La Unión Europea en la que no creo. Perded toda esperanza los que aún confiáis en algún partido político
Félix de
la Fuente [colaboraciones].-
No son los acontecimientos de los últimos meses, no ha sido tampoco la sentencia del Tribunal de Luxemburgo ni el nuevo gobierno de España los que me han llevado a esta conclusión. Pero la reacción ante la citada sentencia y la manipulación de la misma requiere de los europeístas no nos dejemos llevar por el pesimismo.
Queramos o
no, no nos queda otra solución que seguir hacia una Europa Unida, si Europa
quiere subsistir. Además, por mucho que la UE y otros Estados miembros
desprestigien a la Justicia española, quedarán
siempre muy por debajo del desprestigio que le han infringido los políticos
españoles (mi artículo de hace una semana empezaba “Si nosotros no confiamos en la
justicia española, ¿Cómo van a confiar los demás?”).
Y, por
último, conviene que estemos atentos, porque el próximo
intento de salida de la UE podría darse en España. No es esta la Unión
Europea que yo quiero ni la que yo esperaba, pero voy a defender con todas mis
fuerzas la UE que está prevista en el Tratado de la UE, porque es mucho lo que
está en juego.
Si desde
hace ya 20 años la UE está yendo a la deriva, en los últimos tiempos su tren va
sin conductor y sin frenos. Pero mi desencanto ante esta UE viene aún de más
lejos. El día 16 de octubre de 1985, unos meses antes de que entrara España en
ella, dejé de creer en un proyecto que hasta entonces yo me había imaginado
democráticamente ilusionante.
FAVORECER
A SU PARTIDO Y NO AL CIUDADANO
Un día
antes yo había entrado en el Parlamento Europeo como primer funcionario español
que accedió por oposición a dicha institución. No,
no era esa la Unión Europea que me había imaginado. El recurso que yo
presenté dos años después contra el Parlamento ante el Tribunal de Justicia
debería haberlo hecho, por incumplimiento de contrato, el mismo día de mi
llegada.
Lógicamente,
me habrían puesto de patitas en la calle, aduciendo que yo estaba en período de
prueba. A pesar de la colosal frustración que me llevé, he luchado como pocos
por lo que según los tratados debería ser la UE “una Unión cada vez más estrecha entre los ciudadanos de la
UE”, y los que me conocéis sabéis que no miento ni exagero. Ahí están
todas mis publicaciones en español y en francés.
Aunque sí
crea y luche por una auténtica Unión Europea de los ciudadanos, no puedo creer en la Unión Europea de los políticos y
mucho menos de los partidos políticos. No nos engañemos, los políticos
no son nuestros representantes. Los políticos miran, ante todo, por su propio
partido, y esto tanto a nivel nacional como europeo.
En segundo
lugar, defenderán los intereses de su país, pero
sólo en la medida en que pueda favorecer a su propio partido, y, en
último lugar, lucharán por los ciudadanos. No puedo creer en el Parlamento
Europeos de los presidentes Barón y Gil Robles, por citar sólo a los presidentes
españoles de los varios que he conocido (he visto demasiada corrupción y
enchufismo. La presidencia de Borrell ya
no la he vivido).
VOTO
TELEDIRIGIDO DE LOS PARTIDOS
No puedo
creer en el actual presidente del Parlamento Europeo, que, aunque con la mejor
intención pretenda echarle una mano a su amigo Sánchez,
contribuye al desprestigio de los altos tribunales españoles (¿Dónde está la
separación de poderes?)
No puedo
creer en un Parlamento que tanta prisa ha tenido en este caso y nos está haciendo esperar más de 40 años para tener
una Ley sobre el procedimiento electoral uniforme para toda la UE y que desde
hace ya 20 años debería haber aceptado unas listas transnacionales para las
elecciones europeas, cuando todo esto
podría haber contribuido al sentimiento de unidad de todos los ciudadanos
europeos.
No puedo
creer en un Parlamento europeo que vota teledirigido por la dirección de sus
respectivos partidos nacionales, ni en un Parlamento que hace ya varias décadas
debería haber renunciado a los privilegios e inmunidades de sus miembros.
¿Dónde está la lucha contra la discriminación de que tanto hace gala? ¿Cuándo
va a defender los intereses de los ciudadanos en lugar de los intereses de los
partidos?
No puedo
creer en un Tribunal de justicia de la UE
de un presidente que se llamaba Rodríguez
Iglesias, porque los miembros de dicho tribunal son personas -cuando deberían ser personalidades- puestas
a dedo por los respectivos jefes de gobierno, un tribunal muy valiente
para defender los privilegios de los políticos y muy tímido cuando se trata de
defender los derechos de los funcionarios de las instituciones europea.
