Cerería “La Madrugá”: “El panorama por el coronavirus es muy negro, sin saber cuándo se va a acabar esta crisis”
No han
podido entregar todo el trabajo por la suspensión de las procesiones de Semana
Santa, teniendo mucho dinero en la calle que no saben cuándo lo van a poder cobrar.-
En octubre
de 2012 abría sus puertas Cerería La Madrugá,
en el polígono de Pelagatos, en la calle Del Tesón, 10. Ayer, 31 de marzo,
cerraba sus puertas. Los trabajadores han ido al paro con un ERTE y cuando
vuelvan a abrir, tras pasar la crisis del coronavirus, regresarán a la empresa
de nuevo. Los daños económicos son muy grandes, pero lo peor está por llegar.
Arturo Soto de la Espada es el gerente y ha
contado a PUENTE CHICO lo que les espera
en los próximos meses y años, porque lo que está ocurriendo les pasará una
factura muy cara. La Madrugá lleva siete
años y medio haciendo cirios pascuales. Comenzaron sirviéndolos a hermandades
de Chiclana y ahora lo hacen a 700 de toda España, principalmente de Andalucía.
La
suspensión de las procesiones de Semana Santa y el cierre de toda actividad, ha
sido un duro golpe para una entidad que tiene en estas fechas su momento álgido
de pedidos. No solo son los desfiles, sino todo lo que hay a su alrededor, como
los cultos en cada parroquia antes de la Semana de Pasión.
Manifiesta
Soto que “los clientes han sido conscientes del
momento que vivimos, fueron coherentes y se han quedado con los pedidos
realizados, ya que los cirios les servirán para el año próximo”. Pero no
todo es tan bonito, ya que solo han repartido la mitad y el resto lo tienen en
sus instalaciones, sin saber cuándo podrán entregarlos y cobrarlos.
UN AÑO
PERDIDO
En ellas
no podrán guardarlo todo, por lo que tendrán que buscar una nave y alquilar un
espacio donde dejarlo: “Muchas cofradías no
tienen un lugar adecuado para dejar los cirios y que no se estropeen por las
malas condiciones del mismo, la humedad entre otras cuestiones”.
Este
material puede durar toda la vida. En concreto, en la Basílica de Santa María
de la Asunción, en Arcos, hay un cirio pascual de más de dos metros de altura
(2,35 exactamente) y veinticinco centímetros de ancho, que tiene 253 años (se
hizo en 1767). La técnica ha cambiado poco en doscientos años, “lo que sí ha cambiado es la forma de hacerlos”.
Arturo
Soto no es partidario de celebrar las procesiones en septiembre como se ha
hablado: “Sería sacarlo de contexto. No es lo
mismo en abril que en septiembre. Dije a los cofrades que se hagan a la idea de
que hemos tenido lluvia todos los días y no han podido salir. Las personas
somos lo más importante”.

PANORAMA
MUY NEGRO POR EL CORONAVIRUS
El gerente
de La Madrugá tiene claro que “tenemos que reinventarnos, reunirnos las empresas de
cerería para ver qué hacemos con lo que está pasando, pedir ayudas o
subvenciones, etc.”. La situación es dura: “Tenemos que pagar luz, agua, alquileres, autónomos, impuestos y sin
ganar ni un euro. Todo son gastos. No nos ha quedado más remedio que hacer un
ERTE, pero no es la solución”.
Afirma que
“el panorama es muy negro, con un país parado y
sin saber cuándo se va a acabar esta crisis y cómo vamos a volver a rendir al
cien por cien”. Para cobrar lo que le adeudan las hermandades lo van a
tener complicado: “La financiación de éstas son
por las cuotas de sus miembros, ayudas del Ayuntamiento y las sillas de la
carrera oficial. La suspensión de los desfiles procesionales hace que la
mayoría de esos ingresos los pierdan, por lo que las cofradías no tienen dinero.
Tengo un dineral en la calle que no sé cuándo lo voy a cobrar”.
Este año
han fabricado 50.000 kilos de cera y de ellos 42.000 las tienen en la fábrica,
para entregar o empaquetadas.
Cerería La Madrugá ha sido una revolución, ya que en
muy poco tiempo ha visto como su producción subía de forma espectacular,
recibiendo encargos de muchas partes de España aparte de Andalucía. Cofradías
de Oviedo, Canarias, Madrid, Salamanca, León, Murcia, etc., han puesto su confianza en la empresa
chiclanera, adornando sus pasos en las procesiones más importantes del país, participando también en las ferias cofrades que se realizan.
INVENTO DE
UNA MÁQUINA QUE TRIPLICA LA PRODUCCIÓN
Comenta Arturo que cada vez son más las hermandades de otras partes del país las que recurren a ellos: “Por ahí arriba las procesiones se están sevillanizando cada vez más. Todos quieren ser un Sevilla en pequeñito”. A pesar del corto espacio de tiempo que llevan abiertos, su forma de trabajar la cera y la calidad de ésta, les ha colocado a la cabeza del gremio.

