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Sacando pecho


Francisco M. Navas [colaboraciones].-

Esta segunda campaña electoral está resultando ser absolutamente anodina, falta de interés. Me parece que la clase política no llega a calibrar que, por encima de sus autoestimas y sus egos, por encima de sus promesas y sus consignas, la gente inevitablemente compara día a día lo que nos cuentan y lo que nos prometen con la cruda realidad del paro, del subsidio, de la carencia absoluta de todo, de la cruda realidad de unos comedores escolares abiertos en verano, por poner un ejemplo ilustrativo, porque hay criaturas a las que sus padres no pueden ni siquiera ofrecer un plato de comida en vacaciones.

Las caravanas, los mítines, toda esa monserga omnipresente cada cuatro años nos sobra, porque han sido tantas las mentiras pronunciadas con vehemencia con la sonrisa en la boca, han sido tantas las promesas incumplidas, que me da la impresión de que la ciudadanía lo único que quiere, de lo único que se fía es de que nuestra política se inunde de una bocanada de aire fresco que nos permita de nuevo soñar con un futuro mejor.
Resulta patético escuchar, día tras día, cómo los dos partidos mayoritarios hasta ahora, esos mismos que montaron un sistema electoral en la transición para alternarse en el poder indefinidamente, vuelven a prometernos todo lo que no fueron capaces de llevar a cabo en treinta y ocho años.

Además, el partido actualmente a cargo del gobierno en funciones, el Partido Popular, que es lo que es y viene de donde viene, cuando ha gobernado, siempre se ha comportado como una máquina de privatizar y de abogar por un falso liberalismo en economía, con el que se han frotado las manos los poderes económicos y las grandes fortunas del país, enriqueciéndose durante sus mandatos de manera escandalosa.

AUSENCIA DE REGENERACIĂ“N INTERNA Y AUTOCRĂŤTICA

Mientras que en la oposiciĂłn sus actuaciones siempre han supuesto difamaciones permanentes al partido gobernante opuesto, el PSOE,  practicando el arte de aplicar zancadillas legales a travĂ©s de interminables recursos ante los tribunales y utilizando permanentemente del discurso del miedo (España se rompe, supuestas alianzas con ETA, etc.) algunas de las cuales le llegaron a costar perder las elecciones. 

Aun cuando al PSOE no podemos negarle la aprobación de las principales leyes que han permitido a España ser más país y menos selva, su connivencia con el PP en mantener una ley electoral que claramente beneficiaba a ambos y su mayor permanencia en mandatos al frente del gobierno de la nación, ha ido contaminando progresivamente su ideología, hasta convertir al partido en una auténtica agencia de colocación, donde el que consigue cualquier cargo político generalmente acaba viviendo de la política.

Su ausencia de regeneraciĂłn interna y de autocrĂ­tica han acabado por asemejarlo demasiado al Partido Popular, con el natural desconcierto y descontento entre sus votantes, pasando a ser una derecha moderada, controlada por sus barones y baronesas, cuando debĂ­a representar a la izquierda en este paĂ­s.

Éstas y muchas razones más han permitido la movilización popular primero y la aparición de nuevos partidos después, que pretenden con sus programas sustituir lo viejo por lo nuevo, la desilusión por la esperanza. Y el vuelco en el panorama político ha resultado tan sorprendente, que los dos viejos partidos, con sus viejas consignas y sus viejos tics, se encuentran absolutamente desconcertados por una realidad que les sobrepasa.

LA GENTE PASA OLĂŤMPICAMENTE

Y en la medida en que su desconcierto crece, más se parecen en sus insultos al contrario, en sus descalificaciones absolutamente desproporcionadas hacia dos nuevas fuerzas políticas, Podemos y Ciudadanos, que de dos años para acá han propiciado una fuga en sus respectivos electorados que suman unos ocho millones de votos.

Me gusta observar en los telediarios las caras de los diferentes lĂ­deres, mientras escucho sus argumentos. Y ni veo excesiva felicidad en Rajoy cuando visita un campo de alcachofas, ni tampoco en la cara de Susana DĂ­az cuando jura y perjura que van a ganar las elecciones.

Se trata de sacar pecho, de no reconocer ni los errores propios que propician la sangría entre sus votantes, ni el mérito de dos nuevos partidos que han conseguido en tan sólo dos años lo que algunos nunca lograron en décadas: ilusionar a millones de votantes.

Estamos de nuevo en campaña, y creo que la gente pasa olímpicamente de toda esta parafernalia, inútilmente costosa y repetida por segunda vez, puesto que ya lo hemos vivido recientemente, en diciembre pasado.

La expectación se centra ahora en la jugada maestra de Podemos, sumando sus votos a los de Izquierda Unida, rectificando su anterior postura, porque han comprendido rápidamente que mientras no se cambie nuestro nefasto sistema electoral, seis millones de votantes no valen igual que cinco millones más uno.

NECESITAMOS CAMBIOS DE PERSONAS Y DE POLĂŤTICAS

Y resulta evidente que su nueva estrategia ha dejado absolutamente descolocados a PP, PSOE y Ciudadanos, porque con toda probabilidad, sacando el mismo número de votos que en las elecciones del pasado diciembre, aumentarán sus diputados en más de diez, arañando aún más las ya de por sí debilitadas representaciones del resto de los partidos.

Ni los conflictos polĂ­ticos y sociales en Venezuela, ni la terrible crisis econĂłmica en Grecia (propiciada, no por Tsipras, sino por gobiernos socialistas y de derechas anteriores) pueden ni deben contaminar nuestro proceso electoral.

Necesitamos cambios de personas, de polĂ­ticas, de distribuciĂłn de la riqueza, nos hace falta blindar la sanidad, la educaciĂłn, los servicios sociales, separar de una vez por todas la influencia de la Iglesia sobre el Estado, independizar polĂ­ticamente y dotar de medios al poder judicial, limitar mandatos y suprimir aforamientos y privilegios.

Si los partidos emergentes consiguen, además de ilusionarnos, sanear realmente la polĂ­tica y aplicarse en defender los intereses del conjunto de los españoles, de nada les servirá a los viejos partidos seguir gruñendo y sacando pecho.  
    
   




2 comentarios:

  1. Si estas elecciones son anodinas y falta de interés
    porque escribe deja la gente tranquila, ( izquierda
    unida y podemos han acertado) esperemos que te equivo
    que porque España iría a la ruina lo mismo que grecia
    aunque le eche la culpa a los socialistas tu huele a
    Comunista que apesta haber si te entera el comunismo
    no existe ni en rucia si dice que en polĂ­tica entre
    savia nueva escribiendo tontería también no escriba mas

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  2. Querido Sr. Navas
    Unas vez celebradas las elecciones y releído su artículo le propongo seriamente que deje su actividad de articulista político, y se quede con la paguita que tiene gracias a la Constitución de 1.978 y a la gestión de UCD, PCE, PSOE, AP, PSP, PSA, PP, CDS, CIU, PNV, CC y tantos otros "viejos partidos", que son lo que nos han llevado en 38 años a cambiar nuestra sociedad (Supongo que, por su edad, se acordará còmo estaba España en 1.975)
    No ha pegado Ud. ni una (lo de la jugada maestra de Podemos es para ponerle un marco)
    Saludos cordiales y hágaselo mirar

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