LOS
CIUDADANOS, UN CERO A LA IZQUIERDA
Un
tribunal muy valiente frente a los tribunales
españoles y muy tímido ante los tribunales alemanes (recordemos las
famosas sentencias Solange,
que reservaban la última palabra al Tribunal constitucional alemán “mientras”….) No puedo creer tampoco en la
Comisión Europea, porque sus miembros,
además de ser puestos a dedo por sus respectivos gobiernos, no tienen
inconveniente en pronunciarse en contra su propio país, cuando no es su partido
el que está gobernando.
Tuvimos un
ejemplo español muy claro. Y no sigo. Porque creo que con esto ya basta. El
hecho de que los candidatos a miembros de la Comisión tengan que pasar el
examen del Parlamento Europeo no mejora apenas la calidad democrática. Y
prescindo del hecho de que los ciudadanos en todo este proceso somos un cero a
la izquierda. El descrédito que actualmente
tienen las instituciones europeas no es el resultado de una casualidad.
Tampoco creo en el Tribunal de Derechos Humanos, de Estrasburgo (ojo, no confundirlo, pues éste no forma parte de la UE), porque sus miembros son elegidos también a dedo por los respectivos gobiernos. Y naturalmente los partidos en el gobierno eligen siempre a sus simpatizantes. Sacad vuestras sucias manos de las instituciones de la UE era el título de un artículo mío de hace dos semanas. Me refería a los políticos.
También
del Tribunal de Estrasburgo y de todos los tribunales españoles deben sacar las
manos los políticos, y deben sacarlas, porque ya las tienen metidas. Si los
políticos no quieren que los tribunales actúen contra ningún político, deben
practicar el diálogo a priori, es decir antes de cometer ningún delito, no a
posteriori. Una vez que se ha violado la Ley, a
los tribunales no les queda otro remedio que actuar.
EL SISTEMA ACTUAL DE PARTIDOS ESTÁ AGOTADO
No, no creo en la UE actual, como tampoco creo en la democracia española actual, aunque seguiré votando y seguiré luchando por otra UE y por una auténtica democracia española. Convenzámonos, el sistema actual de partidos políticos está agotado. Nos han llevado al retroceso de la integración europea y al retroceso de España. Los ciudadanos en lugar de auténticos soberanos, somos marionetas en sus manos.
Millones
de dólares o de euros puestos al servicio de una causa antidemocrática pueden
hacernos creer que esta causa antidemocrática es la revolución más progre del
mundo. Cada vez que los políticos, unos señores cargados de privilegios, hablan
de derechos humanos, de igualdad de género y de oportunidades o de justicia
social, es como para ponerse a temblar. Pero que los políticos no se hagan
ilusiones. Ellos son, a su vez, marionetas del aparato y de los que dirigen las
riendas de su partido.
Son muchos
los interesados en que se hunda la UE, y entre ellos están los Estados Unidos y
Rusia. Primero se intentó meter con calzador en la UE a Turquía. Luego vino el
órdago de Cameron para hacer saltar por los aires el proceso de integración
europea. Cuando Cameron pierde el órdago, convoca el referéndum. Estos son sólo
dos ejemplos.
Creo en el
diálogo hasta las últimas consecuencias, pero me cuesta creer en los
referéndums, por lo fácil que es manipularlos y porque los grandes problemas no
se resuelven con un sí o un no, ni las cosas son simplemente blancas o negras.
Quizás el próximo intento de referéndum de salida de la UE tenga lugar en
España.
LANZAR
ESTIÉRCOL
Primero se
intentará echar la culpa a Europa de los ataques a la justicia española y de
los posibles fracasos socioeconómicos (que quede claro que no los deseo),
cuando en toda la historia de la UE jamás se ha difamado tanto a la justicia
española, como se ha hecho en España en estos últimos días.
Cuando los
políticos hayan lanzado contra la UE todo el estiércol de su incompetencia y se
haya caldeado el ambiente en contra de Bruselas, entonces será muy fácil
convocar un referéndum y ganarlo. Ojalá me equivoque. Esto es lo que se ha
hecho en Gran Bretaña.
No es hora
de llorar. No es hora de mirar hacia otro
partido político en busca de salvación. No estoy defendiendo a ningún
partido. Los ciudadanos nos estamos cansando de seguir votando siempre al
partido menos malo. Dejemos que los políticos se insulten en el Parlamento.
Nosotros tenemos que defender nuestros derechos a través de plataformas abiertas,
tolerantes e integradoras. Los ciudadanos no
estamos enfrentados y no debemos dejarnos manipular por aquellos que quieren
enfrentarnos.
Y
recordemos: si no hacemos nada, no tenemos ningún derecho para criticar ni a la
UE ni a los partidos políticos.
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