Los privilegios son antidemocráticos
Félix
de la Fuente [colaboraciones].-
Todo
lo que vaya en contra principio constitucional de la igualdad de todos frente a
la Ley o sea una excepción al mismo es antidemocrático, por mucho que se quiera envolver estas excepciones en papel de regalo de
navidad. El artículo 14 de la Constitución lo dice bien claro: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda
prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión,
opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. (FOTO: Juez Llarena).
Que
para juzgar a un europarlamentario haya que dirigir un suplicatorio al
Parlamento Europeo, es no sólo una discriminación frente a los demás
ciudadanos, sino que en cierta medida convierte
a un organismo legislativo en órgano judicial, pues existe la
posibilidad de que el Parlamento Europeo se niegue a acceder a la petición de
un juzgado.
Y
en el caso concreto de Puigdemont vamos a
asistir a todo un espectáculo, viendo cómo europarlamentarios españoles votarán
en contra del Tribunal Supremo español, cuando éste llegue a ser
eurodiputado y el Parlamento Europeo reciba el suplicatorio de los jueces
españoles (¡parlamentarios convertidos en jueces!).
LA INMUNIDAD DE LOS EURODIPUTADOS ES INNECESARIA
¿Qué nos dice el Protocolo nº 7, anexo al Tratado de funcionamiento de la Unión Europea, sobre la inmunidad parlamentaria?: “Los miembros del Parlamento Europeo no podrán ser buscados, detenidos ni procesados por las opiniones o los votos por ellos emitidos en el ejercicio de sus funciones.” (art. 8).
Todo lo demás, que hace referencia a la libertad de
movimiento de los europarlamentarios, no tiene relevancia alguna en este caso,
dada la libertad de movimientos de las personas que existe dentro de la UE.
La inmunidad es innecesaria porque la Constitución española ya nos otorga suficientes garantías de un juicio justo. ¿Acaso un periodista o incluso un ciudadano corriente, no tiene libertad para expresar libremente sus opiniones políticas?
DEL REY DESPÓTICO AL PARTIDO DESPÓTICO
La
inmunidad parlamentaria es una prerrogativa de origen medieval, que tenía por
finalidad que los parlamentarios pudieran expresarse y actuar con plena
libertad, tanto en sus intervenciones, como en sus escritos y votaciones, sin
posibilidad de censura o de persecución, sobre todo por parte de los reyes
despóticos.
Pero
¿realmente son libres los parlamentarios en sus intervenciones orales’ ¿SON LIBRES EN LA EMISIÓN DE SU VOTO? A ver si
un parlamentario se atreve a no seguir las indicaciones del que dirige el voto
en el Parlamento. No sólo no volvería a salir en la foto, sino que saldría
fulminado del Parlamento. La inmunidad parlamentaria no aborda en absoluto el
verdadero problema.
La
inmunidad parlamentaria estaba justificada para que los parlamentarios
defendieran los intereses de los ciudadanos, Desde que el objetivo de los
diputados es mirar por los intereses del partido, la inmunidad no tiene ya
ninguna razón de ser.
Resulta
que la inmunidad parlamentaria no sólo no ha conseguido su objetivo principal,
la libertad de expresión de los diputados, sino que ha permitido que los
parlamentarios pasen de ser posibles esclavos de monarca absoluto, a esclavos
seguros de la dictadura del partido. Del Rey
despótico hemos pasado al partido despótico.
LOS
POLÍTICOS SE METEN A JUECES
La
sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en respuesta a la
cuestión prejudicial formulada por el Tribunal Supremo, no hubiera debido dar
lugar a mayores problemas jurídicos ni políticos, si los profesionales de la
política no hubieran metido sus narices en el tema.
No
es mi intención despertar lo resentimientos nacionales, pues no hay motivo
alguno para hacerlo o para sentirse víctima. Estamos, por un lado, ante una
sentencia firme del Tribunal Supremo español y, por otro, ante la obligación de
cualquier tribunal de pedir el levantamiento de la inmunidad parlamentaria al
Parlamento Europeo, antes de juzgar a un europarlamentario.
Pero,
una vez que ya ha habido sentencia firme, como en el caso de Junqueras, ya no tiene razón de ser la
solicitud de dicho levantamiento Dicho eso, si
no existiera la inmunidad parlamentaria, no habría surgido problema alguno.
Pon tu comentario