Hace falta una “Rebelión en la granja europea”
Félix Arbolí [colaboraciones].-
George Orwell, en su obra más conocida, “Rebelión en la granja”, nos cuenta la rebelión de los animales de una granja contra el modo abusivo que les trataban sus amos, los humanos. Si pudieran, hoy también lo harían muchos de ellos. Cosa curiosa o nada casual, eran los cerdos los que ejercían el mando.
No sé si para definir a la clase dirigente en plan peyorativo o como forma camuflada de indicar que no siempre los que mandan son los más inteligentes y dignos. Es el insulto más comedido que podemos dedicar a los que con artimañas poco limpias y procedimientos nada claros, como auténticos “cerdos orwellianos”, se hacen con el poder.
Claro que al tratarse metafóricamente de una granja los dominados seríamos las gallinas y ovejas y al astuto e intrigante gato que manipulaba a esanueva y sometida sociedad animalista, (siguiendo la ideología ficticia peyorativa desarrollada por Orwell), tendríamos que buscarlo más allá de nuestros fronteras y no sería macho, sino hembra, al menos aparentemente. Los rebuznos de burros ya los oímos a veces en hemiciclos y ágoras callejeras.
La Unión Europea, que ni es unión, ni del todo europea, pues hay “gatos encerrados” que no pertenecen a este continente y son los que cortan el “bacalao” y se llevan la mejor tajada, parece que anda un tanto desprestigiada. Lo sorprendente es que más que a granja nos recuerda cada día más a los “gulag” siberianos de los tiempos de Stalin y Beria, pues sus inquilinos más que vivir intentan sobrevivir a tantas cabronadas y penalidades.
Si examinamos fríamente sus logros y resultados, veremos que después de tantos años de uniones, adhesiones y decisiones sólo hemos recibido “trompicones”, humillaciones y decepciones.
Y perdónenme tantas “ones” repetidas como naciones reprimidas. Al final, hemos acabado maldiciendo al “euro” y sus difíciles consecuencias para los países que tuvimos la inoportunidad de adoptarlo.
PÉRDIDA DE LIBERTAD E INDEPENDENCIA
Por si fuera poco, nos ha costado asimismo perder nuestra libertad e independencia ante esa “troika” dictatorial e inquisidora, que más que ayudar, nos ha hundido en la crisis más espantosa. Estamos sometidos a las veleidades de poderosos e insensibles, incapaces de echar una mano al que ha quedado sin fuerzas para aguantar tantas exigencias.
Harto de que lo estén fustigando sin tregua, por la memez de sentirse europeo, sin darse cuenta que con la U. E. y sin ella, desde siempre han formado parte de este Viejo Continente.
Admiro a los ingleses por su acierto en la elección de sus gobernantes. Es una lástima tener que mirar hacia arriba para verle la cara a una nación que a lo largo de tantos siglos de Historia estuvo a nuestro mismo nivel. Ellos saben mantener su dignidad, prestigio y poderío militar y económico y tienen la habilidad de codearse en un “tú a tú” sin complejos con las grandes potencias mundiales.
No me extraña que su Corona, a pesar de sus independencias políticas, siga siendo el nexo que las mantiene unidas sin tener en cuenta sus diferencias étnicas y distancias geográficas.
Dijeron que no al “euro” de nuestras desdichas y a todo lo que les suponía tener que ceder su libertad y soberanía, al igual que algunos otros países y han demostrado que se puede seguir siendo europeo sin tener que hipotecar la independencia, ni permitir imposiciones foráneas.
VÍA CRUCIS
¿Qué pasaría si algún día los vapuleados países sureños, considerados de segunda categoría, abandonaran de mutuo acuerdo el yugo de los norteños? Somos superiores en superficie, habitantes y recursos y contamos con salidas al mar de la que ellos carecen. Sin nosotros se hundirían en la misma miseria donde hoy nos tienen a nosotros.
Grecia, en la más completa bancarrota; Chipre, viviendo los peores momentos de su historia; Irlanda, en la cuerda floja; Portugal, en situación bastante precaria; Italia sin encontrar la manera de encauzar su vida política y económica y para colmo, hasta sin gobierno.
