Reescribir la historia
No hace falta ser un destacado analista polĂtico, ni pertenecer al Real Instituto Elcano, para llegar a la conclusiĂłn de que estamos gobernados por mediocres, pero mediocres con un inmenso poder de destrucciĂłn. (FOTOS: Guerra de Ucrania, bomba atĂłmica sobre JapĂłn, crisis de los misiles, invasiĂłn de Panamá y efectos de la invasiĂłn rusa en Ucrania).
De una parte, Estados Unidos, dueño de facto de medio mundo, que lleva más de seis meses ofreciendo a Ucrania la posibilidad de entrar en la OTAN, con lo que esa adhesiĂłn supondrĂa, y de otra, Rusia, que se siente amenazada si se llegan a desplegar misiles nucleares de alto alcance en sus mismas fronteras.
Y entre los dos un tĂtere, un gobernante oscuro y torpe que a raĂz de su ambigĂĽedad polĂtica, sufre la invasiĂłn rusa de su territorio, la destrucciĂłn de sus ciudades más importantes y el Ă©xodo de más de cuatro millones de compatriotas, entre mujeres, niños y ancianos. Un presidente de Ucrania que ahora, con los tanques cercando Kiev, habla sin pudor de neutralidad, aun cuando esa premisa parecĂa resultar indispensable para evitar la guerra.
Evidentemente, Putin nunca ha destacado por su inteligencia, y me temo que Joe Biden tampoco destaca por su lucidez. En lo que sĂ coinciden ambos es en intentar frenar el enorme potencial econĂłmico y polĂtico de la UniĂłn Europea, porque en ella se vive mejor, más seguro y se disfruta de democracias plenas.
BOMBA ATĂ“MICA
Creo sinceramente que, tomando la necesaria distancia de los partes de guerra diarios, que nos repiten una y otra vez escenas atroces, todo este desastre podĂa haberse evitado. Y lo creo porque se sabĂa de antemano que Rusia, la mayor potencia nuclear del mundo, no iba a consentir que en su frontera oeste, un paĂs que linda con el suyo, instalase un arsenal armamentĂstico que, supuestamente, amenazase su integridad territorial.
En el fondo, se trata ni más ni menos que de reescribir la Historia. La UniĂłn SoviĂ©tica primero, y Rusia más tarde, han sido tachadas de “peligro rojo”, de “máximo exponente de la ofensiva comunista en el mundo”. Ahora, además, se le añade el adjetivo de “genocida”.
La gente devora los telediarios asintiendo con la cabeza, maldiciendo el nombre de Putin, porque muy pocas personas se molestan en rememorar los principales acontecimientos mundiales de los últimos cien años, poniendo en el platillo de la balanza de cada cual la justa proporción de culpa.
Veamos. En 1945, derrotada Alemania tras la Segunda Guerra Mundial, los americanos se enfrentan finalmente a los japoneses en el PacĂfico y, sin previo aviso, utilizan las dos Ăşnicas bombas atĂłmicas, usadas en una guerra convencional, sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. En cuestiĂłn de segundos, estas dos ciudades quedaron arrasadas, produciĂ©ndose inmediatamente la rendiciĂłn incondicional del JapĂłn.
JAPĂ“N Y CUBA
Recordemos de nuevo: dos bombas atĂłmicas, de las que entonces no se conocĂan del todo las consecuencias de su explosiĂłn, sobre poblaciĂłn civil. ¿Genocidio? Evidentemente, pero se trataba de los Estados Unidos, que habĂan contribuido decisivamente a derrotar a la Alemania nazi. ¿Se acusĂł al presidente Truman de genocidio? Me parece que no.
Y sin embargo, desde esas dos fechas históricas, nadie parece tener conciencia de que, además de la terrible mortandad causada por las explosiones primero, y por la radiación después, siguen naciendo niños con malformaciones genéticas.
