EDITORIAL-JUNIO 2015

Chiclana retrocede al pasado.-

El pasado 24 de mayo hubo elecciones municipales y los resultados han sido sorprendentes, unos más que otros. El claro triunfo del PSOE, aunque en minoría, sorprende, ya que tras treinta años en el poder y con las ilegalidades cometidas en ese tiempo, numerosas, la falta de transparencia en su gestión, el endeudamiento del Ayuntamiento, el despotismo con el que ha gobernado y la incompetencia demostrada en sus cinco años y medio al frente del Consistorio, no han sido razones suficientes para que una gran parte de los chiclaneros que votaron, que ésa es otra, pusieran su papeleta en la urna con la lista del PSOE.

En estos cuatro años de crisis profunda en la que ha tenido que gobernar Ernesto Marín, con un Ayuntamiento arruinado por el que ahora le va a sustituir, han servido para comprobar que Chiclana puede salir adelante sin los socialistas y sus peculiares maneras de gobernar. En estos cuatro años sin José María Román en la Casa Grande Chiclana ha mejorado notablemente.

El centro no tiene nada que ver con el que había, con calles arregladas y atractivas para los chiclaneros y visitantes, con alcantarillado nuevo en muchas de ellas, con bancos donde sentarse, disminución de barreras arquitectónicas, comercios que van naciendo día a día, bastantes más que los que cierran, afortunadamente, ambiente como hacía años que no se conocía y a pesar de la crisis, y un sinfín de actividades para reactivar el comercio y la hostelería de la zona.

Chiclana está mucho mejor que hace cuatro años y sólo un ciego no puede verlo. Y Román y su partido, que siguen negando la mayor. Pero esa mejora se ha visto también en muchas barriadas con el asfaltado de sus calles o como en El Carmen, con un alcantarillado que impedirá nuevas inundaciones, prometido por los socialistas muchas veces y que nunca llevaron a cabo.

UN PASADO QUE QUERÍAMOS OLVIDAR

El extrarradio también ha visto cómo se arreglaban caminos que nunca habían visto una pala o alquitrán en su larga existencia. Todas estas mejoras el PSOE siempre las criticó. Lógico cuando tenía la ciudad abandonada y sólo ponía pegotes de alquitrán en los baches, que días después habían desaparecido.

El equipo de gobierno que ahora finaliza su mandato (PP-PVRE) también tuvo que bregar con el problema más grande dejado por Román y sus huestes: la anulación del PGOU. En estos cuatro años, para que Chiclana pudiera hacer algo tuvieron que redactar unas Normas Sustantivas que nos sacaran de las Normas Subsidiarias de 1987, a las que los socialistas nos llevaron tras ser declarado ilegal su PGOU, retrocediendo 24 años y debiendo regir una ciudad de más de 80.000 habitantes con unas normas de una población de 30.000.

También redactaron un nuevo PGOU, que no se aprobó en esta legislatura porque la Junta, socialista, no envió el último informe, impidiendo que Chiclana tenga ya un Plan con el que poder caminar hacia el futuro, legalizar miles de viviendas y suministrarles servicios básicos. Ahora quedamos de nuevo en manos de los fueron incapaces de hacer un PGOU legal, que deberán redactar otro o aprobar el que ya está listo. Contra éste también votaron en contra los socialistas.

Y contra el pago a proveedores, a los que ellos dejaron más de 7000 millones de pesetas de deuda, motivando que muchas empresas cerraran por esta causa. Y dieron su consentimiento para que pasara por el centro de la ciudad un tranvía que ha traído, como Román y el PSOE, la ruina a Chiclana. Con sus votos, los que apoyaron a Román nos hacen retroceder a un pasado que muchos queríamos olvidar, pero que, desgraciadamente, volveremos a vivir al menos los próximos cuatro años.