Una de las
ventajas de Arturo Soto es que “soy cofrade
antes que cerero y sé lo que le gusta a las hermandades”. Lleva 45 años
relacionado con la Semana Santa y fue el fundador de La Borriquita y de la Peña
de Costaleros La Ilusión, de la que ha
sido capataz. Su padre, Juan Soto, fue el que le metió el gusanillo y su hijo trabaja con
él para tomar el relevo en la empresa.
Comenta Arturo que cada vez son más las hermandades de otras partes del país las que recurren a ellos: “Por ahí arriba las procesiones se están sevillanizando cada vez más. Todos quieren ser un Sevilla en pequeñito”. A pesar del corto espacio de tiempo que llevan abiertos, su forma de trabajar la cera y la calidad de ésta, les ha colocado a la cabeza del gremio.
Cuando
empezaron tenían algo muy claro: “No queríamos
ser una cerería más, por lo que teníamos que hacer algo distinto. Soy un
manitas y me he rodeado de buenos colaboradores, automatizando la producción de
cirios”. Incluso ha inventado una máquina, a la que llama El paraguas por la forma que tiene, con la que
han aumentado considerablemente el número de velas.
Reseña
Soto que “hemos triplicado la producción con
respecto a nuestros competidores, ya que podemos sacar de una vez 18 cirios y
con esta máquina hemos reducido personal y podemos hacer mejores precios que
los demás. La forma de elaborarlos marca la diferencia”.
Todo esto
ha conllevado varios galardones, como el entregado por la Junta de Andalucía,
el I Premio Emprendimiento y Calidad o
el Historias de luz de Caja Granada entre otros.

HACER
PRODUCTOS DIFERENTES
Una de las
particularidades de La Madrugá es que
utilizan cera pura de abeja: “Compramos
directamente a los apicultores para evitar los intermediarios, que encarecen el
producto. Nos quedamos con los panales una vez recogida la miel, con todos, con
lo que nuestros cirios son más baratos y tienen mayor pureza”.
Sus cirios
no producen humo negro como los de otras cererías, porque tienen parafina, hilo
de algodón cien por cien, mientras que las demás utilizan acrílico (plástico),
lo que los hace más feos estéticamente, el humo va hacia atrás y ennegrece la
imagen, lo que no ocurre con los de la entidad chiclanera: “Nuestra calidad está relacionada con el precio”.
Los pasos de palio (la Virgen) tienen un diámetro y altura diferentes, “por lo que tenemos que hacer los cirios a medida”.
En la
campaña de Semana Santa tienen doce empleados y el resto del año cuatro. Tras
esta manifestación religiosa descansan diez o quince días y de nuevo al tajo
para preparar las fiestas que se celebran en verano por todo el país.

AMPLIAR EL
CAMPO DE LA CERA
Y le gusta
porque “todo lo artesano se perderá si no
seguimos enseñando a otros para que continúen nuestra labor”.
Aseguraba
anteriormente Soto que no querían ser una cerería más y para ello están
ampliando el campo de la cera. Su esposa, María
Asunción Leal, se dedica a la artesanía, haciendo flores de cera y ramos
especiales para las cofradías: “Nos gusta hacer
cosas diferentes por eso hemos comenzado con adornos de todo tipo, tocados del
pelo y ramos de novia entre otros artículos”.
Resalta
que “nuestro producto no es mejor ni peor que
el de los demás, sino diferente. Tenemos pasión por la cera, algo muy
importante en este mundillo, de ahí el éxito que estamos teniendo”.
Pues que
el confinamiento termine pronto y todos podamos volver a nuestros trabajos, ya
que de ello depende nuestro bienestar y el del país. Si seguimos así varios
meses será la ruina para muchas empresas, sobre todo para las pequeñas y las
medianas, de las que algunas no saldrán adelante y tendrán que echar el cierre.
PACO LÓPEZ
Aquí es donde hace falta una banca pública para que se pueda sostener esta empresa.
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