La España vaciada y la Europa Vacía
Félix de la Fuente [colaboraciones].-
Pero no es una parte sino toda Europa la que está vacía. Uno de los problemas más graves que tiene la UE es el déficit demográfico, además de otros déficits, de los que no voy a hablar ahora. El campo de muchos países de la UE, sobre todo los del Sur, se queda sin personas, pero es que toda Europa se queda sin juventud. Toda Europa se está vaciando. Y todo déficit puede tener unas consecuencias terribles.
Lo estamos viendo con los precios de la energía, la guerra de Ucrania y con los suministros de China. El déficit demográfico se puede cubrir parcialmente con emigrantes y refugiados de países menos desarrollados, es verdad. No tengo nada en contra de esta solución, pues yo mismo he sido emigrante, pero no es la solución ideal por los dramas humanos que conlleva la migración, por las vidas que se ahogan en el camino (hace 6 años escribí aquí mismo: El Mediterráneo -cementerio de Europa, donde caben los inmigrantes, pero también la UE) y por la xenofobia con que muchas veces se topan los que consiguen llegar a Europa.
¿Dónde está la raíz de este déficit demográfico? Con tantas leyes de tipo social, con tanta defensa del feminismo, ¿a qué se debe que los jóvenes europeos no quieran o retrasen el tener familia? Como no hace falta ser muy inteligente para saber la respuesta -las condiciones laborales- y éste es un mal que viene de lejos, no sería justo culpabilizar sólo a los gobiernos actuales.
Todos, ya sean de izquierdas, de derechas o de centro, de los últimos 25 años son los responsables del deterioro económico en que se encuentra la juventud europea. Todos los partidos políticos son los responsables, pues los gobiernos no son los ciudadanos, son los partidos políticos. Puede ser que la economía europea vaya bien, pero la situación laboral y económica de los jóvenes europeos en general no va tan bien.
DÉFICIT PEDAGÓGICO Y EDUCATIVO
Y dentro del déficit democrático está el déficit pedagógico o educativo. El número de niños y jóvenes ha bajado considerablemente, mientras aumenta la población jubilada. Pero la calidad de la enseñanza también ha bajado. Además, muchos niños corren el riesgo de quedar desplazados de las modernas tecnologías: un problema muy grave dentro de otro problema más grave aún.
¿La Unión Europea no puede realmente hacer nada en este campo? Estamos hablando de cuestiones relacionadas con la política social, con la laboral y con la cultural, políticas todas en las que debe estar coordinada la acción de los gobiernos con la acción de la UE.
Ninguna de las dos instituciones puede lavarse las
manos ante esta situación: “La Unión contribuirá al desarrollo de una educación de calidad…, si
fuera necesario, apoyando y completando la acción de los Estados miembros”
(art. 164 del Tratado de funcionamiento de la UE).
Pero, además, en todas estas políticas rige el principio subsidiaridad. Y según éste, si los Estados miembros o las regiones no cumplen con sus obligaciones, es la Unión Europea la que debe intervenir. Hace tiempo que la UE está tolerando situaciones insostenibles, sobre todo en regiones gobernadas por o con partidos nacionalistas. Una sociedad sin juventud está llamada a desaparecer y una Europa con nivel de educación y de formación actual está condenada al fracaso.
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