El equipo de gobierno propondrá al pleno conceder la Medalla de Oro de Chiclana a Pedro Salado
Se le concederá a título póstumo por salvar a siete niños en la playa de Atacames, en Quinindé (Ecuador).-
El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Chiclana elevará a la próxima sesión plenaria de carácter ordinario correspondiente al mes de octubre, a celebrarse el próximo día 25 de, conceder la Medalla de Oro de la ciudad al misionero Pedro Manuel Salado Alba a título póstumo.
El concejal elegido como Juez Instructor del expediente administrativo de dicha concesión, Nicolás Aragón, ha resaltado que “se trata de un chiclanero que, hasta el último momento de su vida, ha reflejado de manera cristalina uno de los auténticos valores que derrocha toda la sociedad local, la solidaridad”.
Una entrega y lucha por los demás “que le llevó a poner en riesgo su vida para salvar de unas fuertes corrientes marinas a siete niños, logrando dicho objetivo y pereciendo en su acción”.
El inicio del expediente administrativo ya fue aprobado por la corporación municipal en la sesión plenaria del pasado 23 de febrero, siendo publicado en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) el 27 de marzo.
Pedro Manuel Salado de Alba nació en Chiclana el 1 de enero de 1968, en la calle Francisco Ignacio. Fue el tercero de seis hermanos en el seno de una familia humilde, recordada por la sociedad chiclanera como fraternal, sencilla, honrada y entregada a los demás. Estudió en el Colegio “El Castillo” y realizó sus estudios de Bachillerato en el IES “Poeta García Gutiérrez”.
En 1999 traspasó el Atlántico, siendo destinado a Ecuador, concretamente a Quinindé, donde varios años antes había participado en el proyecto que entonces se desarrollaba. En Ecuador continuó formándose y se licenció en Magisterio y Ciencias Humanas. Al morir, también estaba estudiando Filología Inglesa.
El 5 de febrero de 2012, Salado, de 43 años, se encontraba en la playa de Atacames con un grupo de niños del Hogar de Nazaret cuando varios de ellos se adentraron en el Pacífico y fueron arrastrados por el mar. Salado se lanzó al agua y fue llevado a la orilla a todos los niños.
Tras hacer lo mismo con los dos últimos (Selena y Alberto), falleció en la orilla, exhausto y fruto del esfuerzo realizado.
Pues sí. Gran ejemplo para el ciudadano de esta ciudad.
ResponderEliminarPero claro está: este tipo de actos heroicos no "vende". Y además era humilde; eso "vende" aun menos cuando lo que impera por este Reino de Taifas es la prepotencia y la soberbia.
Chapó por la iniciativa.