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Reescribir la historia


Francisco M. Navas [colaboraciones].-

No hace falta ser un destacado analista político, ni pertenecer al Real Instituto Elcano, para llegar a la conclusión de que estamos gobernados por mediocres, pero mediocres con un inmenso poder de destrucción. (FOTOS: Guerra de Ucrania, bomba atómica sobre Japón, crisis de los misiles, invasión de Panamá y efectos de la invasión rusa en Ucrania).

 

De una parte, Estados Unidos, dueño de facto de medio mundo, que lleva más de seis meses ofreciendo a Ucrania la posibilidad de entrar en la OTAN, con lo que esa adhesión supondría, y de otra, Rusia, que se siente amenazada si se llegan a desplegar misiles nucleares de alto alcance en sus mismas fronteras.

 

Y entre los dos un títere, un gobernante oscuro y torpe que a raíz de su ambigüedad política, sufre la invasión rusa de su territorio, la destrucción de sus ciudades más importantes y el éxodo de más de cuatro millones de compatriotas, entre mujeres, niños y ancianos. Un presidente de Ucrania que ahora, con los tanques cercando Kiev, habla sin pudor de neutralidad, aun cuando esa premisa parecía resultar indispensable para evitar la guerra.

 

Evidentemente, Putin nunca ha destacado por su inteligencia, y me temo que Joe Biden tampoco destaca por su lucidez. En lo que sí coinciden ambos es en intentar frenar el enorme potencial económico y político de la Unión Europea, porque en ella se vive mejor, más seguro y se disfruta de democracias plenas.



BOMBA ATĂ“MICA

Creo sinceramente que, tomando la necesaria distancia de los partes de guerra diarios, que nos repiten una y otra vez escenas atroces, todo este desastre podĂ­a haberse evitado. Y lo creo porque se sabĂ­a de antemano que Rusia, la mayor potencia nuclear del mundo, no iba a consentir que en su frontera oeste, un paĂ­s que linda con el suyo, instalase un arsenal armamentĂ­stico que, supuestamente, amenazase su integridad territorial.

 

En el fondo, se trata ni más ni menos que de reescribir la Historia. La UniĂłn SoviĂ©tica primero, y Rusia más tarde, han sido tachadas de “peligro rojo”, de “máximo exponente de la ofensiva comunista en el mundo”. Ahora, además, se le añade el adjetivo de “genocida”.

 

La gente devora los telediarios asintiendo con la cabeza, maldiciendo el nombre de Putin, porque muy pocas personas se molestan en rememorar los principales acontecimientos mundiales de los últimos cien años, poniendo en el platillo de la balanza de cada cual la justa proporción de culpa.

 

Veamos. En 1945, derrotada Alemania tras la Segunda Guerra Mundial, los americanos se enfrentan finalmente a los japoneses en el Pacífico y, sin previo aviso, utilizan las dos únicas bombas atómicas, usadas en una guerra convencional, sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. En cuestión de segundos, estas dos ciudades quedaron arrasadas, produciéndose inmediatamente la rendición incondicional del Japón.



 JAPĂ“N Y CUBA

Recordemos de nuevo: dos bombas atĂłmicas, de las que entonces no se conocĂ­an del todo las consecuencias de su explosiĂłn, sobre poblaciĂłn civil. ¿Genocidio? Evidentemente, pero se trataba de los Estados Unidos, que habĂ­an contribuido decisivamente a derrotar a la Alemania nazi. ¿Se acusĂł al presidente Truman de genocidio? Me parece que no.

 

Y sin embargo, desde esas dos fechas históricas, nadie parece tener conciencia de que, además de la terrible mortandad causada por las explosiones primero, y por la radiación después, siguen naciendo niños con malformaciones genéticas.

 

El asesinato en masa de más de seis millones de judíos por los nazis tuvo su juicio sumarísimo de Nüremberg. El asesinato en masa de dos poblaciones civiles japonesas densamente pobladas, de las que fallecieron unas 120.000 personas en el acto, y más de 240.000 en total por culpa de las radiaciones, no supuso ninguna condena internacional.

 

Durante el mandato del presidente Kennedy, Rusia intentĂł instalar en Cuba misiles nucleares de largo alcance, produciendo una tensiĂłn mundial que nos colocĂł al borde de la Tercera Guerra Mundial.



OTRAS INVASIONES

En esta ocasión, gracias a los documentos filtrados por un patriota ruso que, independientemente de considerarse comunista hasta las cejas, filtró a los Estados Unidos documentos inequívocos de los propósitos rusos, a fin de evitar otra guerra mundial, y gracias, esta vez sí, a la combinación de prudencia y de fuerza de los Estados Unidos, se consiguió hacer desistir a los soviéticos de sus intenciones.

 

Rusia posee un largo historial de agresiones militares y de participaciĂłn en guerras en todo el mundo, pero Estados Unidos no le va a la zaga. Vietnam supuso la primera guerra perdida por los Estados Unidos.

 

Y recordemos especialmente la Guerra de Irak, sĂ­, la de las armas de destrucciĂłn masiva que nunca existieron, en la que participamos como grandes adalides de la libertad con nuestro expresidente Aznar a la cabeza, y que provocarĂ­a un terremoto polĂ­tico en Oriente Medio y en Oriente prĂłximo del que todavĂ­a sufrimos las desastrosas secuelas.

 

¿Era Panamá un paĂ­s soberano? Evidentemente que sĂ­. Sin embargo, en 1989 fue invadido por los Estados Unidos, bajo el lema OperaciĂłn Causa Justa, so pretexto de defender los intereses de sus cincuenta y cuatro mil ciudadanos y con el fin de arrestar al general Noriega.



CANTOS DE SIRENA

Aun cuando se trataba en realidad de preservar una ruta estratégica como el canal de Panamá, aquella invasión se vendió, como no, como una guerra en defensa de la libertad. La misma excusa que los rusos han utilizado para invadir Ucrania. Por cierto, la condena de Naciones Unidas a la invasión de Panamá no sirvió absolutamente de nada.

 

Los telediarios, las noticias de la radio, los periódicos y las publicaciones de todo tipo, digitales o no, con mayor o menor difusión, pueden reescribir la Historia, pero la Historia es tozuda, y el paso de los años da y quita razones a cada cual.

 

Y si Zelensky no se hubiese dejado conquistar por los cantos de sirena de Estados Unidos y hubiese intentado desde el principio de esta crisis, como lo está intentando ahora, hablar de neutralidad con Rusia sin renunciar a su autonomía como país, posiblemente muchos muertos y mucha destrucción se habrían evitado y sus compatriotas tal vez no habrían perdido sus pertenencias, sus hogares y sus vidas.



NO REPETIR ERRORES DEL PASADO

Incluso el expresidente ruso Gorbachov, al que la Historia ha tratado con benevolencia por haber permitido la desaparición del Telón de Acero, desarrollando una política de pacificación y apertura hacia Occidente que ni los suyos le perdonan, también intentó reescribir la Historia, ocultando el desastre nuclear de Chernóbil, y permitiendo la muerte por radiación de miles de personas que, con su sacrificio heroico e incondicional, evitaron una catástrofe de dimensión europea.

 

Una reciente serie de televisiĂłn rememora, a mi entender, de manera fidedigna, lo acontecido en esa central nuclear localizada en la actual Ucrania. VĂ©anla con atenciĂłn y aprendamos todos de la historia, de la verdadera Historia, para no repetir los errores del pasado.

 

 

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