Alumnos del curso de Filosofía de Jesús Romero, le hicieron un emotivo homenaje
Además de
su amistad y agradecimiento, le regalaron un libro de pintores andaluces del siglo XIX y un
cuadro.-
Días
pasados tuvo lugar en el Museo de Chiclana, un emotivo homenaje a Jesús Romero por parte de los que han sido sus
alumnos en los cursos de Filosofía que ha impartido en estos siete últimos
años, desinteresadamente. Cada miércoles, año tras año. Fue un acto sorpresa,
ya que nada le habían dicho, yendo al Museo para hacer una visita guiada a un
grupo foráneo, encontrándose con los que han sido sus compañeros de clase.
El tema
era acercar a la cotidianidad los conceptos filosóficos, para ayudar a la
comprensión de conceptos y enfoques, susceptibles de ser adaptados a la
formación de cada uno, aplicándolos al día a día..
Desde Sócrates a Nietzsche,
ha ido desgranando las doctrinas de cada autor, sus enfoques y concepciones,
ofreciendo ampliaciones de cada una de ellas a través de textos y libros
editados para ampliar conocimientos, recomendados por Romero.
Aseguran
los asistentes a estos cursos que “su
espíritu vocacional ha volcado en cada clase una lección magistral,
concienzudamente preparada, para proyectar los conceptos de cada doctrina, en
el contexto histórico de cada época, imprescindible para entender y valorar”.
RECONOCIMIENTO
A UNA LABOR DESINTERESADA
Utilizó la
metodología imprescindible para pasar de un autor a otro, tarea ardua, “toda vez que no podría entenderse una historia de la
filosofía, sin el rigor que obligan las ideas, que forman un todo”.
Abordar autor por autor, encorsetados en sus propios tiempos, alejados de
sus contemporáneos con renovadas ideas, a veces solapadas, “era dar una imagen constreñida de todo un periodo.
Era imprescindible actuar con ilación”.
No se
podía entender los momentos filosóficos, sin concatenar
los posicionamientos de los diversos autores y sus planteamientos. Autor
por autor, aislados, no era posible. Jesús Romero expuso cada ideario “interpretando a cada uno, pensando y casi hablando
como ellos, casi en conexión teatral, como muestra de la rigurosidad
profesional que mantuvo durante todo el curso”.
Señalan
también que Jesús “no tenía como prioridad el
dejar constancia del aprovechamiento de cada asistente con un diploma de fin de
curso, sino el acercamiento a la historia de la filosofía, poniéndola a
disposición de los interesados en saber algo del tema, dándoles pautas de
pensamiento y conducta. Y, sobre todo, la satisfacción personal de haber
compartido, con todos, el interés por aprender”.
Terminado
el ciclo, la última clase fue a mediados de marzo, tras la misma, un grupo de
asistentes “entendimos que la despedida
“gracias por vuestra asistencia, me alegro lo hayáis pasado bien con el curso y
hasta mañana”, se quedaba insignificante,
después de todo lo que habían recibido de forma tan generosa”.
Decidieron
demostrarle su “agradecimiento, respeto y
afecto, por las horas que nos había dedicado de forma tan generosa”,
organizando un pequeño acto y trasladarle “cuanto
sentíamos”.
LA
DOCENCIA, SU MAYOR VOCACIÓN
Afirman
que “le entregamos nuestro reconocimiento y
afecto, en un escrito firmado por todos los que pudieron asistir, junto a un
par de detalles (un libro de pintores andaluces del siglo XIX y un cuadro) que estaba en línea con sus preferencias artísticas.
Y nos fundimos con él, sellando en un gran abrazo, una amistad duradera”.
Jesús
Romero, muy emocionado, agradeció este reconocimiento, manifestando que “lo que más me gusta en este mundo, por encima de
todo, es la docencia y con este curso he podido retomarla”, agregando
que se sentía muy contento por refrescar sus conocimientos y obligarse a
transmitirlos, amén del ejercicio gratificante que supone compartir.
Dijo que
otro curso tan largo no podría asumirlo, aunque se comprometió a organizar
veladas puntuales de asuntos muy concretos, ya sean de filosofía, arte o
cualquier otro que se acuerde, para no perder el contacto con un grupo que ha
mostrado verdadero interés por temas tan interesantes.
También
pidió que le enviasen aquellas dudas, reflexiones, ideas etc., que durante el
curso se le hayan planteado, a los que responderá con un artículo dedicado a
cada uno y que luego se recogerán en un libro que piensa editar, con todos
ellos y dedicado a los asistentes al curso.
Sin duda un momento muy emotivo este reconocimiento más que merecido a Jesús, durante tantos años de dedicación, por los que no podemos más que estar muy agradecidos. Será todo un placer continuar con estos momentos, aunque más espaciados. Un fuerte abrazo a Jesús.
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