Trabajadoras de ayuda a domicilio denuncian un trato “déspota y tiránico” por parte de EMSISA y el despido de 59 de ellas esta semana

“Estamos discriminadas con otros gremios, no contamos con medios de prevención al inicio del coronavirus y no se nos pagan las horas que echamos de más”.-

Las trabajadoras de la rama sanitaria de la empresa municipal EMSISA, han denunciado los problemas que están teniendo desde que comenzó el encierro a causa del coronavirus: “Queremos que se sepa lo que está ocurriendo con nosotras. Esos aplausos que el pueblo nos ha dedicado en tiempos de confinamiento, no han servido para que nuestra empresa nos valore y se conciencie de nuestra valía profesional. Estamos siendo discriminadas por un convenio muy inferior a los demás gremios de trabajadores que pertenecen a la misma empresa (entre ellos limpieza, jardinería, albañilería…)”.

Afirman estas trabajadoras que “nuestros contratos son basura, algunos no superan las 20 horas semanales. Tenemos la obligación de estar operativas durante todo el día, desde las siete de la mañana hasta las diez de la noche, de lunes a sábado y no podemos efectuar trabajo alguno en ninguna otra entidad, ni siquiera a particulares, para poder mejorar nuestra economía”.

Son las normas impuestas por la empresa, “de las que se nos informa en la primera reunión y si no las firmamos no nos hacen el contrato. Así nos lo exponen al entrar. Nuestra selección va por bolsa de trabajo por puntuación y méritos propios”.

Señalan estas empleadas municipales que “hemos dado el cayo en estos tiempos difíciles, arriesgando nuestra salud durante el confinamiento, en el que la empresa no nos ha pagado las horas que hemos echado de más”. Según la directiva, “lo comido por lo servido, porque entramos en turnos de descanso durante el confinamiento, aunque sólo fueron tres semanas de turnos alternos durante todo el estado de alarma”.

DESPROTEGIDAS ANTE EL CORONAVIRUS

Se muestran muy preocupadas con lo que se les avecina: “Ahora pretenden restarnos las horas del finiquito. Nos tememos que a algunas nos saldrá a pagar. Hemos sido trabajadoras esenciales de primera línea, pero ahora nos arrojan al desempleo sin darnos explicaciones”.

Algunas de estas mujeres llevan doce años prestando sus servicios, otras ocho, cinco, cuatro, tres... Madres de familia “y muchas madres-padres y Espíritu Santo, sin otro ingreso económico que entre en su hogar. Muchas son víctimas de violencia de género con cicatrices hasta en el alma. Mayores de 55 años, a las que nos espera la calle para correr”.

Manifiestas las afectadas que “todas nos hemos dejado la piel realizando nuestra labor, que es ayudar a personas dependientes en sus domicilios a realizar las tareas  básicas de la vida diaria con cariño y respeto hacia ellos. Y así se nos trata, con la calle para correr y hambre para mañana”.

Critican así mismo que “nuestro comité de empresa está mudo, sordo y ciego ante lo que está ocurriendo. Está semana 59 mujeres han sido despedidas.  Los miembros de este comité son fijos y les importa un bledo el personal de la bolsa de empleo. Al iniciarse el confinamiento no teníamos los EPIS necesarios para luchar contra la pandemia y protegernos, así que al principio trabajamos sin ellos, ni mascarillas, ni batas, ni gel, solo guantes de calidad ínfima, que se rompían al introducir la mano, y contados (1 caja cada quince días)”.

TRATO DÉSPOTA Y TIRÁNICO

Estos graves problemas no son los únicos: “El kilometraje se paga a 0,19 céntimos, poniendo nosotras nuestro vehículo. Algunas, para conseguir realizar nuestra labor cuando se nos ha averiado nuestro medio de transporte, hemos tenido que hacer autostop”.

Han preguntado al comité de empresa y a EMSISA “por qué no se nos hace un contrato de 8 horas que sea digno? ¿Por qué se despide a trabajadoras con más de tres años de antigüedad? ¿Que está pasando?”. Cuestiones que tanto el comité como la empresa municipal no han respondido.

Para trabajar como auxiliar de ayuda a domicilio “se necesita una empatía especial, además de cualificación y cursos. La directiva y administración de esta empresa carecen de ella, posee una organización pésima y ejerce un trato déspota y tiránico sobre el personal laboral de calle”.

Aseguran que “son los mismos perros con distinto collar que antes del 2010, que con el nombre de CLAROS,  se dedicaban a la misma labor como empresa privada, haciendo y deshaciendo como les venía en gana”.

Nueva denuncia de personas que trabajan para el Ayuntamiento y que el equipo de gobierno (PSOE-IU-Ganemos) desatiende, maltrata y utiliza para sus fines en unas condiciones impropias de una democracia y de un gobierno que se autoproclama de izquierdas, que se vanagloria de lo bien que atiende a sus ciudadanos.