El Brexit, una bendición
Félix de la Fuente Pascual [colaboraciones].-
Hace un año, dije “Cuando se publiquen esta líneas, ya se conocerá el resultado del referéndum de Gran Bretaña. Que no cunda el pánico. El mal ya está hecho. Las cosas no pueden ir a peor. En términos financieros se dice que los mercados y las bolsas ya han descontado los efectos de una posible salida. En términos políticos podemos decir lo mismo. La mera posibilidad de poderse salir de la UE, el someter a referéndum la permanencia en la UE es un mal más grave aún que la salida de Gran Bretaña”.
“Y no porque tenga nada en contra del referéndum. Un referéndum es, en principio, un acto de suprema democracia. Pero cuando todos los medios oficiales nos vienen bombardeando desde hace ya muchos años, en España también pero mucho más en Gran Bretaña, con eslóganes como éstos: “hay que acabar con la burocracia de Bruselas, Bruselas nos está quitando la soberanía nacional, Bruselas nos está quitando la posibilidad de decidir por nuestra propia cuenta”, lo que equivale a decir la famosa frase “Bruselas nos roba, Bruselas nos roba”, son muy pocos los que están en condiciones de poderse librar de dicha presión mediática. ¿Es de extrañar, por tanto, que haya tantas personas en Gran Bretaña y en España contrarias a la UE?
NO ES MOMENTO PARA LAMENTARNOS
Con toda la comprensión para los muchos británicos que residen en España y en Europa, a quienes he defendido y sigo defendiendo como el que más –he dicho que a los que han votado a favor de la permanencia en la UE el gobierno británico no puede quitarles la ciudadanía europea– y comprensión también para los ciudadanos de la Unión que residen en el Reino Unido, a quienes las autoridades europeas deberán defender a capa y espada, tengo que decir que ahora estamos en condiciones de afrontar con claridad los verdaderos problemas que afectan a los ciudadanos.
No es este un momento para lamentarnos. El mal se hizo cuando se permitió que un país se pudiera salir así tan alegremente del la UE, como si se tratara de un club de petanca. El mal está en el Tratado de Lisboa, con sus concesiones a los nacionalismos. El mal está en haber dado mucha importancia al comercio y poca a las personas.
Ojala el Brexit nos haya abierto los ojos. En este sentido el Brexit podría ser una bendición. Lo que los políticos británicos pretenden ahora es lo mismo que pretendían cuando estaban dentro de la UE.
MEJOR FUERA DE EUROPA
El mal que están haciendo a sus ciudadanos, es el mismo mal que buscaban para todos los ciudadanos de la Unión: acabar con las sacrosantas libertades de circulación y de establecimiento, acabar con la solidaridad, que es uno de los valores fundamentales de la UE –y ojalá que lo fuera también de España-, y fomentar el nacionalismo.
Por tanto, es mucho mejor que Gran Bretaña esté fuera, aunque yo hubiera preferido que hubiera seguido dentro, eso sí, en las mismas condiciones que los demás Estados, sin privilegios, sin excepciones y sin complejos de superioridad.
En un momento de debilidad de la UE, Gran Bretaña lanzó un órdago que hubiera supuesto la desaparición de la UE como tal, y lo perdió. Y el mal se lo hizo únicamente a sus ciudadanos. Pero los ciudadanos británicos que no quisieron salir de la UE, que para mí siguen siendo ciudadanos europeos, no pueden sufrir todas las consecuencias y, en concreto, no pueden ser privados de una ciudadanía que no les otorgó Gran Bretaña. A esos ciudadanos es a quienes debemos defender como conciudadanos nuestros.
Ud. tiene un modo peculiar de contemplar el Brexit. Cómo creo que no es inglés, no puede ver el problema como un inglés. Todas las decisiones tienen sus pros y sus contras.
ResponderEliminarYo tampoco soy inglés, pero no veo el asunto como Ud.
Para España el ingreso en le UE. ha significado un empobrecimiento, con cierre de industrias, minas y determinadas actividades que han llevado a la pérdida de millones de puestos de trabajo, en favor de determinados países de la UE.
Se nos exigió, en 1.984, la dedicación casi en exclusiva al ladrillo y la hostelería. Eso significa precariedad en el empleo y ausencia de I+D+i.
Sin embargo, nuestro jóvenes titulados y por los motivos expuestos, si quieren emplearse, deben acudir a Alemania. O sea que el esfuerzo de la sociedad española en formar a esas persoana se lo engulle, gratis, dicho país, con lo que cada vez se distanciará más de nosotros.
La apertura de fronteras, como Ud. ha comprobado, tiene sus más y sus menos.
Invasión de foráneos de todo tipo, precisamente de poco nivel cultural y costumbres y religiones intransigentes. Eso conlleva a la multiculturalidad, sin contrapartida en los países de origen de estos foráneos. Allí, no se permite la multiculturalidad, con lo que por la teoría de los vasos comunicantes, salimos perdiendo.
En fin, que respeto sus criterios, pero opino de forma diferente.
Un saludo
Comentarista, lamento no poderme dirigir a usted con su nombre. El que podamos convivir pacíficamente aunque pensemos de forma diferente,en eso consiste precisamente la democracia.
ResponderEliminarComo habrá podido ver soy muy europeísta y al mismo tiempo muy crítico con la marcha de la Unión Europea. Pero mucho más crítico soy con nuestros políticos nacionales. Muchos de los males que usted atribuye a la UE, se deben única y exclusivamente a nuestros políticos nacionales. Si el dinero que España ha recibido de la UE se hubiera dedicado a investigación, la situación sería deferente-
Europa no nos impuso el que destrozáramos nuetras costas construyendo millones de viviendas que están casi todo el año vacías. Y tamposo ha sido Zlemania la que nos roba nuestro universitarios. Si no pudieran ir a Alemania, los tendríamos en paro aquí.
Lamento lo del Brexit, pero únicamente por los ciudadanos británicos, pero no por los políticos británicos, que han venido frenando la integración europea desde el mismo momento en que entraron. Y, por eso mismo adopto una posición muy particular respecto a los ciudadanos británicos que han votado a favor de la PERMANENCIA EN LA UE.