De España, desde que tenemos a unos políticos que se inclinan hasta tocar el suelo ante esa llamada élite europea, la situación es cada día peor.
Y cada viernes, como si de un “Vía crucis” se tratara, aunque con muchas más estaciones penitenciales, esperamos con el alma en vilo las medidas de unos Ejecutivos que no han cesado de ejecutarnos, sometiéndonos a una lenta y penosa agonía que no acaba nunca.
Como remate de esta angustiosa letanía de los “viernes de dolores”, los abusos, corrupciones y escándalos de políticos y partidos, que nos hacen pagar lo que ellos se han llevado para asegurarse el futuro, pues saben que en la esquilmada España no va a quedar ni el polvo de los caminos.
LA UE, MADRASTRA Y MALVADA BRUJA
La lista es interminable: “Marbella”; “Gurtel”; los líos millonarios de Bárcenas; el saqueo de Urdangarin; los entresijos de Corinna y sus servicios al Estado, cuya naturaleza conocemos; los premios de la lotería de Fabra con los muchos millones perdidos en su inútil aeropuerto; “Pepiño” y su amigo constructor, la reapertura del caso de los trajes de Camps.
La estafa consentida y descarada de BANKIA, que tiene la desfachatez de gastarse en publicidad televisiva, más ofensiva que convincente, e indemnizaciones millonarias a los directivos que la llevaron a la quiebra y rescate, los millones que defraudaron a sus confiados clientes; la preferentes y consiguientes “quitas”, sin retorno, de “Novagalicia” y otras entidades bancarias.
Los “descuidos financieros” de políticos autonómicos y municipales, que surgen y aumentan cada día como capullos en primavera y, por si fuera poco aún, los millones estafados con los falsos ERES andaluces, donde todos se declaran inocentes menos los “pringaos” de turno que se declaran culpables.
Ellos son los culpables de que la U E, nuestra “madrastra” y “malvada bruja”, nos haya convertido en “cenicienta” de sus intolerancias y despótica manera de adentrarse en nuestros asuntos y someternos a los caprichos y órdenes de gordas y flacas, algunas de ellas sospechosas y con registros policiales domiciliarios por sus obras no precisamente de caridad.
George Orwell, en su obra más conocida, “Rebelión en la granja”, nos cuenta la rebelión de los animales de una granja contra el modo abusivo que les trataban sus amos, los humanos. Si pudieran, hoy también lo harían muchos de ellos. Cosa curiosa o nada casual, eran los cerdos los que ejercían el mando.
No sé si para definir a la clase dirigente en plan peyorativo o como forma camuflada de indicar que no siempre los que mandan son los más inteligentes y dignos. Es el insulto más comedido que podemos dedicar a los que con artimañas poco limpias y procedimientos nada claros, como auténticos “cerdos orwellianos”, se hacen con el poder.
Claro que al tratarse metafóricamente de una granja los dominados seríamos las gallinas y ovejas y al astuto e intrigante gato que manipulaba a esanueva y sometida sociedad animalista, (siguiendo la ideología ficticia peyorativa desarrollada por Orwell), tendríamos que buscarlo más allá de nuestros fronteras y no sería macho, sino hembra, al menos aparentemente. Los rebuznos de burros ya los oímos a veces en hemiciclos y ágoras callejeras.
La Unión Europea, que ni es unión, ni del todo europea, pues hay “gatos encerrados” que no pertenecen a este continente y son los que cortan el “bacalao” y se llevan la mejor tajada, parece que anda un tanto desprestigiada. Lo sorprendente es que más que a granja nos recuerda cada día más a los “gulag” siberianos de los tiempos de Stalin y Beria, pues sus inquilinos más que vivir intentan sobrevivir a tantas cabronadas y penalidades.
Si examinamos fríamente sus logros y resultados, veremos que después de tantos años de uniones, adhesiones y decisiones sólo hemos recibido “trompicones”, humillaciones y decepciones.
Y perdónenme tantas “ones” repetidas como naciones reprimidas. Al final, hemos acabado maldiciendo al “euro” y sus difíciles consecuencias para los países que tuvimos la inoportunidad de adoptarlo.
