Logo Derecho - Bann

Joaquín Ballesteros “El Cuña”, un artista natural que no quería serlo


Hoy, 10 de abril de 2019, se cumple un año desde que Chiclana perdía a uno de sus ciudadanos más queridos y admirados: Joaquín Ballesteros, “El Cuña”.-

Tenía 74 años, estaba casado con Antonia Sánchez Guillén y tenía tres hijos, Joaquín, Francisco y Ana. El desfile de chiclaneros y artistas por el Cementerio Mancomunado de la Bahía fue constante y numeroso, así como su sepelio. Ese día, todos nos quedamos huérfanos de su arte, simpatía y donosura.

Joaquín Ballesteros es una de las personas más polifacéticas que ha tenido Chiclana. Ha tocado casi todos los palos, ya que cantaba, bailaba, recitaba, contaba chistes, interpretaba... Como dicen sus amigos, “2018 será recordado como el año que se llevó EL ARTE, con mayúsculas, dejando un gran vacío”.

 
Dicen también que es príncipe de Mónico, perteneciente a una saga importante de artistas, la mayoría mujeres, que comenzó con La Mónica, la abuela. Detrás vendrían los demás. Uno de los más destacados fue “El Cuña”.

No quiso ser el rey del arte porque nunca presumió de ello ni se dedicó profesionalmente, “porque tenía cualidades para ello”. Conocía todos los palos del flamenco y los interpretaba. También era un gran conocedor de tauromaquias antiguas y amante de los toreros de arte (Curro, Paula, Morante…). Era un rapsoda excepcional y podía haber sido un personaje de Lorca. Le encantaba su Romancero gitano y habría cabido en sus obras. Su poeta preferido fue Luis Benítez Carrasco.

VENDEDOR NATO

Era un artista para todos los públicos, como demostró cada vez que se subía a un escenario, “conectaba con todo el mundo”, reseñan sus amigos. Era también muy amigo de los gitanos. Y un vendedor nato, dedicándose al comercio, vendiendo coches de segunda mano con su socio “El bizco” Rueda, compañero de aventuras de Manolito “Tapaera” y Lolo Colchón. Tuvo comercios en Cádiz, San Fernando y Puerto Real y almacenes de ropa en Chiclana en los años 70.

Fue representante de vinos de Jerez, empresario de cine de verano en la zona de la Venta Macías (Ideal Cinema), tuvo hasta hace poco una tienda de sofás, una inmobiliaria y un comercio de ropa interior que llevaba su esposa, Antonia, que han cerrado por jubilación.

Una mujer que desde que lo conoció cuando tenía trece años y él dieciséis, no se separó de su lado. Siempre estuvo con él, incluso en lo que no le gustaba, pero se adaptó a Joaquín porque sabía cómo era y nunca le quiso cortar las alas. Tuvieron tres hijos y dos nietos.

MANOLO ROMÁN, TUTOR ARTÍSTICO

Fue un gran amigo de Manolo Román, que actuó como su tutor artístico, inculcándole lo de rapsoda. Tomó parte en concursos de radio recitando y llegó a subirse al escenario del mítico teatro Lope de Vega de Sevilla, teniendo una gran acogida y ganando el concurso. Nadie recitaba como él. Un taxista sevillano quería a toda costa presentarle a Los Morancos para que lo oyeran. Sobresalía en todas las reuniones. Donde iba conquistaba al público.

Así mismo, ofició de monaguillo en San Telmo (en su pregón de Carnaval se disfrazó de ello) e interpretaba muy bien los cantos gregorianos. Era amigo de artistas como Guarino de Puerto Real, el humorista Price y, sobre todo, de Rancapino.

Ganaderos de Alcalá de los Gazules le llamaban para que amenizara sus fiestas, que aceptaba encantado y gratis. Nunca cobró, al contrario, le costaba dinero. Estar a su lado era garantía de pasar un buen rato y todo lo hizo por amor al arte.
 

 
DEFENSOR DE CHICLANA

Joaquín defendió a Chiclana con uñas y dientes, con su arte y chauvinismo. La escultura de Curro Jaramago ya no lo verá más pasando por delante, camino de su casa. No estaría mal que Chiclana recordara a “El Cuña” para la posteridad, se lo merece, aunque no era amigo de homenajes. Otras de sus pasiones fueron el carnaval y la feria.

Fue pregonero del primero, recibió la Capacha de la Peña Perico Alcántara y fue nombrado Rey Mago. Nunca se pronunció políticamente. Tenía muchas tablas y mucho mundo, aprendido en la universidad de la vida y muy listo para los negocios. Afirman sus amigos que “es imposible definirlo. Por mucho que digamos, nos quedamos cortos”.

Hacía las cosas “cuando estaba a gusto. Obligado, nunca. Hizo disfrutar a su familia y amigos”. Su esposa, Antonia, nunca va a ser reconocida como artista, “pero lo era, permitiendo que Joaquín desarrollara su arte”, agregan.

FANTASMAS EN EL CALLEJÓN

Hay anécdotas curiosas de su relación. Cuando eran novios iba a verla a su casa en el Callejón de las Delicias. Como estaba trabajando en Jisol tenía que ir de noche y le salieron al paso fantasmas, que entonces estaba de moda en Chiclana. Había gente que se vestía así para asustar a los viandantes. Sin embargo, superó el miedo y no fallaba ninguna noche. Eso influyó positivamente en su relación, porque demostró lo que quería a Antonia.

Dice su cuñado, Manolo Sánchez “El Platero” que “nosotros vivíamos en el extrarradio y el arte llegó a mi casa a través de “El Cuña”. Era un gran artista”. Dice también que era “un hacedor de imposibles”. Y cuenta una anécdota: “En Navidad desmontó el dormitorio de mis padres para una fiesta con orquesta. La casa no estaba preparada para ello y saltaban los plomos cada poco, pero la fiesta se hizo”.

Hace doce meses que Joaquín Ballesteros “El Cuña” se nos fue, pero sigue en el recuerdo cada día, porque sus amigos y familiares están siempre contando historias de este chiclanero singular, que tanto nos alegró la vida.

PACO LÓPEZ

 

 

 

 

1 comentario:

  1. Bonito articulo. El Cuña es de los artistas mas grandes que ha dado esta tierra

    ResponderEliminar

Los Comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.

Por favor al redactar tu comentario sobre EL TEMA, cuida las formas.
No utilices 'copiar y pegar' para grandes textos, ni mayúsculas en exceso. No poner textos en el nombre. No direcciones web externas. Mejor sin abreviaturas SMS. Los comentarios pueden ser borrados (ver Advertencia Legal)
.