Descubierta una placa por el 50 aniversario de la riada de Chiclana

Se colocó en la fachada de la empresa municipal Chiclana Natural.-

Chiclana conmemoró ayer el 50 aniversario de la riada de 1965, acontecimiento que cambió la vida a miles de chiclaneros y que provocó graves desperfectos en infraestructuras, así como pérdidas materiales en gran parte de la ciudad, sobre todo, en ambos márgenes del río Iro. En recuerdo de aquel suceso, el Ayuntamiento de Chiclana colocó una placa en Chiclana Natural, recordando la efeméride.

Asistió el vicepresidente de la Junta de Andalucía y ex alcalde de Chiclana, Manuel Jiménez Barrios; el actual regidor chiclanero, José María Román, y el que fuera alcalde en 1965 aunque no en la fecha de la catástrofe, Manuel Guerrero, ya que entonces era Tomás Collantes. También estuvieron otros alcaldes de la etapa democrática como José de Mier y Ernesto Marín.

La placa se colocó en el lugar donde hace 50 años estaba la farmacia del Puente y donde el agua alcanzó los 2,60 metros de altura. Jiménez Barrios manifestó que “estamos en un acto muy entrañable, porque no todos los días tiene uno la oportunidad de hablar en tu pueblo de las cosas que ha vivido en primera persona, lo cual es de agradecer”.

“Yo vine a Chiclana en 1967, dos años después de la Riada –añadió-, precisamente porque la empresa de mi padre cogió el derribo del Puente Grande. Debido a este acontecimiento, he pasado casi toda la vida aquí y terminé siendo alcalde”.

El río “nos ha dado disgustos, pero también oportunidades, lamentablemente se le daba la espalda. Yo aprendí a manejar todo lo relacionado sobre las inundaciones gracias a José de Mier y a Sebastián Verdugo, ya que había que estar en alerta cada vez que había tormenta de noche”.

PRESA CONTRA AVENIDAS

Citó las dos actuaciones que hicieron, la colocación de muros de hormigón en ambos márgenes del río y la sustitución del Puente Presa por el puente azul. Comentó que “aquella riada, según los expertos, se repite cada 500 años y, sin embargo, tuve la mala suerte de tener dos inundaciones durante mi etapa como alcalde. Eso sí, en menos de una hora había numerosas personas trabajando con sus grúas para solucionar los problemas”.

“Los chiclaneros, por tanto, han respondido siempre que la ciudad lo ha necesitado y considero un gran acierto que se rememore este acontecimiento”, indicando que “nadie puede sustituir el orgullo de ser de Chiclana, nativos o procedentes de otras poblaciones. Y ahora hay que seguir construyendo Chiclana”.


Por su parte, José María Román recordó su experiencia el día de la Riada: “Yo viví en directo y en un lugar privilegiado la gran avenida de agua y por la que pensamos se iba a llevar por delante la vivienda. Veíamos olas que pasaban por encima del Puente Chico”.

Aquello generó “una nueva ciudad, puesto que toda la obsesión de los distintos gobiernos era la de tomar medidas para que el agua no volviese a generar ese desastre que, afortunadamente y milagrosamente, no causó ninguna pérdida humana. La voluntad unánime de todas las administraciones fue actuar sobre el río”.

El regidor reseñó que “aún nos queda pendiente la actuación preventiva de una presa contra avenidas, en manos de la Junta, y el encauzamiento del río a la altura del estero de San Eugenio. Por tanto, las dos administraciones que están por encima de nosotros tienen tareas pendientes para que podamos tener tranquilidad”.

VOLVER LA MIRADA AL RÍO

“Tenemos que volver la mirada al río y sacarle todo el potencial que tiene. Poseemos un río que es una maravilla, puesto que, a pesar de algunos insensatos que están empeñados en ensuciarlo, está lleno de garzas, cigüeñas, lisas, doradas, anguilas, robalos, etc.”, recordando “el enorme tubo de fecales que antes de construirse la depuradora, vertía directamente sobre el río”.

Manuel Guerrero, que fuera alcalde ese año aunque no ese día, ya que había sido sustituido por Tomás Collantes meses antes,  señaló que “ese día estuve pero no estuve, porque viene a ver a mis padres, que vivían aquí al lado, y caí en un socavón de más de tres metros. Por tanto, ese día volví a nacer, así que hoy cumplo 50 años”.

Siguió diciendo Guerrero que “una desgracia como aquella trae una buena ocasión para empezar de nuevo. El agua limpió el fango y la porquería que había en este pueblo, donde el río era la cloaca”.

Finalmente, la edila de Cultura, Josefa Vela, resaltó la lluvia caída ese día en Campano y Chiclana, valorando el comportamiento y valentía de los chiclaneros.