Y ahora… ¿qué?
Celebradas las elecciones generales el pasado 23 de julio, el pueblo soberano ha cocinado sus preferencias saliendo del horno un pan como unas tortas.-
Tristeza en el partido ganador, alegría en el perdedor, alborozo en los muy perjudicados. No tiene lógica ¿verdad? pero… ¿acaso la política tiene alguna lógica? Lo normal y lo democrático sería que gobernara el partido más votado. Pero en esta partitocracia nada es normal. La gente se ha asustado ante la extrema derecha y las tonterías que dice y, sin embargo, no le asusta ni la extrema izquierda, ni el independentismo, ni las cosas que hacen. Así es si así os parece, que decía Pirandello.
Si gobierna Feijóo, existen algunos puestos fijos: Abascal como ministro de Igual Da, Esperanza Aguirre como ministra de Armonía y Concordia y un banderillero como ministro de Cultura y defensa de la Naturaleza. El resto de los ministerios los decidirá Ayuso.
Si Sánchez consigue repetir su mecano frankensteniano, encontraríamos a Puigdemont como ministro de Asuntos Exteriores (con la sede del ministerio en Waterloo); a Rufián ministro de relaciones entre los pueblos de España, se fusionarían los ministerios de Defensa e Interior, quedando en manos de Otegui y Yolanda sería ministra sin cartera, con un departamento de moda, adorno y decoración y un sueldazo de los que asustan.
¿Repetir las elecciones? Problemático, intervendrían el odio y el mosqueo y sabe dios lo que saldría de ahí. Aunque los políticos sacarían rédito seguro: si sale con barbas, San Antón y si no, la Purísima Concepción.
CHICLANA DIXIT, CHICLANA MANDA
Gente rara propone un presidente de probada solvencia y honradez, ajeno a los tejemanejes politiqueros, con tecnócratas en los ministerios clave. Gobierno con un proyecto de país, apoyado por PP y PSOE que obtendrían el resto de las carteras. Si, ya lo sé, una pamplina, pero me ha cogido bajito de ideas.
Bajemos ahora a nuestra localidad. ¡Zas, en toda la boca! Los populares pasan de 9.998 votos en las municipales a 14.929 votos en las generales. La señora Hita deberá pensárselo y mucho, su partido bastante menos. El PSOE detrás, con 12.581 votos, casi los mismos que en las municipales.
Román puede estar radiantemente feliz, su chiringuito está atado y bien atado, no cae ni presentando a Marlaska como candidato por Cádiz. Vox sacó 7.852sufragios, más del doble que en las municipales, ¿qué piensan los candidatos locales? Finalmente, Yolanda Díaz ha conseguido 5.276 apoyos. Podemos e Izquierda Unida sumaron 3.484 en las municipales. Yolanda mola más que Palmero.
Estos resultados nos llevan a un análisis demoledor y clarificador. El pueblo lo ha dicho fuerte y claro: Román es nuestro líder eterno e imperecedero, puede estar en el poder el tiempo que quiera y si nombra a un heredero a él también lo votaremos. A los demás líderes locales, y a la lideresa no se olvide, no los queremos ni en pintura. Chiclana dixit, Chiclana manda.
AUMENTA EL LÍO
La abstención en las elecciones
municipales fue de 52,01 %, en las generales ha sido del 37,41 %. Todos los
partidos han subido en aceptación ciudadana. Otra conclusión demoledora, aunque
estuvieran llenos de paracaidistas, con nombres desconocidos por los electores
y con una ignorancia total de los programas electorales. Es fácil colegir que
la ciudadanía chiclanera prefiere a los foráneos que a los locales. Podría ser
porque a los de aquí los conocen y a los de afuera no.
¿Se han dado cuenta de un detalle? los dos extremos que en las municipales tenían prácticamente los mismos partidarios, ahora se diferencian y bastante: Vox consigue 1.576 votos más que Sumar. Que tome nota quien tenga que tomarla y no saque conclusiones equivocadas.
Y terminamos igual que el mes pasado: En el país de los ciegos, los sordos y los mudos, las votaciones son así, nos guste o no nos guste. ¡Menudo lío!
ANTONIO DEMÓFILO
Me gusta lo de Puigdemont ministro de asuntos exteriores con sede en Waterloo.
ResponderEliminarLo mejor del articulo es lo del pueblo soberano ha elegido. Soberano de que y de quien?
ResponderEliminarEso es lo que se dice siempre, que el pueblo soberano ha elegido.
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