El repentino y peligroso interés de José María Román por la cultura
Su
despreocupación ha sido total en los casi diez años que ha estado de alcalde y
ha marginado a García Gutiérrez, del que ahora se acuerda.-
Ya sabemos
que estamos en campaña electoral y los políticos nos prometen miles de cosas
que han podido hacer y no han hecho, y otras que saben que no cumplirán, pero
con el mayor de los descaros, no dejan de hacerlas. José María Román lleva nueve años y medio de alcalde en tres
etapas y la cultura nunca le ha importado lo más mínimo. Ahora se acuerda de Antonio García Gutiérrez, de los barrios y muchas cosas
más, pero es solo cinismo político.
Durante
los diversos gobiernos de Román y el PSOE, la cultura ha estado bajo mínimos en
Chiclana. Nuestro regidor ha consentido que la Casa de Cultura se haya
convertido en un desierto cultural. Las decenas de personas que acudían a los
numerosos talleres que se desarrollaban en sus instalaciones, fueron llevadas a
otro lugar, Brake, dejando vacías las aulas.
Éstas
podrían usarse para otro tipo de actividades, pero han preferido cerrarlas en
vez de reconvertirlas para otras actividades. El teatro está inutilizado casi
todos los días de la semana, las dos salas de exposiciones tampoco acogen
muestras pictóricas, salvo raras excepciones. Tampoco se ofrecen conferencias
con asiduidad y solo en contadas ocasiones podemos asistir a alguna.
Son
numerosas las entidades vecinales y culturales que las han pedido para algún
acto y han recibido el no por respuesta. Aquella Casa de Cultura viva ahora
está muerta. La programación del teatro es paupérrima, impropia de una ciudad
como la nuestra. Y no vale la disculpa de la crisis, porque cuando no hay
dinero hay que usar la cabeza, las ideas, dotes de persuasión con las compañías
y aportar soluciones, como hacía Jesús Romero
cuando se encargaba de esto.
CASA DE CULTURA Y FÁBRICA DE LA LUZ, INUTILIZADAS
La
situación ha llegado a tal extremo que las academias de baile locales, que
actuaban entre semana y fuera de la programación oficial, son las que sustentan
casi todas las actuaciones de primavera. Y esto lo maquillan con que se quiere
dar oportunidades a grupos de Chiclana, cuando antes también actuaban, pero
además había otras atracciones.
En otoño,
el 80% son actos de los Reyes Magos. Sin éstos la programación estaría vacía.
Es tal la desidia que en estos cuatro años ha bajado considerablemente la
asistencia y excepto los nombres famosos, a los que acuden como abejas a rica
miel, el resto se pueden dar con un canto en los dientes si llegan a la mitad
del aforo. Los sábados no hay teatro tampoco. ¿Se imaginan éstos cerrados ese
día en ciudades como la nuestra o mayores? Pues en Chiclana echa el cerrojo,
salvo para actos religiosos.
La
despreocupación de Román y de su concejala de Cultura sobre ésta, tiene otro
ejemplo en la Fábrica de la Luz. Un
espacio que está cerrado casi todo el año y cuando lo abren es para inaugurar
una exposición de pintura, escultura o fotografía sobre Marruecos, que nadie
visita y que solo abre algunos días por la tarde. En muy contadas ocasiones se
ha celebrado alguna conferencia del Ateneo. Tampoco tiene personal y tiran de
la escasa nómina de la Casa de Cultura.
En vez de
utilizarlo para actividades culturales, para que ensayen las compañías de
teatro locales o grupos de música, darle vida en suma, prefieren mantenerlo
cerrado a cal y canto. Cuando se ha pedido ensayar en el teatro todo son
problemas, teniendo que buscar otros lugares donde hacerlo cuando el Moderno está infrautilizado. Y la Fábrica de la Luz mucho más.
NINGUNEO
DE ROMÁN A GARCÍA GUTIÉRREZ
Habla
ahora Román de comprar la casa natal del autor de El
Trovador, cuando hace unos quince años se negó el PSOE ha hacerlo. La
primera vez que TAETRO reivindicó su
adquisición fue en el Día Mundial del Teatro,
frente a la vivienda. El entonces concejal de Cultura, Dionisio Montero, afirmó con rotundidad que no se iba a comprar
porque próximamente abriría el Museo de Chiclana y allí se pondría el centro
del Romanticismo. El museo se inauguró, han pasado diez años y no hay tal
centro.
Román ha
ninguneado a García Gutiérrez desde el primer día. No ha asistido a los actos
que se han hecho en su honor, boicoteó con su partido el bicentenario, ni
fueron a ninguna actividad de las que se llevaron a cabo durante seis meses
(teatro, conciertos, conferencias, etc.). Solo tres o cuatro de sus concejales
asistieron a la representación de Il trovatore
en la Plaza Mayor.
El alcalde
también se cargó el Festival Chiclana Romántica
que unos chiclaneros crearon para perpetuar en el tiempo la figura de nuestro
insigne autor. Varias entidades culturales se unieron a la iniciativa y en solo
dos meses fueron capaces de organizar la primera edición, con más de veinte
actos y con la nula colaboración municipal.
La idea
era que cada año, en la semana de julio en la que nació García Gutiérrez, se
llevaran a cabo diversas actividades sobre éste y el Romanticismo en general,
pero a Román no le gustó que alguien ajeno a su partido se le hubiera ocurrido
esto y que, encima, a pesar del poco tiempo y sin ayuda alguna, lograron
realizarla y con éxito.
ACABAR CON
LA CULTURA
La
pretensión era que este festival perdurara y que se convirtiera en un aliciente
más en el verano, para los chiclaneros y turistas. Los creadores del festival
quisieron contar con el Ayuntamiento desde el principio, pero éste pasó de todo
y al final se apropió por la cara de él. Lo grave es que han pasado tres años y
Josefa Vela y su concejalía no han hecho
nada. Pero cumplió su objetivo: acabar con el festival.
Román no va a actos culturales, pero en los dos últimos meses va a todos. Incluso a los de TAETRO, a los que habrá acudido una o dos veces en los treinta años que llevan funcionando.
Y oferta
un Plan Estratégico de Cultura, y llevarla a los barrios como hace años. No
dijo si con el mismo cutrerío de entonces, pero nos tememos que sí, porque no
sabe hacerlo de otra forma. Si Román
se preocupa por la cultura, echémonos a temblar. Si tenemos que padecerlo otros
cuatro años y con la misma concejala en esta área, apañados vamos.
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