Antonio Tocino vuelve a recibir ayuda médica al sufrir una bajada de tensión

El alcalde le visitó a primera hora de la tarde y le dijo que si quería negociar se tenía que ir de allí, a lo que el huelguista se negó al no fiarse del Ayto.

Les contábamos hace unas horas del ingreso en Urgencias en el Clínico de Puerto Real de Antonio Tocino, que lleva ya dieciocho días en huelga de hambre, por un amago de angina de pecho. Tras pedir el alta voluntaria y regresar ante la puerta de Urbanismo para seguir con su protesta, esta mañana volvió a sufrir una crisis, teniendo que acudir dos médicos del centro de salud de Jesús Nazareno a realizarle unas pruebas. Su estado es estable. (FOTO: Antonio Tocino atendido por una de sus hijas cuando sufrió la crisis esta mañana).



La salud de Antonio Tocino sigue causando sobresaltos, especialmente a su familia, que cada vez está más derrotada por los efectos de una huelga que va por el decimoctavo día y que, salvo causa mayor, tiene visos de continuar más días, los que tarde el Ayuntamiento en negociar con él y su familia sobre lo sucedido. En la noche de ayer volvió a sentir dolores en el pecho, pero la noche la pasó bastante bien.

Alrededor de las 12 de la mañana de hoy jueves sufrió una crisis y motivó que llamaran a la ambulancia. Tocino tenía sudores y deseos de vomitar, cundiendo la alarma en la familia, temiendo que tuviera una angina de pecho. Cuando llegó la ambulancia Tocino no se quiso subir, por lo que llamaron al ambulatorio de Jesús Nazareno para que se acercara un médico. Muchos minutos después se personaron dos médicos, hombre y mujer, que le tomaron la tensión, miraron el azúcar y le pusieron una inyección para evitar que recayera. Cuando llegaron los facultativos Tocino se había recuperado un poco y tanto la tensión como el azúcar estaban estabilizadas.

VISITA DEL ALCALDE

Al mediodía estaba prevista la visita del alcalde al lugar donde se encuentra Tocino desde el pasado 28 de diciembre. Sin embargo, éste decidió no acudir aduciendo que estaba la prensa allí y que no quería que alguien le insultara delante de los medios de comunicación, aunque el representante de la familia, José Luis Velázquez, le aseguró que no ocurriría nada. Poco después, desde el Ayuntamiento llamaron a los medios de comunicación (a algunos) para decirles que sí bajaría a verlo, pero finalmente no lo hizo.

Alrededor de las 2,30 de la tarde se acercó hasta Urbanismo y le dijo a Antonio Tocino que si querían negociar tenían que levantarse de allí y abandonar la huelga de hambre y la protesta, respondiéndole éste que no se iba a marchar hasta que no haya una negociación en firme, porque ya le habían engañado otras veces y no se fiaba.

Se refería a que el 6 de noviembre se reunieron con la concejala de Urbanismo para evitar el derribo de las diez viviendas, ésta les pidió que le entregaran diversa documentación, que contrataran a un abogado y que no se preocuparan porque “no se iba a llevar a cabo el derribo”. Mes y medio después las diez viviendas fueron echadas abajo a pesar de que la jueza había admitido a trámite el recurso presentado, que dejaba en suspenso provisionalmente el derribo.

CÁNDIDA VERDIER SIGUE DANDO LA NOTA

Esta mañana, la edila de Urbanismo, que ya entra y sale sola del edificio tras ver que los allí congregados no le hacen nada, salvo aplaudirle cada vez que pasa al lado, se dirigió a la familia de Tocino preguntando que cómo estaba, suponemos que sabiendo lo sucedido ayer con su ingreso en Puerto Real. Los familiares le dijeron que allí seguía, a lo que la concejala les espetó que ´”nos lo teníamos que llevar de aquí, que si le pasaba algo sería responsabilidad nuestra”.

La familia le respondió que él no se quería ir de allí hasta que el Ayuntamiento no hablara con ellos y buscara una solución, respondiendo Verdier que “ustedes ya saben lo que hay y él (por Tocino) se lo ha buscado”. Estas palabras no gustaron a los familiares de Tocino, pero se callaron porque estaba claro que lo que la concejala buscaba “era provocarnos para ver si hacíamos o decíamos algo que nos perjudicara”. Velázquez le comentó esto a Román y éste le contestó que no sabía nada.