuando tampoco era él tan  conocido.

En este evento conocí y me hice amigo de mi primer amor platónico en el cine, la actriz más de moda entonces, Emma Penella, no hace mucho desaparecida. También  a sus hermanas Elisa Montes, casada entonces con Antonio Ozores y luego separada, y a la pequeña de las tres, Terele Pávez, con la que Maribel y yo pasamos algunas tardes de charla en el Gijón.


Mientras lo veía en su casa hablando con Bertín me vinieron mil y un recuerdos a la mente y una tremenda sensación de vacío y soledad. No se pueden soportar tantas añoranzas en cada programa, noticia o foto que te haga regresar al pasado. Hay veces que aún gustándome lo que veo, cambio de canal pues sufro con los recuerdos que me persiguen y mortifican.





4 comentarios:

  1. lo mejor que hay es cuando la gente habla de uno, no cuando uno habla
    de si mismo le quita todo el protagonismo al arturo fernandez.
    lo de carrero blanco lo dudo bastante

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  2. Felix Arboli Martinez29 de noviembre de 2015, 18:04

    Yo cuento mias vivencias como periodista y hablo de mis personajes como partes imp9ortantes en ese momento de m i vida, que es la que cuento. Contar tus vivebncias no es nada anormal, ni petulante, es dar testimonio de unos hechos, personas y cosas que forman parte de tu vida y tu bhistoria. Lo de Carrero blanco es cierto, no tengo por qué inventarlo. Era durante la cena y a ese local ibanm muchos persopnajes destacdos, politricos y demás. Que usted se lo0 cvreo o no, no me va a impedir contarlo, ni me importa lo más míniomo que usted se lo crea no. Usted y yo vamo0s a seguir siendo lo0 mismo, yo un poco más certero, `pues tengo la valentía de firmar c9on mi nombvre yy apellido yn no escon derme en un anónimo para poder en duda, sin el menor fundamento, lo que cuento de mis memorias de prensa. Si no cree lo que lee, es mejor que se dedique a ver partidos de fútbvol o míti9nes politicos, que son más auténticos para la masa. U(n cordial saludo d3esde Madrid.
    pbn tar mi d¡sas S

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  3. Felix, estas tonterias no deberias ni contestarlas. Emplea el tiempo en escribir tus artículos para que los disfrutemos y no pierdas ni un segundo en personajillos como el 1.

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  4. FeliX q poco sabes de la vida

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