“La incineración y el vertido no pueden ser las únicas alternativas de gestión de los residuos durante el coronavirus”
Ecologistas en Acción afirma que la coincineración en las fábricas de cemento para quemarlos como combustible alternativo, “es inviable e insostenible, y pondría en riesgo a los trabajadores”.-
El
Ministerio de Sanidad ordenó el domingo 22 de marzo la gestión de los residuos
domésticos en hogares, hospitales, centros de salud, residencias y similares en
contacto con el virus. Esos residuos deben depositarse en los contenedores de
la fracción resto y se destinarán de forma preferente a incineración, o, en su
caso, a vertedero.
Las bolsas
de basura no deberán abrirse ni manipularse y sólo se tratarán de forma
automática, en el caso de que se traten antes de incinerarlas o verterlas, y se
dispone que, en caso de necesidad, la incineración se lleve a cabo en las
fábricas de cemento.
Ecologistas en Acción declara que las fábricas
de cemento no son las instalaciones adecuadas para quemar estos residuos: “No están diseñadas para ello y no tienen suficientes
sistemas para reducir la contaminación atmosférica añadida que generará esa
incineración”.
En primer
lugar, “porque ningún horno está preparado para
que las bolsas de basura puedan introducirse sin ningún tratamiento previo
(trituración, fragmentación) ni en el quemador principal ni en el precalcinador”.
PELIGRO
PARA LOS TRABAJADORES DE LAS CEMENTERAS
En segundo
lugar, “aunque el virus se desactiva al cabo de
unas horas, el manejo de esa basura pondría en riesgo la salud de los
trabajadores. Y, en tercer lugar, porque las fábricas de cemento deberían cesar
su actividad en esta situación de crisis sanitaria y de confinamiento, pues no
es una actividad esencial para la sociedad”.
Afirman
los ecologistas que “la salud y seguridad de
los trabajadores debe prevalecer sobre otras consideraciones estrictamente
económicas”. Los residuos sanitarios de los centros que traten enfermos
del COVID-19, “deberían seguir el tratamiento
convencional que en su gran mayoría reposa sobre su desinfección por vapor y
vacío mediante autoclave, y una vez desinfectados, proceder a su tratamiento
como residuos domésticos ordinarios, para recuperar los materiales reciclables
(metales, plásticos, etc.)”.
Ese
tratamiento genera menos impactos ambientales que la incineración o el vertido
de los residuos, “los tratamientos más
agresivos y con peor comportamiento ambiental”. Además, algunos de estos
residuos de los equipos de protección individual (mascarillas, batas) “se pueden reciclar y reutilizar fácilmente una vez
desinfectados y limpios”.
INSOSTENIBILIDAD
Renunciar
al tratamiento de esos residuos y priorizar su incineración o, en su defecto,
el vertido, “no hace más que proseguir la senda
de insostenibilidad en la gestión de los residuos domésticos en el Estado
español, que en 2017 llevó a los vertederos un 63 % de sus residuos, y una
cuarta parte de ellos sin ningún tipo de tratamiento previo, incumpliendo la
legislación europea y española dictada hace 20 años sobre el depósito de
residuos en vertederos”.
Ecologistas en Acción advierte que esta orden
“podría servir de excusa para algunos
operadores y Comunidades Autónomas, para continuar depositando residuos
domésticos en vertederos, sin recibir antes el preceptivo tratamiento previo en
perjuicio del reciclaje”.
El
incremento en la generación de residuos motivado por la adopción de las medidas
obligatorias de asepsia y protección, “no debe
ir unido a un descenso en las exigencias de preservación de la salud y del
cumplimiento de las máximas garantías ambientales en la gestión de los residuos”.
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