El asesinato en masa de más de seis millones de judĂos por los nazis tuvo su juicio sumarĂsimo de NĂĽremberg. El asesinato en masa de dos poblaciones civiles japonesas densamente pobladas, de las que fallecieron unas 120.000 personas en el acto, y más de 240.000 en total por culpa de las radiaciones, no supuso ninguna condena internacional.
Durante el mandato del presidente Kennedy, Rusia intentĂł instalar en Cuba misiles nucleares de largo alcance, produciendo una tensiĂłn mundial que nos colocĂł al borde de la Tercera Guerra Mundial.
OTRAS INVASIONES
En esta ocasiĂłn, gracias a los documentos filtrados por un patriota ruso que, independientemente de considerarse comunista hasta las cejas, filtrĂł a los Estados Unidos documentos inequĂvocos de los propĂłsitos rusos, a fin de evitar otra guerra mundial, y gracias, esta vez sĂ, a la combinaciĂłn de prudencia y de fuerza de los Estados Unidos, se consiguiĂł hacer desistir a los soviĂ©ticos de sus intenciones.
Rusia posee un largo historial de agresiones militares y de participaciĂłn en guerras en todo el mundo, pero Estados Unidos no le va a la zaga. Vietnam supuso la primera guerra perdida por los Estados Unidos.
Y recordemos especialmente la Guerra de Irak, sĂ, la de las armas de destrucciĂłn masiva que nunca existieron, en la que participamos como grandes adalides de la libertad con nuestro expresidente Aznar a la cabeza, y que provocarĂa un terremoto polĂtico en Oriente Medio y en Oriente prĂłximo del que todavĂa sufrimos las desastrosas secuelas.
¿Era Panamá un paĂs soberano? Evidentemente que sĂ. Sin embargo, en 1989 fue invadido por los Estados Unidos, bajo el lema OperaciĂłn Causa Justa, so pretexto de defender los intereses de sus cincuenta y cuatro mil ciudadanos y con el fin de arrestar al general Noriega.
Aun cuando se trataba en realidad de preservar una ruta estratégica como el canal de Panamá, aquella invasión se vendió, como no, como una guerra en defensa de la libertad. La misma excusa que los rusos han utilizado para invadir Ucrania. Por cierto, la condena de Naciones Unidas a la invasión de Panamá no sirvió absolutamente de nada.
Los telediarios, las noticias de la radio, los periódicos y las publicaciones de todo tipo, digitales o no, con mayor o menor difusión, pueden reescribir la Historia, pero la Historia es tozuda, y el paso de los años da y quita razones a cada cual.
Y si Zelensky no se hubiese dejado conquistar por los cantos de sirena de Estados Unidos y hubiese intentado desde el principio de esta crisis, como lo está intentando ahora, hablar de neutralidad con Rusia sin renunciar a su autonomĂa como paĂs, posiblemente muchos muertos y mucha destrucciĂłn se habrĂan evitado y sus compatriotas tal vez no habrĂan perdido sus pertenencias, sus hogares y sus vidas.
NO REPETIR ERRORES DEL PASADO
Incluso el expresidente ruso Gorbachov, al que la Historia ha tratado con benevolencia por haber permitido la desapariciĂłn del TelĂłn de Acero, desarrollando una polĂtica de pacificaciĂłn y apertura hacia Occidente que ni los suyos le perdonan, tambiĂ©n intentĂł reescribir la Historia, ocultando el desastre nuclear de ChernĂłbil, y permitiendo la muerte por radiaciĂłn de miles de personas que, con su sacrificio heroico e incondicional, evitaron una catástrofe de dimensiĂłn europea.
Una reciente serie de televisiĂłn rememora, a mi entender, de manera fidedigna, lo acontecido en esa central nuclear localizada en la actual Ucrania. VĂ©anla con atenciĂłn y aprendamos todos de la historia, de la verdadera Historia, para no repetir los errores del pasado.
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