Román pide al PP lo que él nunca hizo, quitar cargos de confianza y concejales liberados

El alcalde saliente ha tenido veinte cargos de confianza, entre ellos dos secretarias y un jefe de protocolo y cuatro en prensa

Ernesto Marín va a tener mucho trabajo en los próximos cuatro años si no se produce antes una moción de censura y le descabalga del poder. Va a tener que bregar con la crisis, el paro, unas arcas casi vacías, proyectos realizados a medias, otros terminados de forma chapucera y muchos más que ya deberían estar hechos o empezados, o al menos licitados. Román, por su parte, pide al nuevo gobierno que haga cosas que él nunca realizó como quitar cargos de confianza o concejales liberados, así como contención del gasto, cuando despilfarró a manos llenas, comilonas incluidas. (FOTOS: José María Román, demagogo donde los haya, se despide con otra de las suyas, pidiendo a Marín que haga lo que él no hizo).

El PSOE ha estado en el poder desde que se celebraron las primeras elecciones democráticas, o sea, desde 1979. En esa fecha no ganaron, pero no tuvieron problema alguno en pactar con un alcalde franquista. Estaban Pedro Quiñones, Gómez Periñán, Saucedo, y casi todos los que han continuado durante décadas.

Entonces, pactar con un franquista no era anti natura, pero sí lo fue en 2007 cuando José Pedro Butrón, candidato por Izquierda Unida lo hizo con el PP, PA y PSA. Hay que recordar también que en ese primer equipo de gobierno estaba el Partido Comunista. Ni el PSOE ni el PCE tuvieron reparo alguno en aliarse con partido y un alcalde de la derechona dura, dura.

Conociéndoles (a los socialistas) no nos extrañaría que dijesen que lo hicieron por la gobernabilidad de la ciudad y para que las hordas franquistas no hicieran de las suyas en democracia. La realidad es que estos “insignes” socialistas no tuvieron rubor ni vergüenza para ponerse al lado de un hombre que representaba justo contra lo que habían estado luchando (unos menos que otros) en los últimos años.

REFUGIO DE PELOTAS, AMIGOS Y FAMILIARES

Desde entonces, el Ayuntamiento de Chiclana ha sido el refugio de pelotas, amigos, familiares y personas a las que había que ayudar en pago a los servicios prestados. Han colocado a dedo a quien han querido, han favorecido a sus amigos de forma descarada, colocado cargos de confianza a mansalva y han derrochado nuestro dinero a manos llenas.

Pero para que la memoria no nos juegue una mala pasada vamos a recordar los últimos tiempos. Cuando llegó el cuatripartito el PSOE le acusó de colocar a mucha gente en cargos de confianza, basándose en el presupuesto hecho para 29 personas, aunque en realidad los cargos fueron 14.

Durante año y medio el PSOE no dejó de acusar a Marín y a sus compañeros de gobierno de despilfarro. Por lo visto no se acordaban de lo que ellos habían estado haciendo durante 28 años. No hay más que acercarnos a la carpa de feria o carnaval para ver el dineral que se iba en comidas y bebidas de los concejales y concejalas del PSOE, así como de sus familias.

20 CARGOS DE CONFIANZA COMO MÍNIMO

Pues bien, tras la moción de censura de noviembre de 2009 entró de nuevo el PSOE. Sólo el alcalde ha tenido dos secretarias, un jefe de protocolo que antes fue su secretario, un asesor judicial, cuatro personas en el gabinete de prensa. A éstas debemos sumar Fiestas, Cultura, PSA, IU, Urbanismo, así como los administrativos de cada partido, cinco en total. Sumados todos los cargos de confianza salen un mínimo de 20, seis más que con Marín.

Ahora Román pide al nuevo gobierno cuestiones que él nunca llevó a cabo como reducción de cargos de confianza o ediles liberados. Lo lógico es que predique con el ejemplo, lo que nunca ha hecho. Y así nos ha ido.

Ha despilfarrado en publicidad institucional cantidades inmensas de euros, tanto en papel como en internet, radio y televisión. Sólo ha reducido gastos con PUENTE CHICO, único medio de comunicación al que ha vetado de esa publicidad y único al que envió una carta anunciándoselo. El PSOE ha seguido haciendo publicidad en el Diario, La Voz, en el periódico de Mallou, en medios locales y provinciales, internet, miles de folletos inútiles para cualquier actividad, etc.

Criticaron los bogavantes de Lechuga, pero Román ha visitado con frecuencia Manguita y otros restaurantes locales, lo mismo que sus concejales y concejalas. Los gastos en comidas no han bajado, ni el derroche en viajes a Madrid y otros lugares.

La deuda que deja es muy alta, que nos hipotecará durante muchos años y en la última semana ha dejado las arcas más vacías de lo que estaban, firmando convenios con todo el mundo, cuando lo lógico es que eso lo hubiera dejado para el regidor entrante, que se va a encontrar con muchos millones de pesetas por pagar, que ahora Román no podrá decir que son culpa de Marín y Butrón.