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Pan y circo


Francisco M. Navas [colaboraciones].-

Aunque suene a antiguo, lo inventaron los romanos, y durante mucho tiempo les funcionó. El Coliseo, en la populosa capital del Imperio, se convirtió periódicamente en la válvula de escape para una muchedumbre a menudo hambrienta y siempre descontenta con el poder. Se trataba de organizar periódicamente cualquier tipo de festejo en este inmenso coso, abrir el espectáculo a la muchedumbre y repartir pan durante la celebración del evento.

No hemos avanzado mucho desde entonces. Los polĂ­ticos siguen manipulando a la gente de forma tan descarada que a veces da asco. Y la gente, evidentemente, se deja manipular.

En pocos días hemos pasado en Chiclana de proclamar a los cuatro vientos que no hay un solo euro en las arcas municipales, a gastar lo que tenemos y lo que no tenemos en montar una gigantesca carpa en Sancti Petri y allanar y compactar, sin reparar en gastos, dos o tres hectáreas de zonas aledañas en terrenos supuestamente protegidos, para que la gente pueda dejar sus coches cómodamente al asistir al circo que se ha montado allí. Con iluminación y todo, por supuesto.

Probablemente muchas de las personas que asistan a esos conciertos de verano serán las mismas que hace tan sólo pocos días protestaban ante el Ayuntamiento porque sus carriles están impracticables, porque sus paradas de autobús carecen de techo o de cristales, porque siguen sin agua potable en sus casas o por cualquier otro motivo. La lista sería tan larga, que ni siquiera merece la pena detallarla.
 

CON EL CIRCO TODO SE OLVIDA

Sin embargo, en cuanto se monta el circo, todo se olvida. Incluso cuando hoy en dĂ­a ya no se reparte pan y se cobra la entrada, pero ¿quiĂ©n se atreve a quedarse sin esa parcela de circo que nos ofrecen de vez en cuando?

Los gobernantes saben que su manipulaciĂłn siempre funciona. Carecemos de memoria ciudadana y muchas veces hasta de dignidad. Resulta asombroso que con las enormes carencias de que adolece esta ciudad se gaste un solo euro en fiestecitas de verano, que no son sino propaganda con la que se nos intenta transmitir el mensaje de turno: “El año que viene, elecciones municipales. Y nosotros somos los que os traemos el circo”.

Muchas veces, a los que nos negamos a participar en esta farsa, nos abroncan llamándonos amargados, resentidos y un sinfín de lindezas más. Pero los problemas que tenemos no se van a arreglar asistiendo como borregos a la caracolá, a la fiesta del filete empanado o a la de la cerveza, no.

Seguramente muchas de las cosas de las que nos quejamos a diario comenzarían a arreglarse si cada vez que se monta un circo por nuestra corporación municipal o sus amiguetes, que son muchos, a los que todos conocemos y a los que se mantiene bien subvencionados cada año, nosotros, los descontentos por el desgobierno de esta ciudad de mentirijilla, los que reclamamos cosas muy simples para el bienestar de nuestro vecindario, fuésemos capaces de convocar a la gente en la puerta del Ayuntamiento para protestar por nuestros legítimos derechos, dejando vacías esas convocatorias que sólo sirven para engañar al vecindario.

 
CAPOTAZO Y ENGAĂ‘O EN VEZ DE LUCHAR

Lo malo es que la gente en general prefiere el capotazo, el engaño, a luchar por sus justas reivindicaciones, y aunque somos muchos los venidos de fuera que vivimos en Chiclana y que, precisamente por venir de fuera, conocemos otras ciudades donde existe agua potable para todos, y alcantarillado, y farolas en las calles, y parques infantiles repartidos por doquier y que, además, están gobernadas por ayuntamientos que han sabido gestionar sus dineros correctamente sin endeudarse hasta las cejas.

Aunque somos muchos los que tenemos conciencia de que el gobierno de esta ciudad ha sido, es y será un profundo disparate, los de aquí, los chiclaneros, gente humilde pero trabajadora desde siempre, no protestan, no se mueven, no se asocian, no participan, se siguen conformando con el circo de vez en cuando, y ahí se acaban las penas.

En cualquier caso, no seré yo quien se dedique a juzgar a los que quieran disfrutar del ambiente festivo, siempre de cara a la galería, de esta ciudad que no tiene para pan, pero que, esporádicamente, tiene para peras.

Tan sĂłlo expongo en voz alta mis reflexiones, y ojalá, pasada la celebraciĂłn de turno, cuando se nos cruce una rata del tamaño de un conejo en nuestro camino, cuando reventemos un amortiguador en un bache, cuando nos agolpemos en la cola de un centro de salud, o cuando cojamos el tifus por usar agua contaminada para lavar los platos, reflexionemos y nos preguntemos: “¿Realmente mis problemas se solucionan con el circo?

3 comentarios:

  1. Navas. Te compraste un chalet ilegal bonito y barato, comparado con los legales... tĂş eres parte del problema que tenemos los chiclaneros.

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  2. Ya salió el talibán de turno. Entérate de lo que le costó al Sr. Navas su chalet, cuánto pagó de impuestos y cuánto paga ahora de contribución sin tener un puto servicio municipal. Te sorprenderías

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  3. N+1 el problema de muchos chiclaneros es que todavía tenéis en los genes al señorito y al
    amo y lo que diga el psoe es toda la verdad le recuerdo que Chiclana es el sexto pueblo
    mas pobre de España de unos 1800 que hay ( buen articulo señor navas )

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