El libro “Juan, Enrique y yo. Mis Costus” de Ricardo Carrero, se presentará el miércoles en el Museo de Chiclana
El autor del libro es hermano de uno de los integrantes de la mítica pareja sentimental y artística de la movida madrileña, repasando vivencias que compartió con ellos durante los años 80.-
Bajo el título Juan, Enrique y yo. Mis Costus, Ricardo Carrero Galofré presentará su libro este miércoles 24 de enero, a las 19,00 horas, en el Museo de Chiclana. Se trata de una visión personal y sentimental de los pintores que hicieron célebre el seudónimo de Costus: Enrique Naya y Juan Carrero, hermano del autor de esta obra editada por El Boletín.
En sus páginas se pasa revista a sus numerosas vivencias con Costus, la pareja sentimental y artística que formaron parte de la movida madrileña y, antes de su temprana muerte, configuraron un imaginario estético de aquella época, retratando a artistas y personajes de la vida social de los años 80.
Licenciado en historia y bibliotecario de profesión, Ricardo Carrero (Madrid, 1953), desarrolla en sus páginas una memoria íntima de aquellos días. Más que una aproximación crítica y canónica a su legado, se trata, según sus propias palabras, de “un conjunto de recuerdos de lo que viví con ellos y con otros amigos suyos, como Alaska o el diseñador Manuel Piña, alguien a quien yo adoraba”.
Ricardo Carrero relata anécdotas sabrosas, desde el día en que, durante el rodaje de Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, en la que aparece un cuadro de Costus, él se tuvo que hacer pasar por peluquero para arreglarle el pelo a Pedro Almodóvar, a una fiesta durante el Carnaval portuense en la que apareció de improviso Tino Casal.
CONTRAPUESTOS, PERO COMPLEMENTARIOS
Personalidades como Fanny McNamara a la propia Alaska o Manuel Piña pasean por este texto, en un viaje que va desde la vivienda que las Costus tuvieron en la calle de La Palma en Madrid -que Francisco Umbral definió como “la casa-convento de las estrellas descarriadas”-, a la de Ricardo en El Puerto de Santa María.
Según Carrero, el carácter de Juan y de Enrique era contrapuesto pero complementario: “En el proyecto de Costus, Enrique ponía la inteligencia, la brillantez, la parte teórica, y Juan era la comunicación, las relaciones públicas... En la serie del Valle de los Caídos esos fondos de Juan, casi barrocos, aportaban la expresión y el color; Enrique ponía el detalle, la anatomía, el dibujo, la línea...”.
Tampoco elude esta obra las consecuencias del diagnóstico de Sida a Enrique, en una época en la que el VIH era estigmatizado por la sociedad española. El acceso a la presentación del libro, con abundante material audiovisual y organizada por la Fundación Fernando Quiñones y la delegación de Cultura, es libre hasta completar aforo.
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