PÉRDIDA DE LIBERTAD E INDEPENDENCIA
Por si fuera poco, nos ha costado asimismo perder nuestra libertad e independencia ante esa “troika” dictatorial e inquisidora, que más que ayudar, nos ha hundido en la crisis más espantosa. Estamos sometidos a las veleidades de poderosos e insensibles, incapaces de echar una mano al que ha quedado sin fuerzas para aguantar tantas exigencias.
Harto de que lo estén fustigando sin tregua, por la memez de sentirse europeo, sin darse cuenta que con la U. E. y sin ella, desde siempre han formado parte de este Viejo Continente.
Admiro a los ingleses por su acierto en la elección de sus gobernantes. Es una lástima tener que mirar hacia arriba para verle la cara a una nación que a lo largo de tantos siglos de Historia estuvo a nuestro mismo nivel. Ellos saben mantener su dignidad, prestigio y poderío militar y económico y tienen la habilidad de codearse en un “tú a tú” sin complejos con las grandes potencias mundiales.
No me extraña que su Corona, a pesar de sus independencias políticas, siga siendo el nexo que las mantiene unidas sin tener en cuenta sus diferencias étnicas y distancias geográficas.
Dijeron que no al “euro” de nuestras desdichas y a todo lo que les suponía tener que ceder su libertad y soberanía, al igual que algunos otros países y han demostrado que se puede seguir siendo europeo sin tener que hipotecar la independencia, ni permitir imposiciones foráneas.
VÍA CRUCIS
¿Qué pasaría si algún día los vapuleados países sureños, considerados de segunda categoría, abandonaran de mutuo acuerdo el yugo de los norteños? Somos superiores en superficie, habitantes y recursos y contamos con salidas al mar de la que ellos carecen. Sin nosotros se hundirían en la misma miseria donde hoy nos tienen a nosotros.
Grecia, en la más completa bancarrota; Chipre, viviendo los peores momentos de su historia; Irlanda, en la cuerda floja; Portugal, en situación bastante precaria; Italia sin encontrar la manera de encauzar su vida política y económica y para colmo, hasta sin gobierno.
De España, desde que tenemos a unos políticos que se inclinan hasta tocar el suelo ante esa llamada élite europea, la situación es cada día peor.
Y cada viernes, como si de un “Vía crucis” se tratara, aunque con muchas más estaciones penitenciales, esperamos con el alma en vilo las medidas de unos Ejecutivos que no han cesado de ejecutarnos, sometiéndonos a una lenta y penosa agonía que no acaba nunca.
Como remate de esta angustiosa letanía de los “viernes de dolores”, los abusos, corrupciones y escándalos de políticos y partidos, que nos hacen pagar lo que ellos se han llevado para asegurarse el futuro, pues saben que en la esquilmada España no va a quedar ni el polvo de los caminos.
LA UE, MADRASTRA Y MALVADA BRUJA
La lista es interminable: “Marbella”; “Gurtel”; los líos millonarios de Bárcenas; el saqueo de Urdangarin; los entresijos de Corinna y sus servicios al Estado, cuya naturaleza conocemos; los premios de la lotería de Fabra con los muchos millones perdidos en su inútil aeropuerto; “Pepiño” y su amigo constructor, la reapertura del caso de los trajes de Camps.
La estafa consentida y descarada de BANKIA, que tiene la desfachatez de gastarse en publicidad televisiva, más ofensiva que convincente, e indemnizaciones millonarias a los directivos que la llevaron a la quiebra y rescate, los millones que defraudaron a sus confiados clientes; la preferentes y consiguientes “quitas”, sin retorno, de “Novagalicia” y otras entidades bancarias.
Los “descuidos financieros” de políticos autonómicos y municipales, que surgen y aumentan cada día como capullos en primavera y, por si fuera poco aún, los millones estafados con los falsos ERES andaluces, donde todos se declaran inocentes menos los “pringaos” de turno que se declaran culpables.
Ellos son los culpables de que la U E, nuestra “madrastra” y “malvada bruja”, nos haya convertido en “cenicienta” de sus intolerancias y despótica manera de adentrarse en nuestros asuntos y someternos a los caprichos y órdenes de gordas y flacas, algunas de ellas sospechosas y con registros policiales domiciliarios por sus obras no precisamente de caridad.
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