Aznar, salvador de la Patria

Francisco M. Navas [colaboraciones].-

Aquí está de nuevo. Este personaje, que nos metió de lleno en la guerra de Irak, cuyas consecuencias seguiremos sufriendo durante décadas, este individuo que juraba y perjuraba que la justificación de nuestra entrada en esa guerra era la existencia de armas de destrucción masiva, este individuo con un ego que triplica su estatura, éste mismo, reaparece cíclicamente para deleitarnos con sus profecías de futuro.

Nunca admitirá que los americanos le engañaron como a un chino, porque tanto su industria como la de la Gran Bretaña necesitaban una guerra para dar salida a sus inmensos arsenales de armas.
Ni siquiera reconocerá nunca que, mientras estas dos naciones saquearon a manos llenas el petróleo de ese país, a él no le adjudicaron sino migajas. Eso sí, George Bush hijo le permitió poner las botas sobre una mesa y dar alguna que otra conferencia en un inglés que no entienden ni siquiera los que le escribieron los discursos.

Después vino el fiasco de los sobornos para obtener no sé qué medalla del Congreso  de los EE.UU. el cual, al descubrirse el pastel, dio marcha atrás y el asunto se disolvió como un azucarillo en agua caliente.




SINIESTRO POLÍTICO

Pues bien, este siniestro político, nefasto como presidente de gobierno, cuyo mayor mérito consiste en haberse rodeado de corruptos, colocando como vicepresidente de asuntos económicos, nada más y nada menos, al inefable Rodrigo Rato, a su mujer como la peor alcaldesa de Madrid de toda su historia.

Y, para colmo, habernos dejado como herencia al de los platos y los vasos, esto es, al no menos ínclito, perínclito y nunca bien ponderado Mariano Rajoy, que nos ha conducido a la ruina y a la pobreza, este señor, por llamarlo de alguna manera medio amable, se permite ahora, como expresidente, alertar a su partido y alertar de camino a toda la población española de que, como todo siga así, España va al caos.
 
Habría que repasar la definición de caos, por si las moscas. Porque para mí, el caos es lo que el Partido Popular ha traído con su mayoría absoluta a este país. Los recortes ya tan triste y lamentablemente manidos, por ser reiteradamente nombrados, en Sanidad, Educación y Asuntos Sociales; la reducción de los salarios; el aumento de las jornadas laborales.

El destape de una sistemática corrupción durante décadas; las inversiones en obras faraónicas que han triplicado sus presupuestos y que nadie utiliza y los inmensos beneficios para la banca y para los poderosos; en fin, una retahíla de lindezas por las que pasa de puntillas y que ni siquiera nombra, porque el señor Aznar sabe que no tendríamos ni para empezar con él a la hora de criticar su maldita herencia.

PODER Y DINERO

A José Mari, como le llaman sus amigos, nunca le ha importado España, ni los españoles, ni nada que se le parezca. Le han importado el poder y el dinero, y supongo que habrá que reconocérsele la habilidad  de ponerse en su día la piel de cordero para que Manuel Fraga, chocheando desde que cumpliera los sesenta, soltara aquella famosa frase de que “aquí no hay tutelas ni tu tías” y le invistiese como su sucesor.

A partir de ahí se fue creciendo, hasta llegar a presidente del gobierno de España, tras un nefasto último mandato de Felipe González, salpicado por los escándalos y la corrupción, de la misma manera que ahora lo está el Partido Popular.

Como adivino, tenemos que darle un cero, pues tras su renuncia voluntaria a no presentarse a una tercera reelección y designar a Mariano Rajoy como futuro candidato a la presidencia del gobierno, no vio venir el desastre de las elecciones generales para su partido y el mandato de otros ocho años a cargo de los socialistas.

Aunque él ya tenía preparado su retiro dorado como consejero en empresas españolas que supieron pagarle bien sus servicios y, además, como no, dirigiendo la FAES, ese “laboratorio de ideas” nutrido a base de jugosas subvenciones estatales y del que no se conoce ni siquiera  una sola idea política aprovechable, precisamente el fin último de su creación y de su razón de ser.

Para lo que desde luego sirve la FAES es para pagar suculentas dietas a la pandilla de advenedizos que se prestan a dar conferencias y seminarios en su sede sobre lo divino y lo humano y que no llevan a ninguna parte.

JOSE MARI ESTÁ DOLIDO

Ahora José Mari se siente dolido, porque aunque ha acumulado gracias a su trayectoria política una sustanciosa fortuna de la que un día conoceremos todos los detalles, se siente falto de la segunda pata: el poder. El poder dentro de su partido, el poder necesario para dirigir los hilos de la política del Partido Popular desde la sombra.

Y su esposa en el paro. Parece ser que el alumno “aventajado”, que nunca lo fue, le está dando de su propia medicina, esto es, mirarlo por encima del hombro, ningunearlo y, para colmo, le manda mensajitos como: “Yo las cosas las digo a la cara”.

Ojalá llegue pronto el 20 de diciembre y los resultados de las elecciones nos permitan pasar página con Mariano, llevándose consigo de camino a Aznar, porque seguro que sin ellos España no se hunde ni se rompe, ya que ni siquiera a pesar de ellos lo ha hecho.

Y gobierne quien gobierne, sin pactar o pactando con quien haga falta, podamos aspirar a un gobierno de España de personas cualificadas, honestas, dignas, cuya prioridad consista en promover el bien común. Y si de camino podemos exportar a todos estos personajillos mediocres a algún emirato falto de profetas y de salvadores de la patria, mejor que mejor.