Miguel Poveda, si Lorca levantara la cabeza…
Espectacular
concierto del cantaor catalán con su último disco dedicado al poeta granadino.-
Hace años
que Miguel Poveda lleva demostrando que
actualmente es el cantaor que mejor transmite el flamenco desde un escenario,
sin desmerecer a otros grandes del cante. Apostar por Lorca es hacerlo a caballo ganador, tanto en el teatro como en la
música y, por supuesto, en el flamenco. (FOTOS: Daniel Lezro).
Pero no es
fácil, aunque lo parezca, porque la poesía de Lorca no es tampoco fácil de
entender en algunos casos, por lo que puede desvanecerse mientras se canta.
Pero Poveda ha sabido darle el punto exacto en este Enlorquecido con el que está triunfando allá donde va.
Y también
lo hico en Chiclana como anteriormente había ocurrido en otras actuaciones en
el Teatro Moderno. Desde que lo escuché cantar por Camarón en la película de Bigas Luna, La
teta y la luna, me enamoró su juvenil voz, siendo un chiquillo todavía.
Después vendría su triunfo rotundo en el Certamen del cante de las Minas en La
Unión, Murcia, y a partir de ahí se convirtió en uno de los cantaores más
seguidos.
Comenzó el
concierto con No me encontraron y
continuó con Alba, El silencio, Los
cuatro muleros, Los Pelegrinitos,
Anda jaleo o los Ojos verdes que hiciera famosa Miguel
de Molina hace tantas décadas.
FLAMENCO
DEL BUENO
También
interpretó El poeta pie a su amor que le
escriba, El amor duerme en el pecho del
poeta, Ay voz secreta del amor oscuro
y Oda a Walt Whitman, Canción de la muerte pequeña, Grito hacia Roma desde la Torre Chrysler Building
o Son de negros en Cuba.
Pero no
solo estuvo Lorca esa noche en Sancti Petri, hubo más, bulerías y seguiriyas,
fandangos, alegrías, tangos y un emotivo recuerdo para una pareja que
revolucionó en los años 70 el flamenco y lo puso al alcance de todos los
mortales: Lole y Manuel.
Para tan
excelso concierto hacen falta buenos músicos y Poveda se rodeó de uno de los
más grandes, el pianista, arreglista y director Joan
Albert Amargós, que cuando empezaban Lole y Manuel se dedicaba a
experimentar música en grupos que pasaron a la historia de la progresía
española como Música Urbana.
Estuvieron
también el guitarrista isleño Jesús Guerrero,
Carlos Grilo, Dani Bonilla y El Londro.
Y la
sorpresa de su admirado Rancapino,
al que abrazó en el escenario entre los aplausos del público que llenaba el
recinto. Noche mágica y Lorca revolviéndose en su tumba –allá donde se
encuentre- por no poder estar allí disfrutando de este homenaje que Miguel
Poveda le ha rendido con pasión y devoción.
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